Alexandra Rodríguez, coordinadora del Programa Bogotá y Concejo Cómo Vamos, hizo una evaluación del gobierno del alcalde Gustavo Petro en entrevista con Arcoiris.com.co. Aseveró que en temas como educación y servicios públicos salió bien calificado, pero se rajó en asuntos de salud, seguridad y basuras. Además, aseveró que el hecho de que Petro sea reinsertado del M-19 no afecta el ejercicio de sus funciones como Alcalde, pero si en cómo lo valoran los ciudadanos.
A la luz de la más reciente Encuesta de Percepción Ciudadana contratada por el Programa Bogotá Cómo Vamos, ¿cuáles son los aspectos a resaltar y los puntos críticos de la Administración Distrital?
La encuesta trata de hacer una medición de cómo percibe la ciudad los resultados de gestión de esta Administración durante los seis primeros meses. Los temas donde no sale bien calificada son los relacionados con la salud, lo ambiental y la seguridad. Hay que reconocer que algunos problemas venían de administraciones anteriores y que ya había llamado la atención de Bogotá Cómo Vamos como son la caída de los indicadores de participación y, sobre todo, los de convivencia ciudadana.
En la gestión de la actual Administración quedan mejor calificados la educación, los servicios públicos, algunos factores de vivienda y la oferta de recreación y cultura.
La encuesta califica de 2.6 la gestión del alcalde Petro, ¿tendrá algo que ver el estilo?
La gestión no tiene tanto que ver con el estilo, pero si con la calificación de confianza. La ciudad estuvo en una crisis profunda durante los dos años anteriores a esta Administración y era previsible que la ciudad fuera muy demandante frente a resultados en el corto plazo. Esas expectativas de cambio se contradicen con la lógica de lo público donde el primer año de Gobierno es muy difícil hacer grandes transformaciones. Las expectativas de la ciudad eran mayores frente a los resultados poco tangibles de esta Administración.
¿Y la calificación de confianza?
Esa si tiene más que ver con el estilo. Esta es una ciudad que no ha estado acostumbrada a alcaldes tan presentes en los medios de comunicación o con un liderazgo tan personal en todos los temas de la ciudad. Antes había una mayor delegación en los secretarios o en otras figuras que terminaban siendo muy públicas. Petro es el alcalde que asume el liderazgo de casi todos los temas y sobre todo de los más polémicos de Bogotá.
Uno de los asuntos sensibles de esta Administración ha sido la relación con el Concejo de Bogotá, ¿cómo valora la situación hoy en día?
Las relaciones entre los Alcaldes y los Concejos tienen características muy particulares y no son propias de esta Administración. Esta Alcaldía ha sido muy visible para la opinión pública y, en ese sentido, se podría decir que hay más fricciones de la cuenta, pero en el seguimiento que nosotros hacemos no hemos encontrado nada novedoso, solo que es muy visible y no es muy distinto de lo que sucede o ha sucedido en otras administraciones.
¿Cuál es la dinámica de dicha relación?
En la práctica, el Concejo de Bogotá siempre se recompone cuando se van a discutir proyectos específicos y las coaliciones apuntan más a estar en contra de proyectos que de la Administración en su conjunto. Por otro lado, el control político tiene un comportamiento muy parejo e independiente de quien sea el que lo plantea. Es decir, las administraciones en Bogotá son sujetas de control político por parte de quienes forman parte de la bancada de Gobierno como de las coaliciones que hacen oposición.
Más allá de la discusión propia de los proyectos de acuerdo, el estilo de esta Administración es un poco distante de los concejales. Hay acercamientos para temas específicos, pero no hay una política de acercamientos generalizada. Eso se debe a que en los primeros acercamientos no pudieron tener los resultados esperados.
El Alcalde ha tenido dificultades para conformar su equipo de gobierno, ¿cómo ve el gabinete de Petro en estos momentos?
La Administración está todavía tratando de conformar el equipo, por supuesto que se ha tomado más tiempo de la cuenta, pero le ha apostado a unos perfiles que probablemente no eran fáciles de mantener; tal vez por la falta de experiencia en lo público. Ha habido un esfuerzo importante por ubicar en los cargos de mayor rango a personas que son muy expertas o tienen trayectoria en los temas, pero no siempre saber de los temas y tener trayectoria significa ponerlos en marcha.
