Foto: archivo particular
Según varios testigos, el tropel fue uno de los más violentos después de muchos años. –Nunca antes se había visto que sacaran al ESMAD hasta el semáforo- cuenta una estudiante que observó desde un local comercial estos acontecimientos. Por un buen margen de tiempo los estudiantes mantuvieron al escuadrón antidisturbios a más de cien metros de la puerta principal de la universidad, valiéndose para ello de morteros artesanales que eran utilizados para lanzar las papas bombas a la policía.
Eran como las 12 o 12:15 cuando se puso muy feo. Cuenta doña Elsa comerciante del sector. La policía se vino con la tanqueta y arreció hasta que logró entrar a los estudiantes encapuchados y en ese momento fue cuando se presentó esa explosión. Fue fuertísima. Yo creí que había sido una bomba. El humo era rojizo… no era blanco como es normalmente. En ese momento, el desespero se apoderó de todo el mundo. La policía, los estudiantes todos gritaban llamando una ambulancia. ¡Yo inmediatamente pensé lo peor!
Algunos testigos dicen que esta tragedia fue el resultado de un desafortunado accidente. Después de que la policía hizo su arremetida con el fin de despejar la vía y arrinconar a los manifestantes en el campus de la universidad, se escuchó una fuerte explosión que provenía de un bolso lleno de papas bomba que portaba uno de los estudiantes.
Disipada la humareda, los presentes observaron una imagen dantesca: el cuerpo destrozado de Edwin Ricardo quien llevó la peor parte y las otras personas que fueron afectadas por la onda explosiva. Inmediatamente los estudiantes corrieron a auxiliar a los heridos llevándolos hacia el lugar conocido como el muro. Edwin Ricardo fue recogido por la Policía y trasladado al Hospital San Rafael en una ambulancia de la misma institución, mientras los otros afectados de gravedad fueron trasladados en una camioneta particular.
El parte médico que emitió la institución de salud fue el siguiente: Edwin Ricardo Molina presentó amputación traumática de brazo derecho y trauma testicular; Carlos Fabián Chaparro presentó amputación traumática de pie derecho; Cristian Alvarado lesión en ojo derecho –posiblemente lo pierda- y los otros estudiantes presentaron fractura de fémur. En total fueron atendidos 6 heridos de gravedad aunque se sospecha que hay más. Edwin Ricardo falleció el miércoles 21 de marzo a la media noche después de haber sido sometido a varias cirugías. Los otros estudiantes fueron dados de alta y posteriormente conducidos a las instalaciones de la URI donde deberán afrontar un complicado proceso judicial.
¿Accidente o consecuencia de la inestabilidad de la UPTC?
A pesar de que varios testigos coinciden en señalar que esta situación se debió principalmente a un accidente y por la irresponsabilidad de los estudiantes frente al manejo de artefactos explosivos, algunos docentes de dicha institución no coinciden en esa afirmación. Un grupo significativo de profesores de la Escuela de Ciencias Sociales son enfáticos en insistir que lo ocurrido en la Universidad no puede entenderse como una situación aislada, mucho menos cuando en los últimos meses se ha incrementado el número de enfrentamientos con la fuerza pública. A las expresiones del conflicto armado que se expresan en la Universidad se les suma el descontento generalizado frente a la actual administración.
Desde la década de los sesenta la universidad pública ha sido un escenario que les ha permitido a muchos jóvenes soñar con la transformación social, y al mismo tiempo, un lugar donde los movimientos de izquierda –especialmente aquellos que combinan las formas de lucha- han encontrado el recurso humano e ideológico para alimentar sus filas y copar territorios.
Pero mientras el conflicto armado se degrada y es rechazado por gran parte de la población colombiana, en la universidad pública sigue encontrando espacios políticos y organizativos. El surgimiento de movimientos como el Movimiento Jaime Bateman Cayón, el Movimiento Bolivariano –MB- (quienes al parecer lideraron los enfrentamientos de esa trágica jornada), Kombativos sin rostro y el Movimiento Universitario Revolucionario –MUR- dan cuenta de tan preocupante situación.