La democracia, según los estudiantes

Foto: Sergio Fernández, tomada de Semana.com

“La propuesta de los estudiantes en 1971 y hoy, es una propuesta que pone su acento en la soberanía, la democracia y en la paz”: Sergio Fernández

¿Qué es la MANE y qué representa para la educación colombiana en este momento?

La MANE surge en el 2011, con su primera reunión del 20 y 21 de agosto. Es el máximo representante de la unidad gremial de los estudiantes; no existe otro similar en Colombia y en la historia del país son contados lo experimentos similares. Hoy tiene presencia en 70 de 80 universidades que hay en el país. Logró organizar un paro universitario en 31 de 32 universidades públicas y en ella confluyen procesos estudiantiles de índole diversa; todas las perspectivas políticas pero a la vez religiosas, orientaciones de todo tipo, lo que constituye su mayor virtud.

La MANE dotó al movimiento estudiantil de un Programa Mínimo de seis puntos que constituye la propuesta condensada de educación superior de los estudiantes colombianos, y permitió definir la política del movimiento estudiantil.Está conformada por una plenaria nacional en la que participa todo estudiante que sienta que el Programa Mínimo lo acoge, además de mesas al interior de cada una de las universidades, un comité operativo constituido por delegados elegidos democráticamente en cada uno de los espacios delas universidades y tres comisiones (Derechos Humanos, Comunicaciones y la Académica Nacional), además de un cuerpo nacional de vocerías (23 voceros nacionales electos de 25 que fueron definidos por el comité operativo).

¿En este momento cuál es la mayor amenaza contra la educación que debe enfrentar la MANE?

El proyecto neoliberal que representa Juan Manuel Santos y su gobierno.Su propuesta educativa es sin duda la mayor amenaza hoy y es la mayor amenaza que ha habido en la historia de la educación en Colombia.

Es imposible rastrear en la historia del país una propuesta tan negativa, nefasta y retardataria como la que le hizo el gobierno de Santos el año pasado al país. Era tan mala que ni siquiera los rectores de las universidades públicas, muchos de ellos puestos a dedo por el gobierno, estaban dispuestos a acompañarla. Era tan mala que ni siquiera los ministros del gobierno, que son neoliberales, curtidos en esas lides, fueron capaces de defenderla de manera adecuada.  La bancada de la Unidad Nacional finalmente tampoco fue capaz de defenderla. Digamos, en suma, que no había quién defendiera esa propuesta tan nefasta.

¿Por qué la considera tan nefasta?

Porque los propósitos de dicha propuesta son tres: abrir un nuevo nicho de negocios para el capital financiero y para los monopolios internacionales de la educación superior; ese es el objetivo principal de esa reforma, y tan es así, que todo lo que se señalaba en la reforma fue previamente negociado en el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia.Adecuar los contenidos de la educación a las necesidades del capital internacional: Mano de obra barata en el marco de la internacionalización o globalización neoliberal que estamos viviendo. Acabar con cualquier resquicio de conocimiento científico y crítico.

¿La Mane se identifica con los movimientos de los 60 y 70?

Sin duda es muy similar. En ese momento se organizaron todas las fuerzas vivas del movimiento estudiantil contra el Plan Atcon, que era la avanzada en materia educativa de la Alianza para el Progreso de John F. Kennedy.  Digamos que era la manera en que el imperialismo trataba de adecuar la educación a sus intereses particulares. Y hoy tenemos una situación similar, con los tratados de libre comercio definiendo cada uno de los aspectos de la vida de una nación.

Uno se da cuenta de que la megaminería va por ese lado también, de que todos los medicamentos y las patentes fueron definidos en el TLC, que el tema medioambiental tampoco es ajeno al TLC, la contratación laboral tampoco, que la salud mucho menos y, por supuesto, la educación tampoco. Entonces hoy, de nuevo, el movimiento estudiantil está organizado, agrupado y unido programáticamente para hacerle frente a esa propuesta claramente agenciada por el imperialismo norteamericano.Es bueno que llamemos a las cosas por su nombre.

¿También tienen identidad con lo que fue la Séptima papeleta de 1991?

De ninguna manera. Yo considero que la propuesta de los estudiantes en 1971 y hoy, es una propuesta que pone su acento en la soberanía, la democracia y en la paz, que es la consigna de la MANE: Una nueva educación para un país con soberanía, democracia y paz y es una organización de masas. Mientras que lo de 1991 no era un movimiento de masas. Fueron los delfines, los hijos delos presidentes, de la universidad del Rosario y de Los Andes, los que promovieron esta serie de cambios y transformaciones que, a la postre, lo que le trajeron al país fue una constitución absolutamente neoliberal.

Digamos que la pelea de la MANE incluso se circunscribe en una pelea para tratar de romper con lo que la constitución de 1991 definió como educación. En el artículo 67 dice que es un servicio público y un derecho.Nosotros hemos dicho que o es un derecho o es un servicio público, pero no puede ser las dos cosas al mismo tiempo. Y luego dice que será gratuita sin perjuicio de que sele cobre al que tenga plata, luego, o es gratuita o se cobra, ¿o cómo es?

Esa constitución de1991 fue la que permitió la apertura económica, la privatización dela salud, de la educación, la merma delos empleos. De manera que de ningún modo, a mi juicio, puede compararse el movimiento de la Séptima papeleta con el movimiento de 1971 y el dela MANE.

¿Qué sigue para la Mane?

Nosotros tenemos claro que hay un cambio en el momento. El momento que está viviendo el movimiento estudiantil es diferente al del año pasado. El año pasado el esfuerzo era por detener a toda costa la reforma a la educación de Juan Manuel Santos, del neoliberalismo, y eso se logró. Con lo que dejamos claro que la creación de la MANE es determinante en el freno a esa propuesta, y que el apoyo de varios sectores sociales, intelectuales y políticos también fue determinante en ese sentido.

Ahora estamos en tratar de sumar otra vez la mayor cantidad de sectores posible para construir una propuesta de educación diferente. Porque en algo hay un acuerdo en todo el país y es en que la educación necesita una reforma, ahora, ¿qué tipo de reforma? ¿Es la reforma neoliberal al servicio de las multinacionales de la educación superior y del capital financiero? ¿O es la reforma que consigne la educación como un derecho, como un bien público? Que entienda que la educación debe ser gratuita. Esa es la discusión que está sobre la mesa.

/ Artículo escrito por Cristian Sebastián Hernández Jiménez