El Presidente Santos anuncia una nueva reforma constitucional, ahora propone acabar con la Vicepresidencia y volver a la figura del Designado Presidencial. Después de su fracaso de querer cambiar la Constitución con una mal llamada reforma a la justicia pretende revalorizarse con otra modificación a la Carta Magna.
El Presidente Santos insiste en el modelo de gobernar reformando la Constitución, debería seguir el consejo de Platón, que aunque no gustaba de la democracia, proponía a los reyes gobernar tomándose en serio los intereses del pueblo.
Los presidentes colombianos suelen gobernar enmendando la Constitución, que lleva 31 reformas en los 20 años de su vigencia. Análisis del columnista Rafael Rincón.
Y es que en los últimos veinte años los presidentes y los congresos asumieron como enseña la reforma a la Constitución. Pareciera que no hay gobierno sino hay reformas constitucionales. Ellos juran defender la Constitución al posesionarse y desde el primer día de gobierno están conspirando contra ella.
La Constitución de 1991 lleva, mal contadas, 31 enmiendas: Tres en el gobierno de César Gaviria, cinco en el de Ernesto Samper, seis en el de Andrés Pastrana y diecisiete en los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez.
El reformismo constitucional que es la forma de gobernar reformando para que la realidad no cambieengendró un modus operandi corrupto e ilegítimo que originó resultados fatales como el de instituir la reelección presidencial. Lo que los gobiernos quieren es ganar poder a punta de quitar poder, han dañado el sistema de pesos y contrapesos, han desequilibrado institucionalmente al país en aras de concentrar el poder. En esta puja el ganador ha sido el presidencialismo, pues poco a poco ha capturado la función legislativa y tiene sitiado al poder judicial.
El presidencialismo desaforado de la Constitución de 1886, recuérdese el Art. 121 de estado de sitio, mediante el cual los gobiernos terminaban siendo legisladores, fue remplazado con la Constitución del 91 por un presidencialismo controlado que poco a poco está siendo debilitado. Estamos regresando a lo que el maestro Gerardo Molina llamó una monarquía constitucional.
La Constitución de 1991 definió a Colombia como un Estado Social de Derecho y las reformas recientes han buscado desmontarlo, es decir, los gobiernos lo que buscan es cambiar para que todo siga igual como lo quería el constituyente de 1886.
/ Por Rafael Rincón Patiño
Abogado, docente universitario