Foto: tomada de marcha.org.ar
/ Por Luis Eduardo Celis*. En la página web de la guerrilla del Eln se publicó recientemente un texto titulado «Carta Abierta a la Mesa de Diálogos de la Habana.» Es uno más de las muchas declaraciones y entrevistas, durante la administración del Presidente Juan Manuel Santos, a través de los cuales esta organización alzada en armas reitera su interés de buscar un camino de entendimiento con el Gobierno nacional para cerrar por la vía de diálogos y negociaciones este largo conflicto, como se está intentando con las Farc.
El Gobierno se ha mostrado cauteloso sobre la eventualidad de un proceso con el Eln. Se rumora de un diálogo secreto y aunque esto no esté confirmado, lo cierto es que no hay nada público, así el presidente Santos declarara que «una paz sin el ELN es una paz incompleta.»
La no existencia de una dinámica pública con esa organización insurgente puede obedecer a una estrategia del Gobierno de privilegiar la construcción de un acuerdo con las Farc, bajo la lógica de que así será mucho más fácil atraerla en una fase avanzada de un posible acuerdo, lo cual es una gran equivocación.
El Eln ha demostrado capacidad para mantenerse con cerca de dos mil quinientos combatientes, según cifras oficiales, presencia territorial en regiones de Arauca, Catatumbo, Sur de Bolívar, Chocó, Cauca y Nariño y en proceso de recuperación de zonas de donde fue expulsado por la acción paramilitar, en coordinación con la fuerza pública, entre 1995 y 2003, lo cual lo redujo de siete mil combatientes a lo que es hoy en día. Mirando su dinámica armada, uno puede afirmar que en los últimos cuatro años viene saliendo de la hibernación que se autoimpuso entre el año 2003 y el año 2008. Por todo lo anterior, la mejor estrategia no es ignorar este grupo guerrillero, sino proponerle el inicio de un proceso.
Buscar un acuerdo con el Eln, que ha demostrado interés en buscar un proceso de paz y capacidad para seguir presente en la vida colombiana, es importante dada su presencia real en por lo menos 120 municipios de Colombia.
La otra explicación de por qué no existe un proceso abierto con el Eln se puede encontrar en que sus expectativas de un diálogo que incluya una participación social espanta al Gobierno nacional; de hecho, éste es un punto en el que Gobierno y Farc tienen diferencias que no les permitió iniciar la discusión del tema rural el 15 de noviembre, postergándose cuatro días para buscar un acuerdo sobre el tema.
La participación social es un punto sensible en el que tanto las guerrillas como el Gobierno tienen aspiraciones muy distantes: las Farc y Eln aspiran a debates abiertos, en escenarios regionales, y el Gobierno prefiere que los aportes se los envíen por correo y, en lo posible, evitar la exposición del proceso en algo que considera incierto, y que tiene como antecedente las audiencias del Caguán, donde hubo mucho discurso, quizás propuestas, difícil de articular al proceso.
Volviendo a la comunicación del Eln, éste parte de reconocer que son muchas las voces que han intervenido para iniciar un proceso de negociación con este grupo armado: “El gobierno colombiano y las FARC, así como amplios sectores de la nación y de la comunidad internacional, han hecho manifiesto su interés por que el ELN también inicie un proceso de diálogos en la búsqueda de la paz”. Y se reafirman en que “el ELN está comprometido con la solución política, la que entendemos como una construcción colectiva de la nación, como proceso democratizador social, político, económico y cultural, que dé cuenta de los cambios que el país necesita”.
Lo novedoso de esta declaración, porque ya sabemos hace muchos meses del interés del Eln de ir a una mesa de conversaciones y adelantar una negociación con el Gobierno nacional, es que dice ya tener ya una “Delegación para el diálogo exploratorio con el Gobierno está conformada y lista para cumplirle a Colombia”.
Lo mejor para el país, el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y el Eln es buscar un acuerdo con esta organización, que ha demostrado interés en buscar un acuerdo de paz y capacidad para seguir presente en la vida colombiana; así para muchas voces sea algo lejano y distante, su presencia es real en por lo menos 120 municipios de la Colombia profunda.
*Periodista del portal ArcoIris.com.co