/ Por Darío Fernando Cepeda Peña*. La actual Administración Distrital debe asumir cuatro grandes retos en movilidad: definición del sistema de trasporte público por la carrerea séptima, trazado y contratación de los estudios del “metro pesado”, construcción de las troncales de Transmilenio por la avenida Boyacá y avenida 68 y la implementación del SITP.
La carrera séptima se convirtió en uno de los graves problemas para la movilidad, acentuado con las múltiples, variadas y contradictorias decisiones adoptadas por las administraciones de los últimos años. En el 2010 se contrataron estudios para una troncal de Transmilenio entre la calle 34 hasta la 72. En el 2011 se propuso el denominado “Corredor Verde” como un sistema de Desarrollo Urbano Integral, en el cual se incluyeran acciones para mejorar la calidad de vida de los habitantes de esas zonas y aumentar su productividad.
No obstante, dentro del actual Plan de Desarrollo “Bogotá Humana” se plantea adecuar la vía para operar el sistema de “metro ligero”.
El “metro pesado” es un proyecto pensado para Bogotá desde hace más de cincuenta años y se ha convertido en un anhelo casi inalcanzable para los bogotanos. No obstante, en el 2010 recibió apoyo por parte del Gobierno Nacional mediante Conpes 3677 del mismo año, por medio del cual destinó importantes recursos para hacerlo realidad.
Este macro proyecto está concebido en tres grandes fases como son: diseño conceptual, ingeniería básica avanzada e ingeniería de detalle y construcción. La etapa del diseño conceptual fue superada y en la actualidad se está en proceso de contratación de los estudios de ingeniería básica avanzada. No obstante, durante su campaña a la Alcaldía Mayor de Bogotá, el doctor Gustavo Petro prometió a los habitantes de Suba y Engativá, que el metro cruzaría por esas importantes localidades, modificando de esa manera el trazado concertado desde hace años y sin contar con los estudios técnicos, económicos y financieros.
Ahora bien, la solución al problema de movilidad en Bogotá recae en buena medida en la implementación del Sistema Integrado de Transporte Público – SITP, y es este proyecto precisamente el que presenta los mayores problemas como los inconvenientes con el recaudo, debido al desacuerdo entre los concesionarios; la falta de predios para construir los patios donde se guardarán los buses del sistema y la infraestructura en las vías de los barrios para soportar el peso de los nuevos buses.
Ha pasado ya un año del gobierno de Gustavo Petro y su gabinete no han logrado superar la etapa del empalme. Si bien han dado noticias sobre irregularidades dejadas por la anterior administración, es hora de iniciar las acciones necesarias para alcanzar las metas fijadas por esta “Bogotá Humana”.
Lo más preocupante es el total y absoluto desconocimiento por parte de los bogotanos sobre la forma como operará este nuevo sistema. No existió por parte de la Secretaría de Movilidad una verdadera labor de información, se limitó a repartir algunos plegables en las estaciones de Transmilenio con los cuales se logró mayor desinformación y confusión en la ciudadanía. Las rutas piloto que están operando en algunos puntos de la capital no han contado con el número de usuarios esperados y quienes se atreven a utilizarlo lo hacen con total desconocimiento de la manera como deben hacer trasbordos o como lograrán llegar al lugar de su destino.
El denominado “metro ligero” por la carrera séptima no cuenta con estudios, su construcción sería una nueva improvisación y significaría la pérdida de grandes recursos de los capitalinos. De otra parte, si bien el “metro pesado” es una necesidad sentida para las localidades de Suba y Engativá, debemos primero contar con estudios serios de factibilidad que sustenten esta propuesta, y no crear falsas expectativas a los habitantes de tan importantes localidades.
Estamos por completar un año escuchando promesas del Alcalde Mayor y su gabinete no han logrado superar la etapa del empalme y si bien han dado noticia sobre irregularidades dejadas por la anterior administración, es hora de iniciar la ejecución de las acciones necesarias para alcanzar las metas fijadas por esta “Bogotá Humana”.
Pretender rediseñar los proyectos que durante años se han construido para la ciudad es seguir con la improvisación que tanto daño ha causado a la capital y a los bogotanos.
El Concejo de Bogotá insiste en la necesidad de construir sobre lo construido sin desconocer la necesidad de hacer los ajustes a que haya lugar, pero sin desaprovechar los importantes avances en estudios y diseños para los más importantes proyectos en nuestra ciudad.
Es por ello que aprobó el Plan de Desarrollo en el tiempo estipulado y dotó de herramientas a la Administración Distrital para que comenzara su etapa de ejecución, sin más trabas.
De igual forma desde la presidencia del Cabido Bogotano se han dado todas las garantías en los debates de control político para que los Secretarios le cuenten a los bogotanos que se está haciendo y se tiene proyectado en el tema de movilidad. Este Concejo seguirá comprometido con Bogotá.
* Darío Fernando Cepeda Peña es el presidente del Concejo de Bogotá, y concejal de la ciudad por el Partido Cambio Radical.