Foto: Giovanni Moreno C.
¿Cómo ven la Marcha Patriótica?
Nosotros no estamos metidos en la Marcha Patriótica pero si se consolida como un movimiento político y le apuesta a la paz de este país, sinceramente, eso sería muy positivo. Pero si es un movimiento político más para seguir en lo que estamos hoy en este país, yo creo que no vale la pena.
¿A cuál indígena admira?
Hay muchos indígenas que he admirado, pero más a Trino Morales. Él tuvo la bondad de despojarse de su regionalismo caucano para comprender la realidad del movimiento indígena nacional. Yo creo que ese señor es un maestro. Mirando toda la dirigencia indígena creo que es el padre del movimiento indígena modernoy de la comprensión que muchos obtuvimos de eso. Él vive en la Sierra Nevada de Santa Marta y ojalá viva muchos años porque sabe mucho. Fue presidente del CRIC siendo guambiando, en medio de una mayoría Páez. Fue educado por las monjas, y también fue el primer presidente de la ONIC, comprendiendo la pluralidad del movimiento indígena.
Cuéntenos un poco acerca de su historia con Eulalia Yagarí con quien tiene dos hijas
De joven tuve una experiencia muy bonita con Eulalia quien es una dirigente indígena. Es una persona excelente y muy trabajadora. Culturalmente somos muy parecidos también. Los Emberá son personas muy tercas y yo creo que los paisas también. He aprendido mucho de la cultura de los Emberá y la vida nos dio la posibilidad de que estuvieran esas dos hijas, Patricia y Marcela. Una es abogada y la otra es Trabajadora social y se dedican a la causa del movimiento indígena.
Los directores de la ASI han sido más que todo indígenas…
Cuando se discuten temas de fondo en el Partido empiezan a salir estigmatizaciones, pero desde el inicio del movimiento muchos hemos estado ahí. Yo no he conocido otro Partido Político distinto a la ASI porque he estado toda la vida en el movimiento social. En la dirección han estado Pablo Tatay, de origen Húngaro; Edgar Londoño, paisa también y quien trabajó con los indígenas en el Tolima; Consuelo Montoya es paisa, Marco Avirama indígena del Cauca; y Dummer Ortega no recuerdo si es o no indígena. Lo que pasa es que a uno lo estigmatizan diciendo que los paisas se tomaron eso pero la realidad es que nosotros le pusimos la cara a eso porque nadie lo hacía.
Las dos principales vertientes de la ASI son paisas y caucanos…
Ya eso no tanto. Yo catalogo las vertientes en la ASI como una vertiente histórica que cree que debe ser un Partido que avale procesos regionales y otra vertiente que quiere un partido nacional. Actualmente, la discusión se va volviendo menos regional y más política. Queremos seguir siendo un partido que avale procesos regionales pero con una proyección nacional, con una agenda mucho más concreta en torno a temas. No podemos seguir trabajando y viviendo de la historia.
¿En qué anda Jesús Piñacué, quien ha sido tan representativo de la ASI?
Jesús Piñacué siempre ha dicho que es de la ASI. Hemos visto que ha estado en reuniones con los Progresistas y les ha dicho a muchas personas que quiere ser candidato al Senado de la República y esperamos que sea por la ASI. Él nos pidió el aval para la Gobernación del Valle, pero las estructuras del Valle decidieron no tener candidato propio, sino apoyar un candidato de unidad, que se enfrente al candidato del PIN. Nosotros somos respetuosos de las decisiones regionales.
¿Cuál es la coalición que está buscando la Gobernación del Valle de la cual hacen parte?
Tengo entendido que están los partidos Liberal, Conservador, de la U, Cambio Radical, ASI y otros sectores independientes y en el otro lado están el candidato del PIN y también hay una candidata del Polo. Eso no significa que a nivel nacional la ASI esté inscrita en la Unidad Nacional, son realidades locales. Lo que hemos pedido es mucha responsabilidad porque el Valle en cinco meses ya lleva tres gobernadores y si el otro va y resulta con problemas entonces apague y vámonos.
Antes andaba por los campos y ríos con mochila y ahora está aguantando frío en Bogotá como presidente de la ASI. ¿Qué le gusta más?
A mí me gusta todo. Yo las cosas que hago en la vida las hago con pasión. Cuando me meto a un trabajo lo hago día y noche. Así como trabajaba con la comunidad y en los resguardos en muchas partes del país, así yo le estoy dedicando el estar aquí en la ciudad.
¿Qué le queda de las lecturas marxistas que hizo en la juventud?
Le queda a uno el aprendizaje de aproximarse a la realidad social. El marxismo perteneció a una época y de esa época para acá ha pasado mucha agua por debajo de este mundo también. El capitalismo parece que ha aprendido más de lo que el marxismo creyó que iba a aprender. El capital antes era mucho más predecible y más rígido, la política y la economía ahora son muy cambiantes.
Usted es de la tierra de Mario Uribe y muy cercano a la tierra del expresidente Uribe… ¿Qué recuerdos?
(Risas) Yo admiraba mucho a Álvaro Uribe cuando estaba acompañado con Ernesto Samper en el Poder Popular y yo lo oía hablar y me parecía un tipo interesante y ahora con todo lo que ha pasado en este país. Me parece que en su primer Gobierno hizo cosas positivas, pero cuando se metió con el tema de la reelección ahí se le desfiguró todo el proyecto político.
¿Cómo ve la pelea entre Santos y Uribe?
Yo creo que esa pelea no les sirve a los colombianos. Yo le oí por ahí a un amigo que cuando dos dirigentes políticos tienen arraigo popular, cuando el uno es Presidente y el otro tiene una corriente de opinión y se agarran de esa manera tan visceral en el debate público, se puede desencadenar muy fácil violencia sectaria en el país. Eso ha pasado cuando ha habido liderazgos muy fuertes, acuérdese de la violencia política que hemos vivido en este país que se vuelve muy peligrosa y desestabilizadora. Hay una violencia verbal muy brava y en momentos muy difíciles, quien no va a rechazar un acto como el que cometieron contra Fernando Londoño, eso lo rechazamos todos, así no todo el mundo esté de acuerdo con la ideología del señor. Quién no va a rechazar el ataque a los soldados de la Guajira o una amenaza contra Piedad Córdoba, todos lo hacemos. Si queremos paz en Colombia, la institucionalidad que hay en el país es un capital básico y tiene que haber unidad de todos los sectores políticos. Si acabamos lo poquito de institucionalidad que hay entonces a dónde vamos a parar.