Acuerdo de Paz: El grano y la paja

 

Mientras los marineros contemplaban la escena

desde los penoles como pájaros posados en una rama

La Gran Marcha. E.L.Doctorow

Por: Yezid Arteta Dávila

 Colombia está en un momento crucial. Las decisiones que adopten el gobierno y las FARC en un futuro cercano determinará la historia del país en la presente y la próxima década. Los líderes que integran la totalidad del arco político colombiano y los jefes guerrilleros tienen una cita con la historia. Unos y otros deben responder con realismo y sin demagogia al imaginario de paz que predomina en la gente colombiana.

Por el tamaño del país, por el tamaño de las FARC, por el tamaño de las Fuerzas Militares, por el tamaño de la población victimizada, por el tamaño del narcotráfico y por el tamaño de las organizaciones criminales, la implementación de un acuerdo de paz en Colombia, puede convertirse en una de las operaciones más complejas del siglo veintiuno. Una operación que desborda la capacidad del país y obliga el apoyo del sistema de Naciones Unidas para su ejecución.

Para el gobierno de Santos la firma de un acuerdo de paz con las guerrillas está contaminada por los cálculos electorales. La propuesta de paz del expresidente Álvaro Uribe y sus seguidores carece de realismo y es exageradamente ideológica. Ypara las FARC la dejación de las armas aún les crea temor e incertidumbre. Una cuarta pieza de este tejemaneje es la incierta ruta del ELN.

El proceso de paz en La Habana puede languidecer y morir. El tiempo de cosecha y acopio está pasando y es el momento de separar el grano de la paja. Desde su fundación como república, Colombia no ha tenido la posibilidad de resolver sus grandes problemas estructurales sin violencia.Los operadores políticos, económicos y sociales del país tienen en este proceso la oportunidad de superar el ciclo de violencia política y encarar bajo un nuevo pacto los problemas estructurales  que distorsionan el bienestar de la nación.

 1. Lo que piensa el gobierno sobre las FARC.

El gobierno y sus defensores ven a las FARC como el embarazoso hijo psicópata de una familia burguesa a quien hay que llevar adonde el psicólogo o el siquiatra. Niegan que la enfermedadsea de tipo genético y aducen a causas fisiológicas su comportamiento. Ven a la guerrilla como una anomalía que se puede tratar con medicación.

Todo parece indicar que la oferta de negociación presentada por el gobierno de Santos se inclina por someter a las FARC a un tratamiento psicológico para que el hijo díscolo entre en razón y pueda ser aceptado en casa. Si esta estrategia no logra su objetivo queda, pues, la alternativa de choque. Algo similar a las que aplican a los locos violentos en los manicomios de cuarta categoría.

 2. Lo que piensan otros sobre las FARC.

Otros, opuestos a la anterior interpretación, consideran que la guerrilla es el resultado de una sociedad enferma. Piensan que el sistema engendró a la guerrilla y las FARC no son más que la síntesis de los problemas estructurales del país y por tanto el tratamiento de la misma debe ir más allá de una simple medicación.

Recomiendan al gobierno una actitud generosa frente a las protestas sociales que se extienden por todo el territorio nacional y ven en ellas la oportunidad de hacer un cambio de ritmo para meterle mano a los asuntos estructurales del país. Una honesta e inteligente negociación con los sujetos sociales, sugieren, facilitaría el entendimiento con la guerrilla. Negociar en Bogotá el conflicto social y en La Habana la terminación del conflicto armado y la transformación de las FARC.

 3. Un gobierno uribista tendría que hacer lo mismo que Santos o más para alcanzar la paz.

La estrategia del expresidente Álvaro Uribe contra las FARC durante sus ocho años de gobierno fue netamente bélica. Nunca antes un gobierno había desplegado una operación militar tan larga en lo temporal y tan extensa en lo espacial. Fue un ataque masivo y potente contra la retaguardia profunda de las FARC. El mapa de la guerra cambió sustancialmente pero no la resolvió.

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