La Corporación Nuevo Arco Iris considera que la destitución del alcalde Gustavo Petro y su inhabilitación por 15 años, por decisión disciplinaria de la Procuraduría General de la Nación, es un golpe dirigido contra el proceso de paz que se desarrolla en la Habana entre el gobierno nacional y la guerrilla de las Farc.
Mal se puede hablar en la mesa de negociaciones de garantías políticas para la oposición democrática cuando hemos contemplado la implacable persecución política contra Petro, dirigente político venido de un proceso de negociación exitoso de los años noventa y quien ostenta hoy, el segundo cargo público del país.
Igualmente es un golpe contra el espíritu de la constitución del 91 en cuanto la soberanía popular que eligió democráticamente a Gustavo Petro como alcalde de Bogotá, para el periodo 2012-2015, pretende ser burlada por una decisión administrativa arbitraria en nombre de la libre empresa y la libre competencia.
Es un golpe contra el estado de derecho, por cuanto estamos en presencia de una progresiva extralimitación de funciones del órgano de control y un exceso de poder que atenta contra el equilibrio de las ramas del estado.
En fin, es un episodio más de la cruzada de fanatismo e intolerancia de la extrema derecha colombiana, contra las libertades y el espíritu de progreso e inclusión de una sociedad pluralista y democrática.
El próximo congreso de Colombia que elegiremos en marzo, debe legislar sobre el desarrollo de los acuerdos a que llegue a la mesa de negociación de la Habana. Entre ellos debe figurar la reforma a los poderes omnímodos que viene asumiendo la Procuraduría en desmedro del Estado y la sociedad colombiana.
La ciudadanía debe reaccionar serena pero activamente en respaldo de la democracia y de la soberanía popular y manifestarse públicamente contra el golpe al proceso de paz, a la constitución del 91, al estado de derecho y a la tolerancia que deben ser el fundamento de nuestra convivencia ciudadana.
Corporación Nuevo Arco Iris.
Bogotá diciembre 9 de 2013.