Foto: Central de Corabastos | Oscar Sevillano
Hasta el momento no ha sido posible que la Alcaldía Mayor de Bogotá se ponga de acuerdo con la Gobernación de Cundinamarca en la solución a tomar para evitar que la totalidad de Corabastos pase a manos privadas y sea intervenida por la Superintendencia de Sociedades por los malos manejos que hoy día la tienen a punto de entrar en quiebra.
Para el Distrito, la mejor solución a los problemas de la más grande central mayoritaria de alimentos del país pasa por un plan de modernización, idea en la que estuvo de acuerdo el Ministerio de Agricultura, pero que fue rechazada por los comerciantes y la Gobernación de Cundinamarca que conforman mayoría en la junta directiva.
Uno de los puntos que tocaba el proyecto era el cambio de los estatutos para garantizar una mayor participación pública en el número de acciones que hoy día son de mayoría privada, aspecto al que se opuso quienes conforman la mayoría, entre ellos el gobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz, quien mantiene las pujas políticas con el Alcalde Mayor de Bogotá para hacerse al control de la central mayorista. La primera de éstas fue ganada por el mandatario departamental, quien logró elegir en la gerencia general durante la última asamblea a William Parra.
En este momento, el Distrito tiene el 4% de las acciones, las que serán vendidas por la administración de Gustavo Petro, quien en los últimos días tomó la decisión de crear una empresa de carácter mixto que se encargará de agrupar las 19 plazas de mercado que existen hoy en Bogotá.
La mayor plaza de abastos del país atraviesa por una crisis severa. Pujas políticas, intereses de capitales privados y preocupación de pequeños y medianos comerciantes hacen parte de los vaivenes que se viven allí.
El Ministerio de Agricultura, que cuenta con el 21% de participación del total de acciones de la central mayorista, también ha decidido ponerlas en ventas, lo que aumenta el riesgo de que las grandes cadenas de almacenes se hagan a este mercado. Ante esa posibilidad, algunos comerciantes temen que se queden por fuera o se les deje poca capacidad de maniobra en las decisiones que se toman en la junta directiva y se pierda el trabajo que han impulsado para que se maneje con eficiencia y transparencia la administración de Corabastos.
De otro lado están los problemas administrativos, que no son nuevos en la central de abastos, y que han sido consignado en varios informes de la Contraloría General de la República, entre ellos el presentado en el año 2009, resultado de la auditoría que en 2008 realizó el ente de control fiscal.
Este informe dice que, para esa año, la entidad se encontraba con “un estado de iliquidez e insolvencia para cubrir sus obligaciones de corto plazo y que la ubicó en serias dificultades financieras, al mostrar un capital de trabajo negativo de $1.840 millones y un indicador de liquidez del 0.81% y que las políticas de Recuperación de Cartera, trazadas por la entidad mediante directivas de Gerencia No. 174 de 2005, 085 de 2007 y 045 de junio de 2009, no dieron los resultados esperados afectando los activos”.
Otro documento del ente de control realizado para la vigencia 2008, que comprende el período 2000 -2008, advierte que “la cartera de largo plazo y difícil recaudo solo alcanzaba los $1.969 millones, y que ésta subió hasta alcanzar un tope de $10.270 millones en el año 2004. Durante el año 2005 la administración realiza una mejor gestión logrando bajarla en un 6,31%, tiempo en que se contrata la estructuración económica y financiera del proyecto de Malla Vial y se firma el Contrato No. 070/2005, con el cual la administración podría centrarse en mejorar su recaudo, pero esta cartera de difícil cobro crece aceleradamente hasta alcanzar la cifra de $14.936 millones a 31 de diciembre de 2008”.
Con lo anterior queda claro, según el análisis a los indicadores financieros del informe del ente de control, que el problema radica en la cartera de difícil cobro, lo que hasta esa fecha no había logrado mejorar.
En el último informe de la Contraloría General de la República presentado en noviembre de 2011, el ente de control dice que “La Corporación de Abastos de Bogotá, para la vigencia 2010, en su gestión presupuestal no fue eficiente, porque no contó con suficientes recursos producto de sus actividades o la venta de sus servicios, toda vez que los gastos operacionales fueron por $ 18.336.6 millones, superando los ingresos operacionales que estaban en $17.446,6 millones”. Se evidencia entonces una perdida en el Estado de Resultados, debido a que no se hizo una mejor proyección en este aspecto, sumado a los problemas de cartera generados en los años anteriores.
Todo lo anterior ha motivado la inconformidad de algunos comerciantes en Corabastos, quienes dicen que si sus quejas no son escuchadas y la situación se mantiene igual o llegase a empeorar, trabajarán en la idea de crear la Confederación Nacional de Comerciantes de las Centrales de Abastecimientos de Alimentos del país, con el fin de conformar un gremio lo suficientemente fuerte y sólido que no permita que el trabajo de los pequeños comerciantes de alimentos sea aniquilado por el posible ingreso de grandes almacenes de cadena que capture el mercado del agro en Colombia.
/ Por Oscar Fernando Sevillano