Siguiendo las notas de los medios de comunicación sobre las últimas liberaciones de los militares y policías vi los rostros de las mujeres que aportaron para que esto fuera posible. Independientemente del interés político o humanitario que las motiva, con su trabajo persistente durante varios meses contribuyeron a que las FARC hiciera por fin un acto de humanidad esperado por millones de colombianos y colombianas. Quiero destacar el papel de las mujeres activistas de paz en este episodio que dio alegría, no solo a los liberados, sino también a las familias y a la sociedad colombiana.
Dentro de estos rostros estaba el de Marleny Orjuela a quien conocí en la época de los diálogos del Caguán. En su incansable trabajo humanitario y de paz, nos acompañó en la Audiencia de mujeres realizada en San Vicente del Caguán, buscando la liberación de los secuestrados. En ese momento la feminista y activista de paz Magdala Velásquez Toro, delegada por las mujeres en el Consejo Nacional de Paz, hizo un trabajo intenso por la negociación y por posicionar los intereses de las mujeres en la agenda de paz que en ese momento se discutía entre el gobierno y la guerrilla de las FARC.
Debo mencionar a Piedad Córdoba, que pese a las diferencias que suscita, se reconoce que fue por su terquedad y su liderazgo político que logró el reconocimiento de la guerrilla para cumplir un rol en las liberaciones, y que el gobierno debió aceptar. Además, desde Colombianos y Colombianas por la Paz, vuelve a poner el tema de la solución política negociada.
Y cumpliendo también un papel importante, está Olga Amparo Sánchez, feminista de la Casa de la Mujer, que junto a Piedad y Marleny conformaron un equipo decisivo en ese proceso; desde sus lugares, cada una puso la dedicación suficiente por el resultado de la acción humanitaria.
El papel de mujeres en el activismo por la paz en Colombia, no es ajeno a los esfuerzos y conocimientos de mujeres en otros países en conflicto, esto se ve reflejado en que ya son 20 las mujeres que han recibido el premio Nobel de la paz.
De acuerdo con la Resolución 1325 de ONU sobre Mujer Paz y Seguridad; que resalta el papel de las mujeres en la prevención de los conflictos y su participación en las mesas de negociación, los datos reportados por la Escuela de Paz de Barcelona muestran que todavía es muy baja la participación de las mujeres, sólo el 4% del total de las personas que intervienen en las mesas de negociación son mujeres. Llama positivamente la atención la experiencia de negociación del conflicto en Filipinas, donde la Comisionada de Paz es una mujer, seis mujeres negociadoras principales del gobierno y de las guerrillas una mujer; además participa una relatora, una facilitadora y una mujer en el Grupo de Contacto Internacional en los procesos de paz que se adelantan en este país.
Retomando las palabras de una de las tres ganadoras del Nobel 2011, la liberiana Leymah Roberta Gbowee “El mundo ya no excluirá a las mujeres de participar en los esfuerzos por lograr la paz, porque las habilidades y las capacidades de las mujeres han sido reconocidas».
/ Gloria Tobón Olarte