Luis Eduardo ‘Lucho’ Garzón: buscando el centro
Su gran fortaleza en las encuestas es lo económico y social, aunque su intención de voto no es fuerte.
Nació en Bogotá el 15 de febrero de 1951. Hijo de Eloísa Garzón, quien le dio su apellido ya que su padre no lo reconoció, es padre de Eduardo Andrés y Ricardo.
Trabajó en Ecopetrol como mensajero en la oficina de Relaciones Públicas durante 30 años, ahí se destacó por su constante trabajo en la Unión Sindical Obrera, sindicato de esta petrolera. A finales de los años 90 se destacó como presidente de la Central Unitaria de los Trabajadores, convirtiéndose en un actor de primera línea en la vida nacional. Su compromiso con los esfuerzos de paz y su estilo dialogante le brindaron la confianza de muchos sectores del país que antes veían a los sindicalistas como adversarios.
Contribuyó a la creación del Frente Social y Político y posteriormente a la fundación del Polo Democrático, partido que lo llevó primero a una candidatura presidencial en 2002 y luego a ser elegido alcalde de Bogotá entre 2004 – 2007. Garzón se convirtió en el primer alcalde de izquierda elegido para gobernar a la principal ciudad del país, y su triunfo le hizo vivir a los sectores populares y alternativos una esperanza de cambio inédita.
Al salir de la alcaldía se alejó del Polo Democrático y buscó una convergencia con sectores de centro derecha, que dio como resultado la fundación del Partido Verde, que en 2010 disputó en segunda vuelta la presidencia en cabeza de Antanas Mockus.
Desde sus inicios en la política, ‘Lucho’ se ha destacado por ser un luchador por la paz y contra la pobreza. Jugó un papel trascendental en las propuestas de acuerdo humanitario en el país impulsando la campaña “Para volvernos a ver”. Durante su periodo de administración, impulsó dos campañas importantes como Bogotá sin indiferencia y Bogotá sin hambre, que consistían en ofrecer educación y seguridad alimentaria a la población más vulnerable.
Hoy en día Luis Eduardo Garzón es el Presidente Vocero del Partido Verde y uno de los líderes de izquierda más importante del momento.
Jorge Enrique Robledo: el opositor por esencia
Aunque tiene reconocimiento en temas como el económico, es superado con creces por su copartidaria Clara López.
Nació en Ibagué el 10 de febrero de 1950 y se graduó como arquitecto de la Universidad de los Andes. Su vida política empezó en Soacha en 1974 en el Movimiento Obrero Independiente Revolucionario –Moir- del que fue secretario regional en Manizales, actividad que combinó con la docencia en la Universidad Nacional.
En 1997 se lanzó a la gobernación de Caldas y ocupó el segundo lugar en las votaciones por debajo de Tony Jozame. En el 2002 ganó una curul para el Senado con cerca de 14 mil votos. Desde ese momento Robledo se convirtió en una figura política nacional como uno de los grandes opositores del presidente Álvaro Uribe Vélez.
El Moir y otros movimientos se une con el Polo Democrático Independiente y crean el Polo Democrático Alternativo, en el cual Robledo ha jugado un papel protagónico, especialmente en el respaldo a la candidatura de Carlos Gaviria a la presidencia en 2006, que puso a la izquierda en el segundo lugar de preferencia electorales.
Actualmente Jorge Robledo es uno de los senadores estrella en el control político que desde el Congreso se le hace al gobierno. Se opone a los TLC; ha dado un debate fuerte a las políticas agrarias y de restitución de tierras, cuestionando la cifras que presenta el gobierno de Juan Manuel Santos, y se opuso vehementemente a la ley Lleras. Como miembro de la comisión quinta de senado, es una voz respetada en temas como hidrocarburos, regalías y minería.
Asimismo ha sido un encarnizado contrincante de Gustavo Petro, dadas las profundas desavenencias que ambos tuvieron cuando el hoy alcalde de Bogotá estuvo en el Polo Democrático, movimiento del que salió poco antes de su campaña a la Presidencia en 2010, y del cual no obtuvo apoyo.
Dada la división del Polo y la debacle política que vivió en las pasadas elecciones, Robledo emerge como un posible candidato para el 2014, pero tendría que disputarse en consulta interna la nominación con Clara López, presidenta del Polo y quien figura en las encuestas como una persona con mucha aceptación. Particularmente, porque su fugaz paso por la alcaldía de Bogotá fue muy bien visto.
Piedad Córdoba: Con espacio de juego para la paz
Piedad Córdoba es la líder de izquierda que más conoce la gente, pero una alto porcentaje nunca votaría por ella. Pero la percepción es que puede hacer mucho por la paz.