En entrevista con ArcoIris.com.co, la Coordinadora del Programa Bogotá y Concejo Cómo Vamos nos contó cómo valora la gestión del alcalde Gustavo Petro: el mandatario local salió bien calificado en educación y servicios públicos, pero no en temas de salud y seguridad.
No me parecería extraño que a comienzos del próximo año tuviéramos algunos movimientos, sobre todo, ahora, que la Administración tiene más claro qué se necesita y cómo podría tener unos perfiles más ajustados.
¿Podría indicarnos cuáles son los que necesitan consolidarse más?
No. Me pone en una situación muy difícil.
¿Cree usted que la ciudad está avanzando hacia ese modelo de ciudad distinta que planteó Petro en su programa de Gobierno y en el Plan de Desarrollo?
Yo creo que es muy prematuro para ver cambios en ese sentido. Cuando son cambios tan estructurales estos requieren de un reordenamiento institucional y operativo. Yo creo que antes de un año de expedido el Plan de Desarrollo es muy difícil que veamos cambios. Los cambios más visibles se deberán materializar en el Plan de Ordenamiento Territorial que está en proceso de discusión.
¿Cómo interpreta el nombramiento de Gina Parody como Alta Consejera Presidencial para Bogotá?
Eso muestra algo muy evidente y es la necesidad que tiene Bogotá de articularse con la nación. Bogotá no ha sido exitosa en subirse a los buses de las propuestas nacionales. Yo creo que es una necesidad de doble vía. El alcalde Gustavo Petro pensó en eso y ha logrado buenos resultados. La nación le responde con una instancia de articulación, la cual podría desentrabar y facilitar el trámite de proyectos. Todo depende de cómo se logre construir esa confianza con la instancia de coordinación, la empatía que haya en temas que le interesen a la nación y cómo se encuadran dentro de ese nuevo modelo de ciudad que propone el Alcalde.
¿Cómo se construye esa confianza con una persona que hasta hace poco fue su principal opositora y que también estuvo en la competencia electoral por la Alcaldía de Bogotá?
Es cierto que la Alta Consejera era su contrincante político y todo lo demás, pero ellos no tuvieron una mala relación. Ese es un punto a favor. Creo que los dos gobiernos tienen que estar muy atentos a que se impulse más la agenda del Distrito que la de la Nación porque se supone que para eso se crea la Consejería, pero eso nos lo dirá el tiempo. La Alta Consejera no sólo fue candidata a la Alcaldía, sino que también tiene una especial preparación en los temas de Bogotá. De entrada no podríamos considerar que ella tenga una agenda propia, y no debería tenerla.
¿Cuáles son los principales retos que tiene el Alcalde frente a su Administración?
El Alcalde tiene retos importantísimos y el más apremiante de todos es el tema de las basuras, el cual ha sido aplazado durante los dos últimos años. Esta Administración entra con una propuesta muy agresiva y muy novedosa frente a las opciones que se le habían encontrado. Es un servicio público y como tal no se puede detener. Se tiene que encontrar una respuesta muy rápida, sostenible y financieramente viable.
Cuando se cruzan variables está clarísimo que el termómetro de la ciudad está puesto en la movilidad. Es ahí donde se califica la gestión de la Administración. Las personas que más expresan su apoyo a la gestión son las que consideran que medidas como las de pico y placa las benefició.
¿El hecho de que Petro sea reinsertado afecta en algo el ejercicio de sus funciones como alcalde?
El que pertenezca a un proceso de reinserción tiene un peso en cómo lo ven los ciudadanos y sobre todo en qué esperan de él. Para algunos esa parte de su historia será un valor agregado porque le da una visión nueva a la ciudad y un estilo combativo y frentero como el que le hemos conocido. Por otro lado, hay otro grupo de ciudadanos que ven su pasado como una sombra oscura y les resta un poco de confianza en la gestión.
En general, Bogotá ha demostrado ser una ciudad bastante abierta en esos temas. En este momento cuando se habla del Alcalde o se discute sobre cómo se le ve, ese tema no es relevante o por lo menos no está presente significativamente en las respuestas de los ciudadanos. Tiene mucho más que ver con su estilo de gobierno y con los resultados de su gestión. Sobre el pasado de los gobernantes se discute mucho durante las elecciones pero ya después se centra en la gestión y en los resultados.
/ Entrevista realizada por Reina Lucía Valencia, periodista del portal ArcoIris.com.co