Por Herman Montoya Llantén
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Después de la constitución de 1886, la guerra de los 1000 días y las reformas de 1905 y 1910 se acentúa en Colombia el sistema político y administrativo Centralista, hecho que contribuyó a consolidar a Colombia como república, pero al que le debemos el atraso de las regiones y que ha influido notoriamente en la forma de hacer política.
Al comienzo de su carrera nuestros líderes políticos trabajan en la construcción de su caudal electoral en cada una de sus regiones, hasta lograr obtener las máximas posiciones, como conducta natural de la persona que triunfa se lanzan a conquistar una curul en la Cámara de Representantes y posteriormente en el Senado de la Republica, es aquí donde comienzan los problemas para la provincia, porque los departamentos pierden sus líderes que se ponen al servicio del centro.
Cada departamento considerado de forma independiente no representa una cuota de poder importante en el centro, entonces los parlamentarios se ven en la necesidad de trabajar para sus partidos y el gobierno de turno, instituciones centralistas, en el devenir de este ejercicio por razones operativas trasladan su domicilio a Bogotá, y los parlamentarios se convierten en los gestores de las regiones, las personas que patinan los proyectos, y poco a poco van abandonando las provincias que les brindaron la oportunidad de figurar, se convierten en los mensajeros de Dios, en los señores feudales que controlan los departamentos. Al existir ese canal exclusivo y la falta de rendición de cuentas el centralismo se constituye en tierra fértil para la corrupción, el clientelismo y la ineficiencia.
La constitución del 91 ha previsto la descentralización, pero no existe un liderazgo que permita consolidar el hecho, por la cabeza de los congresistas no pasa tener una meta de estas, la situación actual es perfectamente cómoda para ellos, no les interesa profundizar la descentralización.
Al respecto el senador John Sudarsky Rosenbaum, precandidato presidencial de la Alianza Verde, ha promovido un sistema mixto de representación en el Congreso de la República, que permitiría que los ciudadanos sepan quién los representa, promueve la rendición de cuentas, el control social, la participación ciudadana, reduce el clientelismos, la corrupción y garantizaría la participación de las minorías políticas.
El sistema mixto de representación es la cuota inicial para que nuestros parlamentarios trabajen en beneficio de sus regiones, también es necesario que se formen bloques de gestión regional, por ejemplo, en esta zona lo propicio es trabajar por la Región Pacifico, donde están los departamentos con más pobreza, Chocó y Cauca, solo así seremos un grupo fuerte en el Congreso, solo así nos tendrán en cuenta. Hoy nuestros parlamentarios no representan prácticamente nada en el centro, ¿Cuantos años pasaron para que tuviéramos un ministro?, porque nuestro caudal electoral es relativamente bajo, pero si juntamos una parte del antiguo Cauca, volveremos a tener peso en el centro, podremos hacer la vía al mar, explotar todo nuestro potencial de generación eléctrica, sacar de la pobreza al Chocó, explotar todas las oportunidades que brinda el pacifico donde tienen asiento las florecientes economías Asiáticas, es hora de cambiar el chip.