Foto: Desmovilización de la CRS en 1994, Flor del Monte (Sucre) | archivo CNAI.
/ Por Reina Lucía Valencia V*. No existen recetas únicas para cocinar un buen proceso de paz, sin embargo la experiencia de guerrilleros desmovilizados, que participaron en las negociaciones de los 90, es un ingrediente que no puede faltar en el actual proceso de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las guerrillas de las Farc. La agenda política está capturada por este momento histórico que se lleva a cabo en la Habana y las Comisiones de Paz del Congreso de la República han estado muy activas promoviendo espacios de participación y de reflexión para comprender y analizar mejor los diálogos que se adelantan. Esta semana organizaron un encuentro denominado “Las Experiencias Exitosas de procesos de Paz en Colombia” con los movimientos guerrilleros desmovilizados de los anteriores procesos de paz. Compartieron sus experiencias: Álvaro Villarraga (EPL), León Valencia (ELN), Fabio Mariño (M-19), Carlos Velandia (ELN), Enrique Flores (PRT) y Henry Caballero (Quintín Lame).
Las intervenciones de los participantes giraron en torno a tres puntos: 1) Mirada al actual proceso de paz; 2) Recomendaciones, a partir de la experiencia en la reinserción y conversión del movimiento a actor político; y 3) Gestión del postconflicto. Todos apuntaron en señalar que el momento de la paz es ahora y que las guerrillas y el Gobierno colombiano deben poner punto final al conflicto armado sin dilaciones, además que el Congreso de la República está llamado a cumplir un papel protagónico cuando se pacté la paz ya que los acuerdos deben pasar por el legislativo. Miremos ahora que dijeron los desmovilizados con respecto a los tres ejes que orientaron la discusión.
Mirada al actual proceso de Paz
Sin lugar a dudas, el conflicto colombiano ha marcado la agenda política del país así como lo explicó Valencia “la política en Colombia la ha definido en los últimos 30 años el conflicto armado y por eso es que está en la mesa el Gobierno nacional. Las Farc saben que tienen una captura negativa de la agenda política y aunque son actores centrales de la vida nacional, lo anterior no redunda en ningún beneficio electoral ya que son una fuerza política negativa”.
Mariño advirtió que hoy el conflicto en Colombia es mucho más grande y que las dos fuerzas que están en la Habana solo tienen capacidad para resolver una parte de ese conflicto. También hizo un llamado a la sensatez porque las guerrillas y el Gobierno en la Habana no pueden alterar completamente el ritmo triste de la violencia en el país, debido al paramilitarismo, la descomposición violenta en armas y el crecimiento de las Bacrim. “Tengamos en cuenta que la producción violenta de la guerrilla no llega al 10% del conflicto armado colombiano”, puntualizó Mariño.
Todos coincidieron con Villarraga en valorar positivamente el actual proceso de negociación: “el proceso va por buen camino, pero debe ser definitivo porque los espacios de la insurgencia se están agotando”.
Guerrilleros desmovilizados de los procesos de paz de los 90 advirtieron que la paz debe firmarse sin dilaciones y que los espacios para la insurgencia están agotados. El tiempo corre en contra de las negociaciones en la Habana. Comisiones de Paz del Congreso de la República promueven espacios de participación y reflexión.
Valencia agregó que “no es buen consejo para las Farc y el Eln quedarse en el conflicto porque no tiene sentido que se demoren otros 50 años en la segunda fase”. También calificó como sensato lo que hace Juan Manuel Santos de ponerle límite a las negociaciones y anotó que un proceso de paz no aguanta si se desarrolla en medio del conflicto y en un contexto político de campaña electoral: “Señores hay que firmar antes de noviembre la segunda fase”.
Recomendaciones, a partir de la experiencia en la reinserción y conversión del movimiento a actor político
Villarraga comentó las dificultades que tuvo el EPL con respecto a las garantías políticas y calificó el balance como mezquino, debido a que solo por una vez a través de un decreto se logró una circunscripción de participación especial en los concejos y juntas locales. Además indicó que los apoyos pactados con el Gobierno sobre promoción política fueron incumplidos porque éste vetó el contenido de la publicidad política al considerarlo de carácter partidista. Por lo anterior, Villarraga recomendó que en las negociaciones con las Farc y el Eln la favorabilidad política deba ser inmediata, quizás por varios años, respondiendo a un impacto más estratégico que coyuntural y con una lógica de inclusión.
Otra de las recomendaciones sugeridas por Valencia es que se piense el proceso de paz desde la correlación de fuerzas y que en los temas de agenda se busqué cómo se van a mover en el Congreso de la República. También anotó que una negociación termina exitosamente cuando una de las dos partes le pone un final cerrado al proceso. Lo que significa que una de las partes está dispuesta a concederle al otro lo que el otro le pide y que el final cerrado no lo va a poner nunca la dirigencia del país.
Mariño se refirió a los militares porque en el conflicto no solo están involucrados los reinsertados: “A los negociadores en la Habana quisiéramos decirles que el postconflicto no puede ser hegemónico y puso como ejemplo los problemas jurídicos que hoy tienen más de 600 militares por cuenta del conflicto armado”. Agregó que espera que las partes asuman la responsabilidad de no exigirse más de lo posible de sus sueños, pero tampoco de quedarse en el tenor de sus dificultades.
Gestión del postconflicto
Caballero consideró que para una reinserción exitosa de las Farc se deben crear las bases en las zonas donde ellos tienen presencia y así garantizar una economía solidaria, a través de proyectos que le permitan a la gente insertarse a procesos colectivos y no individuales. También se refirió al caso de los guerrilleros indígenas, precisando que es necesaria una concertación con las comunidades indígenas para que no se generen problemas. Caballero invitó a la sociedad civil para que realicen sus propios procesos de reflexión, comprensión y generación de propuestas que no dependan solo de Cuba y señaló que en el Cauca están avanzando y tienen definido el espacio regional de paz.
Frente a la magnitud de la desmovilización de las Farc y el Eln, Valencia expuso que no es como la piensa la élite y calculó que aproximadamente se desmovilizaran no menos de 100 mil personas porque son 50 años de historia. Añadió que en 112 municipios la presencia de las Farc y el ELN es crítica y que en dichos lugares tendrá lugar la reinserción, la aplicación de la ley de tierras si la hay, las alternativas para cultivos de uso ilícito y la atención a las víctimas. Y finalizó diciendo “hay que empezar a construir el postconflicto desde ya”.
Palabras más, palabras menos, lo que quedó claro de este encuentro es que la paz debe cocinarse antes de noviembre de 2013 porque los ánimos contrarios a una solución negociada del conflicto armado aumentan con el pasar de los días.
* Periodista del Portal ArcoIris.com.co