Sin sueños no avanzamos

Por:LUIS ALBERTO CABEZA ESPINEL
Bucaramanga, así como las demás ciudades intermedias se encuentran en un estado de atraso con relación a las grandes capitales como Bogotá, Medellín y Cali, y cuando me refiero a atraso es a varias variables que de una u otra manera determinan su desarrollo, como la movilidad, la malla vial, la infraestructura, la atención a poblaciones vulnerables, la educación, la salud, el empleo, el deterioro del medio ambiente, la inseguridad y la productividad.

Sólo en el tema de movilidad y malla vial las grandes capitales nos llevan décadas de ventaja, por lo menos es lo que se percibe en la autopista a Floridablanca, los trancones son largos y muy lentos, cualquier ciudadano de a pie se da cuenta que los urbanizadores y los gobiernos locales no han tenido la visión de imaginar el futuro, diseñar una ciudad a largo plazo, teniendo en cuenta a sus pobladores, sus derechos y opiniones, aparte que han sido ciegos al realizar obras que al poco tiempo son insuficientes, -ejemplo de esto han sido las ampliaciones que se le han hecho a esta autopista y al viaducto García Cadena, o las vías conexas del intercambiador de la Flora- y así como estas vías, en muchas otras a lo largo y ancho de la ciudad, en la calle 56, en la carrera 33, en la calle 34, en la carrera 16, en la carrera 14, en la virgen al norte, en fin….estamos al borde del colapso.

En la ciudad los que han planeado el desarrollo urbano, han diseñado estos desarrollos desconociendo al ciudadano y al medio ambiente, ausencia de ciclovías, de suficientes zonas verdes y espacio para la recreación y el esparcimiento, atrás se quedó la ciudad de los parques.
Ni pensar el próximo futuro con estas vías, pues en inmediaciones del anillo vial vivirán 600 mil nuevos habitantes, ¿por dónde se van a movilizar?, y las zonas de urbanización en el mediano plazo serán en el valle de Guatiguará de Piedecuesta, entonces ¿cómo será el caos?

O el problema del empleo. No es ningún secreto que es el sector servicios el que predomina en Bucaramanga y los municipios de la llamada área metropolitana, la poca industria son las microempresas del cuero y el calzado, joyería y pare de contar, pero hay una gran masa invisible que viven del sub empleo o como se dice popularmente del rebusque en lo que sea, no ganan salario real, no tienen seguridad social, ni estabilidad, son simplemente desempleados que no se vencen a las dificultades.
Lo que nos tiene en esta difícil situación no es solamente el excesivo centralismo que ha privilegiado los grandes centros urbanos, es también la real ausencia de una clase dirigente emprendedora realmente, con liderazgos fuertes y progresistas que tengan la valentía y la voluntad de planear junto con la ciudadanía lo que debería ser la ciudad en 50 años en todos sus aspectos, no sólo el de la movilidad y el empleo que hoy traigo de ejemplo.

Al parecer la generación de parlamentarios, dirigentes políticos y empresarios que hoy tenemos no van a pasar a la historia, pues han estado empeñados en agrandar sus bolsillos y sus negocios, en defenderse o pagar sus deudas con la justicia por la corrupción y la parapolítica, en gestionar sus contratos y ganarse una buen comisión y los que se pensaba que iban a trascender como Horacio Serpa, salió con un chorro de babas.

Claro que hay otros factores que inciden en este fenómeno cual es que todos los nuevos mandatarios, ya sean alcaldes o gobernadores, no asumen los proyectos o metas que traían los anteriores mandatarios, o sea se empiezan de cero, es el síndrome de Adán.

Ya en años anteriores se han experimentado varios planes que han dado resultados positivos, recuerdo algunos: el plan decenal de educación, el plan prospectivo siglo XXI y el plan quinquenal de paz.
Qué bueno sería que nos convocáramos con los gremios, los dirigentes políticos nuevos, la academia y los sectores sociales a hacer la experiencia de imaginarnos qué clase de ciudad y de región pensamos dentro de 50 años en todos los aspectos y dedicarle un tiempo de nuestras cortas vidas a hacer este ejercicio, seguro que podríamos imaginarnos una ciudad amplia, tranquila, apacible, justa, humana y ambientalmente sostenible.

Por ahora propongo a los gremios, en especial la Cámara de Comercio de Bucaramanga a ver si les suena el cuento para convocar a un equipo con participación de las Universidades, otros gremios, los alcaldes y el señor Gobernador y por qué no, de pronto nos suena la flauta y con una amplia y participativa convocatoria nos pongamos el overol y a soñar el futuro.

LUIS ALBERTO CABEZA ESPINEL
Sociólogo – Investigador social
betocabeza@gmail.com