Foto: Giovanni Moreno C.
- ¿Se repetirá la experiencia de la UP?
El fantasma de la UP recorrió toda la Marcha. El hecho de que aún antes de realizarse el movimiento fuera señalado por el Ejército como parte de una estrategia política de las Farc, enmarcada en la combinación de todas las formas de lucha, se convirtió en una alarma. Tal como ha quedado planteado el clima alrededor de la Marcha, Santos debería dar un mensaje claro y contundente de que en el país hay derecho a expresarse y participar políticamente sin riesgos de un nuevo exterminio.
- ¿Que tan política o social es la Marcha?
El carácter de la Marcha fue uno de los puntos centrales de debate y en la declaración final quedó establecido que es un movimiento político y social. Este es el punto que ha generado mayor debate en el Polo Democrático Alternativo ya que los miembros de varios sectores, principalmente el Partido Comunista, estarían incurriendo en doble militancia y por eso en algunos corrillos se habla de expulsión o de retirada. La senadora Gloria Inés Ramírez y el representante Hernando Hernández son abiertamente parte de la Marcha, mientras el representante Iván Cepeda se hizo presente para dar un saludo.
Por el lado liberal, Piedad Córdoba llegó con su Movimiento Liberal en Marcha, y en la instalación estuvo acompañada de algunos de sus copartidarios como Juan Manuel López Caballero, hijo del expresidente Alfonso López Michelsen. Se esperaba un saludo del expresidente Ernesto Samper pero éste no llegó. Al parecer, en el partido liberal la tradición de hacer corrientes y movimientos genera menos conflicto que en el Polo.
- ¿Qué piensa la Marcha sobre la lucha armada?
Más que la doble militancia lo que preocupa a la dirigencia del Polo Democrático es que la Marcha Patriótica no tenga una posición clara, unificada y taxativa sobre la lucha armada. Mientras en el Polo el rechazo a ésta hace parte de su espíritu fundacional y está consagrada en el ideario y los estatutos, la Marcha Patriótica no menciona el tema en su declaración política. Si bien en la declaración hay un clamor por una solución política del conflicto, la Marcha le endilga toda la responsabilidad al Estado y no hace mención de la insurgencia, ni le hace demandas, como sí había ocurrido por ejemplo en el encuentro campesino de Barrancabermeja.
El debate sobre el papel que cumplirá la Marcha Patriótica en la política colombiana apenas comienza. Arco Iris plantea las preguntas que quedan planteadas el fin de semana pasado sobre este nuevo movimiento político.
- ¿Quién maneja la política de paz del país?
El hecho de hayan sido los generales Alejandro Navas, comandante de las Fuerzas Militares, y Sergio Mantilla del Ejército, los voceros que al parecer eligió el gobierno para dar declaraciones sobre la Marcha, habla muy mal de la arquitectura institucional con la que Santos está manejando el tema de la paz. La Marcha es un evento político. No obstante el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón hizo todo a su alcance para que tanto el gobierno distrital como el nacional prohibieran su realización. Hace mucho no se veía que el sector castrense se metiera en política de frente.
- ¿Quiénes son los líderes de la Marcha?
El Consejo Patriótico quedó conformado por 45 miembros, todos representativos de regiones y movimientos sociales. En ellos se destacan nuevos liderazgos muy frescos como el de Andrés Gil, de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra, ganador por cierto del Premio Nacional de Paz en 2010; y David Flórez, dirigente estudiantil de la Mane. No obstante durante los dos días de deliberaciones en el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada quedó también claro que la persona más popular entre los de la Marcha es Piedad Córdoba. Ella fue aclamada en todos sus discursos, las delegaciones y delegados se tomaban fotos con ella como si fuera Paul McCartney, y la inundaron de flores.
- ¿Quiénes son los marchantes?
A quienes estuvieron en las deliberaciones les quedó claro que en lo social, la Marcha es profundamente campesina. Allí había representantes de las regiones más remotas del país; zonas afectadas fuertemente por el conflicto armado. Aunque casi la mitad de la dirigencia de la Mane (la organización estudiantil) hace parte de la Marcha, esta no es precisamente un movimiento de juventudes. Más bien ha reagrupado a sectores de una vieja guardia de izquierda, inconforme con organizaciones como el Polo. Socialmente, se puede decir que la Marcha representa a la Colombia profunda, que está viviendo en medio de la guerra, y la que la prosperidad le ha pasado de largo.
- ¿Qué hay de nuevo en la Marcha?
En la retórica muy poco. Las reivindicaciones son las mismas de la izquierda tradicional: cambiar el sistema económico y político actual (nada sirve) por uno de carácter más socialista (ríos de leche y miel). El tono de rechazo a todo y pocas propuestas viables.
Lo que es nuevo es que el nacimiento mismo de la Marcha habla de un nuevo momento para el país. En la más reciente encuesta realizada por medios de comunicación a medida que bajó la popularidad de Santos, subió el porcentaje de personas que consideran necesaria una solución política del conflicto (53%). La Marcha, en la medida que tome en serio esta bandera, podría canalizar ese sentimiento, y servir de puente con sectores que aún le apuestan a la guerra.
La Marcha en el buen sentido de la palabra fue un grito. Un grito de rebeldía e independencia frente al Estado. Pero un gran silencio frente a la insurgencia.