Foto: El presidente Santos y ‘Timochenko’, comandante de las Farc.
León Valencia, director de la Corporación Nuevo Arco Iris participó en la mesa de análisis en el noticiero del medio día del canal Caracol junto con Felipe Zuleta, columnista de El Espectador, y Carlos Eduardo Jaramillo, excomisionado de paz. Aquí las reacciones de Valencia frente a los discursos del presidente Juan Manuel Santos y el máximo comandante de las FARC, Timoleón Jiménez, alias Timochenko en torno al acuerdo de paz.
¿Qué destaca de la agenda anunciada por el presidente Santos?
En la agenda se va a tratar un tema que está en el corazón del conflicto colombiano que es la tierra, el campo. Las guerrillas se han nutrido durante estos 50 años de campesinos desalojados de la frontera agrícola. Aquellos campesinos que fueron tirados a la frontera más profunda del país sin derechos y en unas condiciones de pobreza y de miseria muy grande. Incluso fueron obligados como víctimas a cultivar hoja de coca para alimentar el conflicto colombiano.
¿Por qué Cuba y Noruega son los países claves en la negociación?
Cuba porque es un país muy discreto y cambió la posición que tuvo en los años ochenta y noventa de apoyar a la guerrilla en su accionar militar. Desde finales de los años noventa, Cuba les ha enviado a las guerrillas un mensaje muy fuerte de que esta guerra se tiene que acabar. Lo hizo en el Caguán y lo ha reiterado en todas las negociaciones, en las del ELN y las FARC. Cuba es un país discreto y le da confianza a las dos partes, tanto al Gobierno Nacional como a la guerrilla.
Noruega porque está mediando en los grandes conflictos del mundo. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega tiene un equipo especial dedicado a seguirle la pista a los conflictos del mundo y a buscar mediaciones y facilitaciones en dichos conflictos. Es un país pequeño, muy rico y muy lejano con un interés fundamental de que el mundo esté en paz y que los derechos humanos tengan un asiento muy importante en el planeta. Noruega sostiene el 20% del staff humanitario de Naciones Unidas.
¿Cuál es la diferencia de esta agenda con la agenda de otros procesos de paz?
Al Caguán llegaron las FARC con la idea del poder. El primer punto de su proyecto en el Caguán era un gobierno de amplia participación. Santos habló de una agenda de reformas, pero de reformas posibles y necesarias que atacan las causas del conflicto. Además es una agenda que está discutiendo el país.
El expresidente Uribe crítica el porqué se hablan esos temas con la guerrilla, pero no es exclusivamente con la guerrilla que van a discutirlos ya que lo están haciendo con todo el país. La restitución de tierras y la transformación del campo se está discutiendo con el país. El tema del narcotráfico no sólo se discute en el país, también se hizo en la Cumbre de las Américas que lo tuvo como tema central. Me pregunto: ¿Acaso el tema de las víctimas no es un tema crucial que está en la agenda nacional?
Lo nuevo es que esa agenda incorpora la dejación de armas. Nunca las FARC habían dejado poner en una agenda de negociación la dejación de las armas. Esto es lo que dice el presidente Santos. A mí me parece que en esta etapa de exploración han sido serios y ojalá lo sigan siendo en las siguientes fases y así tendremos la paz en Colombia.
¿Cómo valora el discurso de Timochenko?
Es un discurso histórico de la izquierda, muy duro contra las élites del país y contra Estados Unidos. Me llamó mucho la atención una cosa y es que hablaron de desarrollo con equidad. Hoy en día es una categoría que utiliza la democracia en el mundo. También habló de ampliación de la democracia, es decir que está exento de grandes proyectos maximalistas, de socialismo, de la propiedad privada, aboliéndolo del discurso.
Hay una idea fundamental y es ampliar la democracia, conquistar el desarrollo con equidad, temas que van a discutir en la mesa y que aspiran a que sean sus banderas políticas. Otra cosa que me llamó la atención poderosamente fue el llamado que hizo Timochenko a la reconciliación con las Fuerzas Armadas, la admiración que dijo tener por los soldados, el reconocer que son contendores legítimos que han estado al otro lado de la batalla. Enviar un mensaje de reconciliación a las Fuerzas Armadas dice mucho de un sentido de ir hacía la paz y es tenderle la mano a los que los han enfrentado. Dice mucho porque también el presidente Santos tenía a la cúpula militar ahí sentada, diciéndole van a seguir combatiendo a las FARC hasta tanto no se firme un acuerdo de paz. Y las FARC asumen que ese va a ser el combate, pero que hay un proyecto de reconciliación al finalizar la mesa.