“Nunca me subiré en una tarima con Álvaro Uribe”

Foto: Giovanni Moreno C.

Mi gran sueño es que uno pudiera dentro de dos años terminar una tarea legislativa y haber aportado a la paz con la justicia social. La paz no es solamente el silencio de los fusiles: son reformas fuertes y contundentes en salud, educación, vivienda. Poco a poco, de manera gradual, hay que ir desmontando el presupuesto de la gran empresa de Colombia que es la guerra: los soldados, los militares, la artillería, los grandes aparatos, los helicópteros. Yo espero en eso, encontrarme con Lucho Garzón y ojalá esa pueda ser una posibilidad de pensar en que es posible seguir en el Partido Verde así ya tengan este proceso disciplinario que fue abierto de manera tan injusta e irregular. Quiero seguir siendo Verde. Yo nunca había estado en un partido político y no quisieras a tan corto tiempo estar saliendo de él, pero el Partido Verde tiene que reconfigurarse.

Usted fue de las pocas congresistas que asistió al congreso de la Marcha Patriótica ¿Por qué lo hizo?

Me invitaron algunos de los miembros de la MANE a quienes yo acompañé en las marchas del año pasado por dos razones. Una, porque me parecía inadmisible que fuéramos a hacer una reforma a la educación inspirada en el espíritu de la reforma a la salud. Más aún cuando ya sabemos que pasa cuando a un derecho se le aplica la racionalidad del lucro. Y segundo por la manera imaginativa como llenaron las calles de Colombia y nos hicieron revivir y pensar que era posible la utopía.

Ellos me invitaron a participar en la Marcha Patriótica y además yo hago parte de Colombianos y Colombianas por la Paz,estuve en Barranca, acompañando el movimiento de campesinos, de indígenas, de mujeres, de afros y vi una demanda de quien vive la guerra día a día, y demandan una salida negociada y rápida al conflicto. La Marcha me parece una expresión cultural, ciudadana y política de base en un contexto donde los partidos se volvieron apenas canales electorales. Por eso los acompañé, por eso la veo con tanta ilusión.

¿Qué opinión tiene de la administración de Gustavo Petro?

Este fin de semana estuve releyendo el plan de desarrollo a mí me parece que lo que hace Petro es darle una enorme visibilidad a lo que Bogotá ha venido construyendo de tiempo atrás. Él toma el corazón del concepto, ya no es Bogotá sin indiferencia sino ‘Bogotá Humana’ y yo diría que un 80% del plan de Petro es ese concepto de revitalización donde pueden vivir personas de todas las clases sociales, de todas las etnias; eso me parece fundamental porque Bogotá sigue siendo muy segmentada.

La apuesta de una educación fuerte desde el inicio de la vida hasta una jornada completa me parece que es de las políticas que si logra hacerse quizás es de lo más garante de los derechos de niños y jóvenes en Colombia. El tema de víctimas, de pensar una ciudad sostenible, donde el gran ordenador es la naturaleza y de manera específica el agua. Tiene un enorme reto. Creo que comunicativamente no ha logrado decirnos cuáles son sus prioridades, pues loveo muy disperso y defendiéndose mucho. Me encantaría verlo más tranquilo, más sereno, más amable con la ciudadanía que lo eligió.

Creo que ese es el gran reto de Petro: enamorar a bogotanos y bogotanas de este proyecto de Bogotá Humana.

¿Qué valoración tiene del gobierno del presidente Santos?

Santos para mi es indescifrable. Me parece que hay muchas contradicciones en su gobierno. Por un lado está esta apuesta por el Marco por la Paz, y por el otro la ampliación del fuero militar, y ligado a eso un presupuesto cada vez más alto para la guerra. Una contradicción entre un hombre que le ha apostado a la urna de cristal y que cuando se tramitó la reforma para la salud todos sabíamos que las EPS son un nido de corrupción, que las grandes empresas farmacéuticas también, nada se hizo de manera fundamental para tocar esas dos venas rotas del sistema. ¿Por qué sigue vinculado un superintendente de salud que tiene tantas relaciones con el mundo de las farmacéuticas y que venía también con relaciones tan cercanas en el mundo de las EPS? me pregunto ¿Cómo es que despide a la directora del ICBF diciéndole que se fuera a disfrutar unas justas vacaciones cuando sabía que estaba entregando una institución con múltiples expresiones de corrupción?

Uno no siente que hayamos pasado del escritorio al territorio, parece que hace falta mucha cercanía con la ciudadanía. Para mí es un hombre frío, un gobernante diplomático con muchas máscaras. Entonces mi balance es agridulce, creo que ha habido avances pero no sé qué tan dispuesto esté Santos a hacer verdaderamente un corte de cuentas con el gobierno anterior.

/ Entrevista realizada por Luis E. Celis