/ Por Virginia M. Bouvier*. Los negociadores del Gobierno de Colombia y de las Farc se sentarán en algún lugar en Noruega para iniciar la siguiente fase de las conversaciones de paz. Este miércoles se prevé la celebración de una conferencia de prensa conjunta en Oslo, tras lo cual las conversaciones se trasladarán a La Habana, Cuba, donde los negociadores reanudarán las discusiones.
Si bien la apertura formal de las negociaciones de paz en realidad es sólo un momento en un proceso mucho más largo – y tal vez ni siquiera el momento más importante – el lanzamiento público de este proceso marca, sin embargo, un momento importante e histórico para el futuro de Colombia. Una encuesta nacional reciente mostró que el 77% de la población apoya al proceso de paz. Es un momento lleno de expectativas. Los colombianos y el mundo queremos creer que el tiempo para la paz por fin está por llegar.
Preparación para las conversaciones
Mucho está sucediendo detrás del escenario para asegurar que el proceso de paz no encuentra obstáculos. Los equipos de negociadores siguen preparándose, informan a los interesados para asegurar su apoyo y perfeccionan sus estrategias.
Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, anunció esta semana que el equipo negociador les había pedido a los obispos prepararse para facilitar las negociaciones en caso de que fuera necesario. Si un tercero se dedica a la tarea de ayudar a las partes a reconciliar sus diferencias, esta tarea podría llegar a ser importante para destapar cualquier callejón que aparezca sin salida obvia. Estados Unidos, que dio la bienvenida al anuncio de los diálogos en Oslo y La Habana, reiteró su apoyo al proceso.
¿Proceso de Paz con el Eln?
Aún no está claro cuándo y en qué condiciones se pueda abrir un proceso de paz con el Eln o con otros grupos armados. Ha habido desde el anuncio de los diálogos exploratorios una invitación pendiente del gobierno y de las Farc por un lado, y unas expresiones de interés por parte del Eln, por el otro.
Pero no se ha concretado ninguna mesa paralela o ninguna silla en la mesa en Noruega para ‘los elenos’, aunque uno esperaría que las conversaciones estén en marcha para que no se deje al lado esta guerrilla en este caminar hacia la paz.
La historia de los procesos anteriores de paz sugiere que no se puede presumir que será fácil agregar al final de un proceso con las Farc un acuerdo con el Eln. Hay que aprovechar el momento y la voluntad política de las partes parano no arriesgar resultados que producen sólo una paz parcial.
Participación de la sociedad civil
Todos reconocen que cuando se llega a un acuerdo de paz –y eso puede requerir cierto tiempo— será sólo un primer paso. La implementación de un acuerdo (y aún de acuerdos parciales) va a requerir la participación y el apoyo de la sociedad civil y de las regiones. Ya se comienzan a desarrollar mecanismos para esta participación.
Luis Eduardo Garzón ha sido nombrado ministro-consejero para el diálogo social. Se habla de rescatar y convocar al Consejo Nacional de Paz y otras figuras de la Constitución como los consejos territoriales y municipales de paz. Desde la Cámara y el Senado, las Comisiones de Paz se están moviéndose y han anunciado planes para inaugurar 16 audiencias en ocho regiones de Colombia desde el 24 de octubre hasta al 22 de noviembre para solicitar insumos de la sociedad civil para la mesa de negociaciones.
Estuve en Bogotá hace dos semanas, cuando los alcaldes y gobernadores ofrecieron su apoyo desde las regiones y hablaron de la necesidad de establecer pactos para proteger a la población civil mientras la paz se está negociando. (Véase «A Peace Summit of Local Authorities,” at http://vbouvier.wordpress.com/2012/10/03/a-peace-summit-of-local-authorities/). También los mandatarios locales y regionales buscan garantizar que un acuerdo de paz considere las necesidades de desarrollo económico en las regiones.
Colombia tiene cualquier cantidad de excombatientes –hombres y mujeres– de otros procesos que deberían ser acogidos e integrados en esta búsqueda de una paz sostenible.
En su papel como director de un nuevo Centro de Pensamiento de Paz y Pos-conflicto, Francisco Galán, ex líder del Eln, será consejero para al Congreso con la meta de generar análisis, propuestas, y opciones de política pública que apoyan al proceso de paz y la fase posterior al acuerdo. Como Galán, otros excombatientes han buscado contribuir a la paz y justicia social, y habrá que aprovechar de sus conocimientos y sensibilidades también en este gran esfuerzo nacional para la paz.
Las preocupaciones pendientes
Reconozco que hay preocupaciones sobre varios aspectos del proceso. No hay certidumbre y el camino es difícil después de tantas décadas de lucha. No importa cuánto se ha preparado, siempre van a haber obstáculos no anticipados. Conflictos siempre habrá. Lo importante hoy es buscar mecanismos no-violentos para resolverlos. La paz es la meta y el camino.
* Virginia M. Bouvier hace parte del U.S. Institute of Peace