Piedad Esneda Córdoba Ruiz, nació en Medellín, el 25 de enero de 1955, Hija de maestros, el chocoano Zabulón Córdoba, hermano del dirigente Diego Luis Córdoba, uno de los grandes oradores del Partido Liberal en el Senado, y la antioqueña Lía Ruiz, “una paisa, rubia, de ojos azules”, como la describe Piedad. Es la mayor de nueve hermanos, siempre quiso seguir los pasos de su padre, un sociólogo que fue decano de la Facultad de Sociología de la Universidad Bolivariana de Medellín. A los ochos años, ya marchaba junto a organizaciones cívicas y de afrodescendientes.
Estudió Derecho y desde entonces se forjó fama de rebelde y contestataria. Se graduó de abogada en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, obteniendo posteriormente sus títulos de Especialista en Opinión Pública y Mercadeo en la Pontificia Universidad Javeriana y en Derecho Organizacional y de Familia en la Universidad Pontificia Bolivariana.
Córdoba se inició como líder comunal en los barrios de Medellín, al lado del dirigente William Jaramillo. Entre 1984 y 1986 ocupó su primer cargo público, fue subcontralora municipal de su ciudad. En este último año William Jaramillo es designado alcalde y le nombra como su secretaría privada.
En 1988 obtiene su primer cargo de elección popular, siendo elegida concejala de Medellín para un periodo de dos años. Su destacada labor le anima a postular para la Cámara de Representantes en 1990, pero es derrotada; meses después obtiene un escaño para la Asamblea departamental de Antioquia. Tras la revocatoria del Congreso en 1991, se presenta nuevamente como candidata a la Cámara y obtiene un escaño por su departamento.
En 1994 William Jaramillo anuncia que no buscará la reelección como senador, y Piedad Córdoba se convierte en la heredera de su corriente política, siendo elegida senadora de la República para el periodo 1994-1998. Desde el Senado se hizo conocer a nivel nacional por sus debates en favor de los derechos humanos y denunciando los paramilitares. En 1999 fue secuestrada quien la acusaba de pertenecer al Eln.
Luego de varias semanas fue liberada del secuestro y parte al exilio con sus cuatro hijos. Retornó al país para continuar con su trabajo político, al garantizársele que habían mejorado las condiciones de seguridad, pero sufrió dos atentados de los que salió ilesa.
En julio de 2005 el Consejo de Estado anuló más de cinco mil mesas de votación de las elecciones de 2002 y ello hizo que tres senadores, entre ellos Piedad Córdoba, perdieran sus curules.
En las elecciones parlamentarias de 2006 no obtiene el éxito que esperaba, pues si bien obtiene su escaño para el Senado, no consigue una votación muy alta, y sus candidatos a la Cámara son derrotados.
En los primeros meses del 2007, visita al Presidente Venezolano Hugo Chàvez y solicita su intervención en los temas de un posible acuerdo humanitario, para poner fin al secuestro de un importante grupo de políticos en poder de las FARC, al igual que oficiales y suboficiales capturados en combate. Uribe la nombra oficialmente como facilitadora, a pesar de ejercer una férrea y abierta oposición. En enero del 2008 logra que las FARC cumplieran con la liberación de Clara Rojas y la exrepresentante a la Cámara Consuelo González de Perdomo. Semanas después son liberados Gloria Polanco, Luis Eladio Pérez, Orlando Beltrán y Jorge Gechem. Todos ellos agradecieron la gestión de la Senadora y del presidente Chávez. En liberaciones posteriores en los años 2009, 2010, 2011 y 2012, recuperaron la libertad, todos los políticos e integrantes de la fuerza pública en poder de las FARC, en estos años fue alta su visibilidad y se generó hacia ella un sentimiento de rechazo, alimentado no pocas veces por políticos y medios de comunicación, que la sindicaban de aliada incondicional de las FARC.
Es elegida nuevamente senadora pero una muy polémica y controversial decisión de la Procuraduría General de la Nación ordenòn destituirla y la inhabilitó por 18 años para ejercer cargos pùblicos.2 El fundamento del procurador Alejandro Ordóñez sobre esta sanción se debió a las supuestas pruebas de vínculos con las FARC.
Se ha distanciado de manera notable de la dirección del Partido Liberal, no reconoce las directivas, no está de acuerdo con el apoyo al Presidente Juan Manuel Santos y ha radicalizado su discurso de critica al poder y de denuncia de lo que considera una sociedad autoritaria y de exclusiones, es tal su radicalismo político que con la disidencia liberal que constituyo en los últimos meses, Izquierda Liberal en Marcha, se integro al movimiento político Marcha Patriótica, donde es la vocera de mayor reconocimiento público.