El otro exabrupto de Nieto Loaiza en el caso del Palacio de Justicia

Como si todo no estuviera tan mal para Colombia, dejando un precedente de improvisación ante la comunidad internacional en el caso de la defensa ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por los casos de desaparición  forzada en el Palacio de Justicia, Arco Iris pudo corroborar las versiones contrariadas entre la Agencia de Defensa del Estado y su abogado Rafael Nieto Loaiza. Mientras la directora de la agencia, Adriana Guillén ha afirmado que “no se niega a los desaparecidos Irma Franco y Carlos Horacio Urán porque hay registros gráficos, documentales y testimoniales”, la defensa contratada argumentó todo lo contrario.

El abogado Nieto Loaiza realizó la siguiente contestación: “La CIDH y las organizaciones demandante afirman que el señor Urán Rojas fue desaparecido y posteriormente ejecutado en relación con los hechos del palacio de Justicia. En lo que respecta a este punto el estado rechaza en su totalidad las afirmaciones del informe de la CIDH y del ESAP por considerarlas desajustadas a la realidad y no probadas. El estado procede a continuación a demostrar que el señor Urán Rojas no fue ni desaparecido ni ejecutado por agentes del estado. La ESAP (…) la desaparición forzada y posterior ejecución extrajudicial del Magistrado Carlos Horacio Urán Rojas contiene tres afirmaciones que distorsiona la verdad de los hechos porque no hay desaparición forzada, ni hay ejecución extrajudicial, ni Carlos Horacio Urán Rojas era magistrado auxiliar”.

Así mismo, Jorge Ibáñez, abogado preliminar del caso, también contrarió a Adriana Guillen. La funcionaria afirmó en varios medios que contrató a Rafael Nieto Loaiza, porque Ibáñez había renunciado de manera intempestiva. A esto Ibáñez respondió: “no es cierto. Uno no puede renunciar a un contrato que no ha celebrado y yo no fui contratado para representar al Estado ante la Corte Interamericana porque los militares no me tenían confianza”.

El abogado aseguró que en noviembre pasado recibió amenazas por parte de sectores oscuros que no querían que el jurista defendiera a Colombia por su estrategia vertical que terminaba aceptando desapariciones y comprometiendo a los militares. En entrevista con el periódico El Espectador, Ibáñez relató las reuniones que tuvo con la cúpula militar para exponerles su plan de defensa, pero advirtió como cierto sector castrense se opuso como se lo hizo saber el general Alejandro Navas.