Foto: Luis E. Celis.
¿Y expresiones como la Marcha Patriótica le sirven a la paz?
A mí me parece que el surgimiento de la marcha patriótica es de los fenómenos políticos más importantes que se han dado en el último período para la paz, porque es la emergencia de sectores sociales y políticos que están muy cercanos a las zonas de conflicto; sectores sociales que se ven permanentemente obligados a desenvolverse con los actores de la guerra. Eso se ha traducido en expresiones políticas y sociales que pueden servir de puente para una solución política y además podrían facilitar el tránsito de las Farc y del Eln a la legalidad.
Ahora si el establecimiento colombiano comete la torpeza de darle un tratamiento de objetivo militar a todo ese movimiento, lo que van a hacer es sencillamente condenarnos a otra década de guerra sin sentido y a repetir pedazos de la historia de la Unión Patriótica: asesinatos selectivos, líderes que comienzan a aparecer muertos en supuestas trifulcas, que los atropella un carro y otros se mueren de intoxicación así uno por uno, y cuando nos demos cuenta queden 100 líderes asesinados.
Camilo González Posso, director de Indepaz, y del Centro de Memoria de Bogotá, ha sido además un intelectual comprometido con la búsqueda de la paz en el país, y una persona muy vinculada al Cauca. A raíz de la Minga por la Paz que se realizó en ese departamento hace dos semanas, Arco Iris lo entrevistó.
Por eso hay que dar un mensaje fuerte que una de las tareas para la paz es que se garanticen los derechos a todas las organizaciones que han surgido y que tienen coincidencias en aspectos políticos con planteamientos que han hecho desde el tiempo bolivariano, yo creo que es una oportunidad y una plataforma para la negociación política.
Pero el establecimiento está dividido en este tema. Eso refleja la tensa situación entre Uribe y Santos…
Y la tendencia es hacia una mayor fractura. Se puede decir que Santos se ha corrido hacia el centro y que es una expresión de centro-derecha, y el uribismo trata de halar a todo el espectro nacional hacia la derecha. Son proyectos que se habían conjugado por urgencias políticas en el pasado pero que ahora se van a diferenciar cada vez más.
El uribismo con menor aceptación a nivel internacional, identificado con las partes más atroces de la forma de la guerra en la década pasada, con escándalos cada vez más evidentes de la conexión entre el grupo más cercano al ex presidente Uribe y el fenómeno paramilitar y parapolítico. Eso va a ayudar a una más grande fractura. Y el esfuerzo del santismo en el centro: la disputa por la cercanía del Partido Verde, la campaña de Santos en el tema de la vivienda; y aunque no hay un cambio de modelo económico, hay una recuperación del discurso liberal en cuanto a las instituciones.
¿Y la izquierda?
Va a ver una recomposición de la izquierda, dependiendo de si hay elementos de negociación política. Por lo pronto tenemos tres sectores: una izquierda ortodoxa, que se está aglutinando alrededor de la Marcha Patriótica; los remanentes del Polo Democrático Alternativo; y una izquierda social demócrata que tienen su expresión mayor en el Progresismo en el gobierno de Bogotá.
Yo creo que hacia la próxima campaña los polos de atracción mayor son el Progresismo y la Marcha Patriótica; y me parece difícil que eso se pueda combinar en una nueva forma de expresión política porque tienen orígenes, matrices, proyecciones diferentes. Y porque mientras exista el conflicto y no se haya logrado la paz de todas maneras la posición de diferenciación absoluta con las acciones armadas o cualquier forma de justificación de la lucha armada en la misión política por el poder, va a ser muy difícil que existan convergencias fuertes.