Foto: archivo revista Semama
/ Por German Valencia*. El martes 4 de septiembre, con el anuncio oficial del inicio de las negociaciones, finalizó la primera fase del nuevo proceso de paz entre el Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –Farc–. Este día nos dimos cuenta, por boca del Presidente de la República, que desde el 12 de febrero de 2012 se realizaban reuniones secretas con esta agrupación armada en Cuba y que desde hacía mas de año y medio se trabajaba en la construcción de las condiciones para iniciar las negociaciones. A pesar de lo corto que parece esta primera semana se pueden hacer balances; la experiencia de cerca de 30 años de historia en este tipo de procesos en Colombia ayuda a señalar aciertos del inicio de este nuevo proceso.
En esta primera fase queda claro que se ha aprendido del pasado y que no se puede fallar en este cuarto intento de firmar la paz con las Farc. Fue acertado, por ejemplo, que las partes trabajaran durante los últimos dos años en crear las condiciones para tener acercamientos: por parte del Estado, se pudo elaborar y aprobar un Marco Jurídico para la Paz y una Ley de Victimas y se viene trabajando en una Ley de Tierras y Desarrollo Rural; y de la guerrilla, haber liberado unilateralmente a varios militares, haber cesado el secuestro y estar trabajando en reducir al máximo la violación del derecho internacional humanitario. Lo que evidenció que negociar la paz es fruto del convencimiento y deseo autónomo de las partes, y no de presiones externas, como del electorado o de la comunidad internacional, lo cual resulta determinante para que el proceso no se interrumpa en cualquier momento.
Superada la etapa de anuncios de los acercamientos entre el Gobierno nacional y la guerrilla de las Farc, el país transita hacia una nueva posibilidad de cese del conflicto armado. Hay aspectos que indican que el pasado dejó enseñanzas.
También resulta muy positivo que los acercamientos durante este último año se hayan hecho de manera silenciosa y reservada. Se ha tratado de evitar la politización y los shows mediáticos, conservando la confidencialidad hasta donde mas se ha podido. Con ello se ha evitado la creación de falsas expectativas, el involucramiento de voces enemigas del inicio del proceso y la capitalización política de algo que aun no se da. Se ha anunciado un hecho, un trabajo realizado; se ha incluido a la opinión pública y sociedad civil, que es fundamental en el proceso, solo cuando las partes en conflicto han estado de acuerdo en negociar.
Se ha presentado una hoja de ruta y una agenda de negociación de manera acotada y precisa. Son cinco los puntos básicos, los cuáles no han despertado hasta el momento grandes críticas, mas bien, se ha valora el hecho de que allí aparezcan por primera vez puntos tan importantes para un inicio de negociaciones como ponerle fin al conflicto y la dejación de las armas por parte de la guerrilla. Se ha incluido el tema de las víctimas y la verdad, que ha sido uno de los mayores agregados de la experiencia en la última década. Además es una agenda que, a pesar de su trascendencia, se podría cubrir en pocos meses. Todo esto muestra un interés por establecer normas claras y respetarlas.
Para finalizar, otros aciertos de esta primera fase exploratoria del proceso son: las altas cualidades de las personas que participaron en los acercamientos; el no despeje de ningún territorio nacional para los acercamientos, estos se han dado en el exterior; incluir a terceras partes en el proceso, la participación de la comunidad internacional fortalece los acercamientos (fueron Cuba y Noruega en los acercamientos y se le sumarán Venezuela y Chile en las negociaciones); y se ha dejado el tema de la tregua, el cese al fuego y las hostilidades para discutirlas en la mesa, estos puntos son un punto de llegada, lo cual muestra la confianza del gobierno frente a su adversario. En resumen, se ha terminado una fase donde se muestra que el pasado enseña y que no se quiere repetir errores.
* Germán Darío Valencia Agudelo es Profesor del Instituto de Estudios Políticos, pertenece al Grupo de investigación Hegemonía, guerras y conflictos y es estudiante del Doctorado en Estudios Políticos Universidad Externado de Colombia