“Los astros de la reconciliación están más alineados que nunca”

A. I: Se dice que tampoco ha sido fácil dentro de las Farc llegar a eso porque hay una contradicción dura entre Timochenko e Iván Márquez…

E.S: Debe existir. Estas declaraciones son el resultado de procesos internos de consultas y de debates que finalmente terminan llevando a una posición oficial.  Por supuesto que yo entiendo el escepticismo que existe en algunos sectores  respecto a cualquier cosa que digan las Farc. Si algo le ha hecho daño políticamente a las Farc en los últimos 10 o 15 años fue todo este proceso de los secuestrados políticos que por primera vez lograron movilizar masivamente a la opinión en su contra. La sola liberación de Ingrid Betancur y de los tres “técnicos norteamericanos”, le dio un vuelco al tema que  ya estaba totalmente internacionalizado. Después de la Operación Jaque muchos países abandonaron el acompañamiento al proceso y nos quedamos solos en tratar de sacar a los 25 o 30 soldados y policías que quedaban.

La comisión de la verdad que se necesitaría en Colombia sería una comisión como la que se dio en Centroamérica o en Perú, para que todos los agentes de la violencia, oficiales y no oficiales, aporten a la elaboración del duelo colectivo.

A.I: Usted ha sido un apoyo muy solitario a las gestiones de Piedad Córdoba en el tema de las liberaciones…

E.S: Solo una figura tan contradictoria como Piedad Córdoba ha podido hacer lo que ella ha hecho, desafiando los climas desfavorables de la opinión. Lo cual es paradójico porque la convierten en heroína cuando ayuda a la liberación de los secuestrados, pero luego la satanizan si se sabe que ha tenido contactos para haber liberado a los secuestrados. A mi me parece que ha jugado un papel fundamental en este proceso. Hoy en día es imposible pensar en una liberación de los secuestrados y  no contar por lo menos con su opinión.

A.I: Usted habló de que es tiempo de una comisión de la verdad ¿Cómo ve esa posibilidad usted?

E.S: Dentro de esa trilogía de reparación, justicia y verdad lo más débil es la verdad. La justicia está operando, mal o bien, la reparación está en la Ley de Víctimas, el Centro de Memoria es importante para la reparación simbólica, pero a mi me parece que no está involucrada la sociedad civil en el proceso de la verdad. Estamos funcionando con la verdad de las partes, la verdad del gobierno y la verdad de los victimarios, pero no se ha abierto un espacio para que la sociedad civil construya una verdad desde el punto de vista de la ética social. Se llevaron a los jefes paramilitares para Estados Unidos y no necesariamente van a aportar lo que le interesa a las víctimas sino más bien pueden sacarse el clavo con quienes los mandaron. Entre más tiempo dejemos pasar estos episodios, más difícil va a ser reconstruir todo el proceso de violencia. La comisión de la verdad que se necesitaría en Colombia sería una comisión como la que se dio en Centroamérica o en Perú, para que todos los agentes de la violencia, oficiales y no oficiales, aporten a la elaboración del duelo colectivo.

A.I: ¿Tuvo alguna respuesta su propuesta?

E. S: Hay una discusión más académica que otra cosa, entiendo que esto tiene que ser parte de un proceso de negociación, entiendo que es el gobierno quien decide en que momento es o no oportuno llegar a una comisión de la verdad.

A.I: ¿Por qué se metió en ese tema humanitario?

E.S: No hay nadie más desocupado que un ex presidente. Por eso cuando salí de la Presidencia me interesó meterme en dos temas: el de la globalización porque yo creo que en el país no nos hemos conectado con una agenda internacional tal vez por la excesiva preocupación por los temas domésticos. Y el tema de la aplicación del DIH en Colombia porque fue precisamente en mi gobierno que se aprobaron los protocolos I y II de la Convención de Ginebra. Todos sabemos  los debates que se dieron con anterioridad para impedir que se consagraran estas normas, la oposición de los militares y la confusión que había entre estado de beligerancia y no beligerancia.

A.I: ¿Con Uribe cómo le fue en este campo?

E.S: Con Uribe era imposible porque confundía la humanidad con la debilidad, para él cualquier concesión que se le pedía en materia humanitaria, así fuera la protección de una escuela o hacer un acuerdo para salvar un hospital, era una concesión política que le hacían a las Farc.

A.I: ¿Y con Santos?

E.S: Creo que nunca han estado tan alineados todos los astros de la reconciliación en Colombia como en este momento. Hay una coincidencia de los factores que en este momento le permitirían dar al país ese paso histórico. Esta es la oportunidad.