Foto: Tejido de Comunicación ACIN
/Por Reina Lucía Valencia*. La propuesta presentada por estos días para humanizar el conflicto antes de que llegue la paz por el ex presidente Ernesto Samper en compañía del ex ministro y exgobernador Horacio Serpa suena bien, pero plantea varios interrogantes: ¿Es viable la propuesta teniendo en cuenta las dinámicas del conflicto armado colombiano? ¿Si Colombia está ante la posibilidad de finalizar el conflicto discutir la humanización de la guerra podría distraer o prolongar las negociaciones?
Para humanizar el conflicto se plantearon cuatro puntos, basados en el Derecho Internacional Humanitario: terminar el uso de las minas antipersonas, sacar a los menores de la guerra, acabar con las ocupaciones y ataques de los edificios civiles y crear una comisión de la verdad para esclarecer casos de secuestros, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas.
Sin lugar a dudas son urgencias muy sentidas de la población civil que vive en medio de la confrontación y sufren los rigores de la guerra cotidianamente como en Samaniego, Nariño, donde las minas están sembradas a dos kilómetros de distancia de la cabecera urbana. Así lo contó Ariel Ávila, coordinador del Observatorio del Conflicto Armado de Nuevo Arco Iris, quien dijo también que aunque está de acuerdo con la propuesta esta es inviable.
A propósito de la propuesta de humanizar la guerra planteada por Samper y Serpa reflexionamos sobre su viabilidad y pertinencia en el actual contexto de conversaciones de paz entre el Gobierno Santos y la guerrilla de las Farc.
“¿Humanizar la guerra qué es? ¿Que las Farc dejen de sembrar minas? Pues tocaría que la Fuerza Pública dejara de bombardear. Eso no se va a detener. Es lo que uno quisiera, pero la lógica del conflicto no lo permite porque humanizar la guerra significa que la tienen que humanizar los dos actores del conflicto. No solo uno, así uno sea más degradado que el otro”, afirmó Ávila.
Ese analista explicó que otra de las razones por las que no se puede humanizar la guerra es que el conflicto colombiano es asimétrico. “Esta situación lleva a que los grupos que están en una asimetría mayor utilicen más métodos no convencionales. Por ejemplo, la Fuerza Pública tiene Aviones Super Tucanos para bombardear y las Farc siembran minas. Los conflictos con asimetrías altas generan degradaciones altas. Esto es una regla mundial”.
Por otra parte, el líder del movimiento Progresistas y desmovilizado del M- 19, Antonio Navarro, consideró que “toda propuesta que mejore las condiciones de la población es bienvenida, pero me parece que el proceso busca eso y más todavía”.
A su juicio, “no sé si negociar propuestas de esta naturaleza pueda distraer la atención de los temas sustantivos del proceso de paz que ya están acordados. No sé si lo dilata, pero creo que si nos concentramos en la agenda de finalización del conflicto conseguimos resultados más importantes. Quizás podría darse la discusión de manera simultánea con las conversaciones de paz”.
Otros especialistas consideran que la propuesta de humanizar la guerra no modifica la agenda de negociación entre el Gobierno nacional y las Farc, sino que la enriquece. Así piensa, por ejemplo, Álvaro Villarraga, presidente de la Fundación Cultura Democrática, quien señaló que esa opción ha sido planteada múltiples veces por Naciones Unidas y que hoy sigue teniendo validez.
“Incluso, soy de la opinión que la agenda convenida por las Farc da para eso porque allí está el tema de derechos humanos. Además, nadie ha dicho que los puntos de la agenda sean de manejo progresivo y estos temas son para abordar de inmediato. Me parece valioso que Samper y Serpa lo hayan planteado. No puede ser ignorado el tema humanitario. En todo proceso de paz siempre hay acuerdos parciales”, precisó Villarraga.
En vez de regularizar la guerra, todos los esfuerzos deberían concentrarse en acabarla, considerando que Colombia está ante la posibilidad real de finalizar el conflicto con la guerrilla de las Farc, propósito planteado en el Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera.
En Oslo se iniciaran oficialmente los diálogos en las próximas semanas entre el Gobierno nacional y las Farc, pero mientras las partes negocian la guerra continuará y tenderá a recrudecerse porque cada quien en el territorio desplegará todo su poderío y fortaleza, afectando principalmente a la población civil. Se avecinan tiempos difíciles porque esta situación será una amenaza constante al proceso de negociación, recordemos que la paz se hace entre enemigos y no entre amigos.
*Periodista del portal ArcoIris.com.co