Arauca: el eterno retorno de la insurgencia (3a parte)

Foto: Centro de Medios Independientes del Ecuador

Al iniciar la década de los noventa cuatro delegados de las FARC, el ELN y una minoría del EPL que permanecía en armas después de la desmovilización de este grupo, que se tomó pacíficamente la embajada de Venezuela en Bogotá, acompañados por Álvaro Leyva y el senador del Partido Comunista, Hernán Mota. Era un intento por tener protagonismo en medio del proceso constituyente que tuvo como desenlace la apertura de una mesa de diálogo. El ELN, consideró que era bueno involucrar al Frente Domingo Laín y de allí la idea que la primera  reunión se hiciera en Cravo Norte, Arauca, y designó como su vocero a un hombre de la línea dura, Francisco Galán, para representarlo en la naciente mesa, ya que éste era ampliamente aceptado dentro de las filas del Laín.

Luego del asesinato de Monseñor Jesús Emilio Jaramillo, el Frente  Domingo Laín vivió una recomposición en su dirección. Ya sin los fundadores en cargos importantes y sin los urbanos foráneos de Arauca que lo habían conducido entre 1985 y 1990, la jefatura la asumió  Armel Robles Cermeño, conocido en las filas del ELN como el Chino. Araucano de pura cepa, nacido a finales de los 50 en Arauquita, Cermeño empezó como maestro de escuela en veredas de este municipio, participó de la fundación del Colegio Juan Jacobo Rousseau, se involucró en la actividad sindical, llegando incluso a ser dirigente departamental. Sus colegas del magisterio lo recuerdan como un hombre tranquilo, con gusto por la actividad pedagógica. Su vida daría un giro en octubre de 1987 cuando estando en el colegio dos milicianos de las Farc lo balearon. Logró huir y después de recuperarse  en Bogotá regresó a Arauca para vincularse al Frente Domingo Laín. Tres años después ya era responsable político, que equivalía a ser la voz líder dentro de una dirección colectiva.

Con el enclave petrolero de Caño limón, Arauca recibió un flujo importante de población y recursos. Aunque el Sarare había mejorado en algo -en su infraestructura vial y social- el ELN mantuvo su presión a la infraestructura petrolera con el sabotaje a los campos y el oleoducto a lo largo de todos los años 90. Tan grave llegó a ser esta presión, que buena parte de los recursos del Plan Colombia se destinaron para proteger esta infraestructura. Caño Limón se convirtió en un punto con alta tecnología de protección y un estricto control a todo lo que se mueve en su perímetro, control que se mantiene hasta hoy y que por momentos el ELN y las FARC han logrado vulnerar.

Con la transformación de Arauca de Intendencia a Departamento y del proceso de elección popular de gobernadores, el  ELN decidió incidir en las elecciones,  con la fuerza de sus bases en  Saravena, Tame y Arauquita.  El acuerdo con los candidatos era más o menos así: la guerrilla garantizaba los votos del Sarare y los elegidos cumplían un plan de inversión social, concertarían con el Domingo Laín las decisiones, especialmente las burocráticas. Era un cogobierno desde los campamentos. Esta relación dejó una estela de muertos, por incumplimientos, traiciones, corrupción. Quienes han sido mencionados como parte de esta eleno-política fueron Luis Alfredo Colmenares Chía, primer Gobernador electo, para el periodo 1991-1994, José Vicente Lozano  Fernández;  1995 – 1997, Gustavo Carmelo Castellanos Beltrán;  1998 -2000. Todos ellos en mayor o menor medida tuvieron relación con el «clientelismo armado» impuesto por el ELN. De por medio estaba las millonarias regalía que recibía el departamento.

La actividad militar del Frente Domingo Laín se mantuvo e incluso se hizo mayor, especialmente en Saravena, al punto que la Policía tuvo que confinarse en su cuartel central  entre 1995 y el año 2000. En estos años los hostigamientos en las plazas centrales de Saravena, Araquita y Fortul eran de rutina.

El 2 de noviembre del 2000 se empezaría a escribir otro capítulo en la  historia del Frente Domingo Laín. Ese día, exsenador Elías Mathus fue capturado en compañía de El Chino, en Bogotá. Entonces Pablo, hijo de colonizadores y participe de la primera asamblea formal del Frente Domingo Laín,  asumió la comandancia del ELN en Arauca.

A Pablo le tocó enfrentar el ingreso de los paramilitares que venían de Casanare, en una acción coordinada con las FARC. La parte más dura de esta disputa se libró en Tame y Fortul, donde había cultivos ilícitos. Los elenos lograron contener el avance  paramilitar en  lo que se conoce como la batalla de Corocito, corregimiento de Tame, donde en una confrontación de cuatro días que dejó varios muertos de lado y lado, el Frente Domingo Laín logró finalmente que los paramilitares se replegaran hacía la región donde tenían apoyo de la fuerza pública. Según Pablo, por esta batalla los paramilitares no lograron asentarse en las zonas históricas del Laín en el Sarare.

En la campaña electoral del 2000, participó como candidato liberal a la gobernación Federico Gallardo Lozano, quien igual que todos los gobernadores anteriores,  contaba con los votos de la influencia del ELN en el Sarare. Para entonces ya era vox populi que la guerrilla co-gobernaba Arauca, y la violencia estaba en uno de sus mayores picos, lo que fue un reto mayúsculo para Gallardo. Los compromisos con el Sarare y las expectativas de comunidades y del ELN no fueron fáciles de tramitar. En medio de una crisis de gobernabilidad, Gallardo fue destituido por el Concejo de Estado en diciembre de 2001 y luego secuestrado por el Frente Domingo Laín, quien lo mantuvo en su poder durante dos meses.

Así recuerda Federico Gallardo este hecho: «La primera reunión, que duró dos horas, fue con el comandante Felipe. El problema radicaba en que ellos no entendían qué es una disponibilidad presupuestal y qué es un contrato, tuve que explicar detalladamente cómo se asignan los recursos oficiales y cuáles son los trámites para hacer las contrataciones de obras públicas».

Con la destitución de Federico Gallardo, la presencia paramilitar en parte de Arauca y una recomposición de las fuerzas políticas en el departamento vendría un giro y el Frente Domingo Laín perdió su capacidad de incidir en la administración departamental como lo había hecho desde 1991.