Para lograr la paz, se requiere de la comunidad internacional

Foto: tomada de lainformacion.com

De lo conocido como documento de agenda y procedimientos, firmado entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc, quedó establecido que hay cuatro países que harán parte del proceso cumpliendo diversos roles: Cuba y Noruega como garantes; Venezuela como “facilitador de logística y acompañante”; y Chile como acompañante.

¿Cómo llegan estos cuatro países al proceso? El tema merece un análisis para comprender lo que puede ser su desempeño y el de otros países que, muy seguramente, se irán involucrando en el desarrollo de la negociación en la medida en que se avance en los acuerdos.

Cuba tiene un lugar destacado por haber sido la sede de la pre-negociación y donde se instalaría la mesa principal de los diálogos y negociaciones. La isla garantiza confianza a las partes, pues es largo el vínculo con las guerrillas y su postura de respeto a éstas, pero, igualmente, sus principales autoridades han afirmado que este conflicto debe cerrarse con un acuerdo político entre las partes.

Desde que se restablecieron las relaciones con Cuba, durante el gobierno del presidente Cesar Gaviria, se han mantenido contactos fluidos y se viene fortaleciendo acuerdos en todos los campos de mutuo interés: económico, migratorio, ciencia y tecnología, cooperación deportiva, medicina y salud pública y en asuntos artísticos y culturales. Es una relación amplia que ha juntado a los dos estados en diversos temas diplomáticos.

De otro lado, Noruega tiene en su política internacional el énfasis de ser un país promotor de la paz mundial y de ayudar a resolver conflictos armados a lo largo y ancho del mundo. No en vano el Nobel de Paz se otorga en Oslo, su capital. Su presencia no debe sorprender a nadie y cuenta con equipos especializados en el tema, pues es larga su tradición y experiencia en estos asuntos. En relación con Colombia, ha jugado un papel muy discreto y efectivo en ayudar a los primeros acercamientos entre las Farc y el presidente Juan Manuel Santos e, igualmente, actúa en relación con el Eln.

Conocidos los detalles de la pre-negociación adelantada por el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Farc, se constata que las partes han acordado llamar a la comunidad internacional a jugar un papel en este complejo proceso.

Venezuela, a su vez, entra como facilitador y en un clima de distención y de franco mejoramiento de las relaciones durante la administración del presidente Santos, luego de una dura crisis durante el gobierno anterior entre los mandatarios Álvaro Uribe Vélez y Hugo Chávez Frías. Fue tan compleja esa relación que estuvo a punto de resolverla por la fuerza, según lo reconoció hace varios meses el ex presidente colombiano – afortunadamente este despropósito no se concretó-.

La presencia de Venezuela es buena noticia en tanto sufren las consecuencias del conflicto armado colombiano en su territorio y tienen la convicción de que lo mejor es cerrar por la vía negociada este problema, que tantos dolores de cabeza les ha causado durante treinta años. No son pocas las vidas de venezolanos que se ha llevado la borrasca de la violencia guerrillera y no pocos los impases diplomáticos, producto de la penetración de la acción insurgente en su territorio.

Chile aparece por sugerencia del gobierno colombiano y con el interés de ser puente hacia la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC), cuya presidencia pro-tempore está hoy en manos del país austral. La guerrilla de las Farc ve bien con buenos ojos esta presencia y Santos logra colocar a un gobierno con un presidente de derecha en una labor de acompañante.

Garantes, acompañantes y facilitadores, esas son las palabras utilizadas en el documento conocido y eso es lo que se espera de Cuba, Noruega, Venezuela y Chile que, en buena hora, están participando. Muy seguramente entrarán otros estados y organizaciones internacionales en la búsqueda de ayudar a construir un acuerdo para ponerle punto final al conflicto armado, llevarlo a la realidad y continuar con la gestión de un post-conflicto, que no será nada fácil.

No es nuevo el involucramiento internacional en este largo ciclo de intentos de negociaciones. Para los interesados en conocer detalles y análisis, los invitamos a consultar el texto de Anna Karinna Bayer, quien elaboró durante una pasantía en la Corporación Nuevo Arco Iris, en el segundo semestre de 2010, el documento titulado: “El papel de la comunidad internacional en  la construcción de la paz de Colombia”. Una lectura enriquecedora, sin duda, por estos días. Ver documento