Ganar la paz: ¿Desde dónde señor Presidente?

En los mensajes del Presidente Santos de los últimos días “vamos a ganar la paz”, “la paz se conseguirá a toda costa”, “no tengan miedo a la paz” se percibe un fuerte acento triunfalista de que la paz se está ganando desde la guerra. Es cierto que las guerrillas están debilitadas. Han perdido legitimidad política por sus métodos y porque persisten en una guerra anacrónica que la mayoría de los colombianos y colombianas rechazamos; pero también es cierto que esta guerrilla no está derrotada, el gobierno anterior se propuso ganar la guerra y no lo logró. La que sigue perdiendo es la Paz.

Los mensajes del presidente dirigidos a la Fuerza Pública, a los militares retirados y a sectores de la sociedad generan interrogantes acerca de que es lo que se quiere y cómo hacer la paz. En Filipinas que vive un conflicto similar por su duración, con una guerrilla parecida a la nuestra, el presidente Aquino ha propuesto hacer una negociación para poner punto final al mismo. Su consigna de “Ganar la paz” se ha traducido en mensajes y actuaciones que ha movilizado la opinión, la sociedad y la institucionalidad, especialmente en los estamentos militares. Llama la atención las propuestas y el establecimiento de diálogos entre organizaciones sociales y los militares en zonas de conflicto para emprender acciones conjuntas de paz y reconciliación.

Aunque los contextos son diferentes, se requiere de un compromiso real para apostarle a la paz. La degradación, los múltiples actores y factores del conflicto en Colombia, entre estos, los paramilitares, las desconfianzas, los intereses económicos en la sociedad y en el establecimiento entorpecen las vías de paz. Por ello, es indispensable una gran voluntad política del gobierno para hacer vital ese mensaje en toda la institucionalidad, en la sociedad y en la Fuerza Pública. Son urgentes acciones para neutralizar el paramilitarismo y las bandas asociadas con el narcotráfico y emprender definitivamente una negociación con la insurgencia que ponga punto final al conflicto armado. Una apuesta para “Ganar la Paz” en Colombia no debe seguir afincada en ganar la guerra.

En la semana que pasó, se aprobó el marco jurídico para la paz: la llave que el Congreso le entrega al Presidente para que en su momento abra la negociación. También se escucharon múltiples mensajes sobre la paz, las limitaciones del marco legal y sobre el tipo de paz para Colombia. En sectores del movimiento de paz, de las feministas y otras organizaciones de la sociedad civil, se ha expresado que la paz no se hace en las mesas de negociación. Ganar la paz corresponde a un proceso de construcción y fortalecimiento de la democracia, de ciudadanía incluyente, de reformas sociales, de real reparación y justicia para las víctimas del conflicto y de no repetición. Esto es lo que garantizará la construcción de una paz sostenible.

Por lo tanto actuar con reformas políticas y sociales integrales, con participación de la sociedad y abrir la puerta hacia un proceso de negociación del conflicto armado con la insurgencia, son caminos posibles para “Ganar la paz” Lo contrario es continuar esta guerra absurda que afecta principalmente a la población. En uno de los bombardeos de las FARC, una líder del Cauca dijo “(…) no es la primera vez que me toca pagar una alta cuota de dolor en esta guerra que he sentido de cerca desde que tengo uso de razón.(…) la única respuesta del gobierno es incrementar el pie de fuerza, como quien dice agudizar el conflicto, como si la solución a este histórico problema fueran las balas(…). ”No es a toda costa como se ganara la Paz”

/ Gloria Tobón Olarte

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