Foto: Camilo González, director del Centro de Memoria / tomada de setianworks.net
¿Cuál es su balance de la Minga por la Paz?
Una movilización sin precedentes, no por la cantidad de gente, sino porque se configuró una alianza con la con la participación del gobernador, de alcaldes del suroccidente, con la institucionalidad del gobierno de Nariño, Valle y Chocó y eso es un elemento nuevo y es la gran oportunidad de un nuevo movimiento por la paz que marca una diferencia con el periodo anterior. Es una gran alianza desde abajo hacia arriba, conectada con instancias de poder para realmente tratar de detener la guerra
¿Qué es la consulta por la paz?
La Constitución establece la figura de la consulta popular, que en un departamento es potestad de la Asamblea Departamental, pero que puede ser iniciativa de la gobernación, con el apoyo de organizaciones sociales y que se convertiría en un hito dentro del ordenamiento político del país pues tendría urnas en todos los municipios, veredas, con una infraestructura puesta por la Registraduría Nacional del Estado Civil.
Sería una gran campaña política para formar una fuerza moral y política a favor de la paz.
¿Para qué la consulta?
Sirve para dar un mensaje, ‘Cauca territorio de paz’ en la cual los ciudadanos se pronuncien, no sólo en general por la paz, sino con la exigencia de parar de inmediato la guerra, para no tener el departamento del Cauca como territorio de operaciones militares y de todo este juego de escaladas conflictivas.
¿Qué opina sobre la carta que los indígenas del Cauca le enviaron recientemente al comandante de las Farc?
Es una carta que está argumentada desde el Derecho Internacional Humanitario y del derecho propio de las comunidades indígenas, con unos reclamos sustentados por las violaciones a los derechos de los pueblos por parte de las Farc. Ellos han hecho decisiones de la guerrilla que prácticamente pone a las organizaciones y a muchos dirigentes como objetivos militares. Hay que esperar que Timochenko responda de forma inteligente, restableciendo lo que son los derechos de sus pueblos referentes a la ocupación, la usurpación de territorios y de autoridades que han venido siendo las Farc en el departamento del Cauca.
¿Cree que nos estamos acercando a una solución política del conflicto?
Desde el punto de vista de relaciones militares de fuerza, el conflicto no tiene posibilidades de salida. El gobierno quiere ablandar al máximo a la guerrilla para llegar a un escenario de desmovilización, y la guerrilla quiere recomponer su terreno para tener una fuerza militar suficiente que, supuestamente, sería el respaldo de aspiraciones de una negociación programática. Entonces esa lógica militarista sigue predominando y eso lleva a situaciones absurdas. Pero creo que hay otros elementos que muestran posibilidades: un discurso más político desde la nueva dirigencia, una intención de establecer nexos y diálogos con sectores sociales; y por parte del gobierno se está hablando de un marco de justicia transicional para la paz. Señales que indican que el terreno no es solamente de confrontación.
Desafortunadamente los tiempos políticos son implacables. Ya comenzando el año 2013 se va a poner al rojo la campaña electoral y el gobierno no se la va a jugar con la bandera de la paz para la campaña electoral del 2014. Se la va a jugar con la campaña de los negocios, de la economía, del TLC para reagrupar y de nuevo competir con el uribismo.
La única variable que podría modificar ese cuadro es la variable de la movilización ciudadana. Cosas como la consulta del que se está hablando esas expresiones pueden desarreglar los cálculos de las fuerzas que estimulan la formación militar.