Angelino Garzón: el izquierdista que cambió de opinión

Foto: Secretaría de Prensa / Presidencia de la República

En la Asamblea Nacional Constituyente, promovió los derechos laborales, logrando que quedaran consignados los derechos fundamentales de asociación sindical, la negociación colectiva y la huelga, como los tres pilares, por los cuales había batallado como dirigente sindical.

Igualmente fue clave en varias negociaciones de temas cruciales en la Constituyente, por ejemplo el artículo 22 que definió la paz como un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento, artículo que sigue sin lograr plena vigencia hasta el día de hoy.

Se hizo buen amigo de Bernardo Hoyos, el sacerdote elegido como Alcalde de Barranquilla en 1992, de quien se convirtió en consejero. En 1994 se lanzó al senado pero tuvo una baja votación, como parte de la gran derrota electoral de la AD-M 19, que se desintegra.

En medio de la agudización del conflicto armado, durante el gobierno de Ernesto Samper, la Iglesia Católica, convoca a un grupo de personalidades a pensar caminos de paz y jugar como facilitadores, allí es convocado Angelino, quien en ese momento ha construido un discurso de reconciliación, genuino, profundo. Compartió esta experiencia con Alfredo Vásquez Carrizosa, Augusto Ramírez Ocampo, Álvaro Leyva y Otto Mórales Benítez. Con todos ellos construyó una relación franca, de amistad y solidaridad profunda. En estos años consolida una relación de cercanía con la jerarquía eclesial.

Acompaña como asesor a su compañero del sindicalismo Orlando Obregón, quien es nombrado Ministro de Trabajo en 1996. Luego ingresa como asesor de la Corporación Viva la Ciudadanía, liderada por Pedro santana, con quien promueve un nuevo agrupamiento partidario llamado Asociación de Ciudadanas y Ciudadanos por la Democracia, junto a Rosemberg Pabón, quien era el alcalde Yumbo. Este grupo se une luego  con la Corriente de Renovación Socialista y lideres liberales como Guillermo Alfonso Jaramillo y el ex-constituyente Fabio Villa en la conformación del Partido del Socialismo Democrático a mediados del año 2000. En estos años estudia Comunicación Social en la Universidad Jorge Tadeo Lozano y se gradúa como periodista.

Desde el Partido del Socialismo Democrático Angelino Garzón piensa una campaña para el Concejo de Bogotá, inicia contactos para lograr una campaña con amplios respaldos. Estando en ello el Presidente Andrés Pastrana le propone asumir el Ministerio del trabajo, lo cual acepta bajo la idea de que ese era un gobierno que se estaba jugando todo por la paz. Allí comparte gabinete con el entonces ministro de Hacienda, Juan Manuel Santos.

En el año 2003 considera una candidatura a la Alcaldía de Bogotá, pero ante el liderazgo de su amigo Lucho Garzón opta por presentarse a la gobernación del Valle del Cauca, departamento que estaba sumido en una crisis de liderazgo. Aunque Angelino era percibido como del Polo Democrático, en realidad se presentó con el apoyo de diversas fuerzas políticas. En su desempeño como Gobernador mantuvo una relación respetuosa con el presidente Álvaro Uribe tuvo una gestión destacada en lo social. Así mismo fue notoria su efectiva gestión fiscal, la cual vinculó con las prácticas de la rendición pública de cuentas, los presupuestos participativos y el diálogo social y la concertación con los diversos sectores de la sociedad civil.

Fue nombrado por el Presidente Álvaro Uribe como embajador de Colombia ante Naciones Unidas en Ginebra, lo cual le generó todo tipo de críticas en el sector sindical, ya que por primera vez su papel era defender al Estado frente a las denuncias y demandas de las centrales obreras. En marzo de 2010 renunció para ser la formula vicepresidencial de Juan Manuel Santos.

Ha hecho una vicepresidencia polémica, planteando debates públicos a temas de gobierno. Intentó una postulación a secretario general de la OIT, cargo que no logró. Su trayectoria de la oposición radical, al gobierno con la derecha, muestra el cambio de su trayectoria política, lo que para unos es una manera de acomodarse y mostrarse oportunista, y para otros, prueba de su vocación de poder.

Ahora afronta un duro trance de salud, pues sufrió un accidente cerebrovascular del que según los partes médicos, se recupera satisfactoriamente.