¡La formalización laboral, doctor Santos!

Foto: Giovanni Moreno C.

La misma risita se escucha por los lados del otrora símbolo de la aviación comercial americana, Avianca. A ella, como a una empresa palmera de Puerto Wilches el año pasado, el Ministerio le impuso, en mayo de 2012, sanciones pecuniarias por burlar las leyes laborales en materia de contratación de 3.433 trabajadores a través de CTA. La investigación comprobó que el emblema del honor nacional tiene más trabajadores indirectos que directos. De las 6.494 personas que emplea la aerolínea, 3.021 tienen contrato directo y el resto, 3.473, están vinculadas por cuatro CTA (710 en la parte administrativa y 2.763 en la operativa).[7]

Ecopetrol, entretanto, sigue su senda victoriosa hacia la privatización total. El 25 de agosto de 2011, en su 60 aniversario, se ufanó de tener 7.000 trabajadores directos y más de 25.000 tercerizados. En ninguna de esas 28 empresas, con la excepción de la matriz Ecopetrol, hay sindicato ni convención colectiva de trabajo. Y el 15 de junio del presente año se anunció la escisión de la red de oleoductos, poliductos, combustoleoductos y terminales de almacenamiento de crudo y derivados para crear una nueva empresa: Cenit Transporte y Logística de Hidrocarburos. La entidad será manejada bajo régimen privado y así escindida dejará de ser una ventaja comparativa para Ecopetrol; se convierte en amenaza para las refinerías nacionales y una facilidad para que las multinacionales accedan a los conductos de Ecopetrol e introduzcan combustibles al mercado nacional.[8]

Para no fatigar más al lector, añadimos solo la situación que se vive en la industria azucarera del Valle, donde la mecanización acelerada del corte y recolección de la caña ya ha desplazado a unos 20.000 obreros y la división obrera cunde por completo. Basta con decir que, en vez de uno, ya son cuatro los sindicatos de corteros afiliados a la CUT. Héctor Duque, obrero fabril del Ingenio Central Tumaco, afirma: “Hoy deberíamos estar negociando un solo pliego de peticiones, pero en el camino los trabajadores se fueron desuniendo. Hoy los alcances de las negociaciones no son ni siquiera los del Código del Trabajo”. Omar Sedano, vicepresidente de Sintracatorce (así se llama) y a quien se le pegó la muletilla de moda “tema”, hace un relato alucinante para quien no conozca lo que es capaz de hacer el arcaico capitalismo cañero valluno: “Hubo un cambio ideológico en el tema de las cooperativas de trabajo asociado que se volvieron empresas. Los empresarios muy hábilmente lograron sacar a los corteros del proyecto de ser trabajadores directos y crearon empresas llamadas espejo […] Al final se crearon con NIT aparte las nuevas empresas especializadas para el corte manual de la caña y en Incauca hubo una reunión a puerta cerrada con una organización sindical llamada Sinalcorteros, que va en base del Moir, y de allí nació ese tema […] Para mí Sinalcolteros es uno de los más fuertes en el sentido de que lograron afiliar la gente de los ingenios más grandes y donde los empresarios son los que le ayudan y son los que les han puesto todo el aparato logístico para que ellos puedan coger a nuestros compañeros y afiliarlos”. Carlos Perillo, del Ingenio Central Castilla, remata: “la  eliminación de la tercerización quedó en el papel, se la pasan por la galleta […] Somos novecientos corteros en Central Castilla, pero hay mucho miedo”.[9]

Ni con ayuda gringa

En abril del presente año un grupo de congresistas norteamericanos destacado para hacer seguimiento a los compromisos respecto del TLC dirigió al ministro Pardo una carta en la que hace observaciones al informe del Ministerio sobre logros alcanzados en 2011-2012 y afirma: “estamos preocupados por las continuas dificultades que los trabajadores enfrentan cuando tratan de ejercer su derecho a asociarse libremente y a constituir sindicatos. Con demasiada frecuencia, estos esfuerzos se han visto con despidos masivos, amenazas y violencia […] Se ha reportado que compañías como Banacol y Uniban presionan a los trabajadores portuarios que desean seguir siendo empleados, de proporcionar una certificación que demuestre que no están afiliados a ningún sindicato […] ¿Qué políticas ha adoptado el Ministerio de Trabajo para adoptar (sic) medidas de ejecución donde los empleadores han ido más allá de las cooperativas hacia otras estructuras para frustrar los derechos laborales?”, preguntan.

“El año pasado –consigna el documento–, los trabajadores de Pacific Rubiales Energy se declararon en huelga. La huelga fue disuelta en gran medida después de que el campamento de trabajo fue allanado y las fuerzas armadas del gobierno ayudaran a la compañía a bloquear carreteras. Un sindicato de la empresa fue establecido y el empleador tuvo reuniones cautivas con los trabajadores para presionarlos a desasociarse de la Unión Sindical Obrera (USO), y a aquellos trabajadores que optaran por afiliarse al sindicato de farsa se les permitiría trabajar. Sin embargo, más de 1.000 trabajadores afiliados a la USO fueron despedidos después de que sus contratos a corto plazo vencieron. Muchos fueron expulsados de los campos de trabajo forzados a punta de pistola. ¿Qué se está haciendo para asegurar que la libertad de asociación de los trabajadores se está respetando, y que los trabajadores que fueron despedidos han sido reintegrados? […] ¿Cuántas condenas por homicidio de líderes sindicales ha habido desde hace un año (que no están basadas en las confesiones de Justicia y Paz y no se llevaron a cabo en contra de acusados en ausencia)? ¿Cuántos autores intelectuales han sido condenados en el último año?”[10]

Ya lo manifestó el informe de la CSI a la 100ª asamblea anual de la OIT, a mediados de 2011: “Más del 55% de los asesinatos que se han producido a nivel mundial a causa del ejercicio de actividades sindicales tuvieron lugar en Colombia, el país más peligroso del mundo para los sindicalistas. Pese a la aprobación de nuevas leyes destinadas a reforzar la protección contra la discriminación antisindical y la injerencia en los asuntos de los sindicatos, la situación de los sindicalistas no ha mejorado. Muy al contrario, la impunidad de que gozan los actores materiales e intelectuales de estas violaciones hace que la persecución de los sindicalistas resulte sistemática y que no se consiga erradicar el clima antisindical”. La crónica añade: “La organización argumenta que la Fiscalía Nacional de la Nación tan solo está investigando el 25,5% de los homicidios y no llega a examinar ni el 3% de los casos de otro tipo de violencia antisindical.[11]

¿En qué estamos entonces?

/ Por Álvaro Delgado

 


[1] El Tiempo, junio 15, 2011, 1-17.
[2] ENS, boletín de mayo 6, 2012.
[3] El País, octubre 30, 2011, C3.
[4] El Colombiano, julio 13, 2012, 17.
[5] ENS, boletín julio 2012 (sin fecha precisa).
[6] Ibíd.
[7] ENS, junio 22, 2012.
[8] Voz, julio 27, 2012.
[9] Paréntesis, No. 24, julio 17, 2012.
[10] ENS, boletín de abril, 2012.
[11] Voz, junio 15, 2011, 7.