¿El ocaso de las Farc y el Eln?

“La guerrilla ha entrado en un proceso de descomposición irreversible. La frágil posición de las Farc frente a las negociaciones, que inició con el Gobierno en noviembre de 2012, resulta evidente. El grupo armado no sólo enfrenta su última ventana de oportunidad para encontrar una salida negociada de la violencia, sino que además tiene el tiempo en su contra. Cuanto más dilate el proceso para alcanzar un acuerdo de desmovilización, mayor será su proceso de debilitamiento militar y, por lo tanto, menores las concesiones que podrá demandar en el curso de las conversaciones”. Esta es una las conclusiones del informe “Contraterrorismo: la victoria silenciosa del Estado”.

El reporte fue realizado por la firma especializada Decisive Point, de Roman Ortiz, experto en asuntos de seguridad. Según el documento, el Eln, con menos de 1.200 hombres en armas, no tiene opción distinta que buscar un acuerdo “a remolque de las conversaciones entre el Gobierno y las Farc”. Al analizar la estrategia Espada de Honor, implementada por las Fuerzas Militares desde 2011, el informe asevera que el triunfo del Estado sobre la subversión ha sido silencioso porque, a pesar de que se han dado golpes contundentes como las muertes de los jefes guerrilleros Alfonso Cano y el Mono Jojoy, éstos fueron posibles gracias a operaciones de infiltración más discretas.

El informe sostiene que estas organizaciones ilegales dieron un giro en sus acciones armadas y paulatinamente optaron por eludir los enfrentamientos con las Fuerzas Militares y la Policía, y concentraron sus ataques sobre la población civil y la infraestructura económica. También se advierte que “las guerrillas comenzaron a dar protagonismo en la ejecución de sus acciones a las redes de colaboradores clandestinos que tradicionalmente habían desarrollado labores de apoyo como la recolección de información o el suministro de apoyo logístico (…). La decisión de convertir estas estructuras en la punta de lanza de su campaña terrorista tuvo que ver con que eran menos vulnerables al accionar de las tropas, dado que ocultaban sus vínculos con la guerrilla bajo una apariencia civil”.

En los últimos dos años, según el análisis, las Fuerzas Armadas se dedicaron a atacar los tres pilares de los grupos subversivos: su estructura jerárquica, las fuentes y los recursos con los que administraban sus finanzas, y el aparato de guerra y las redes de apoyo urbanas y rurales. Con una particularidad: tras las muertes de Cano y Jojoy “ningún miembro del secretariado de las Farc se mantuvo de forma permanente en el interior de Colombia. Esta decisión fue el reconocimiento implícito por parte de las organizaciones terroristas de que las operaciones de la Fuerza Pública habían alcanzado un grado de efectividad tal que, en la práctica, habían negado el uso del territorio nacional a la cúpula guerrillera”.

Los efectos de esta estrategia implicaron que no existiera un control de cada frente y cada bloque por parte del secretariado. En este contexto, los mandos medios de las guerrillas (las Farc, se calcula, tienen 7.000 hombres y el Eln 1.200) se convirtieron en piezas claves de la cadena jerárquica de las Farc, especialmente. Entre agosto de 2011 y diciembre de 2013 fueron abatidos o capturados 41 jefes de las Farc y 14 del Eln. Un desgaste que pone en aprietos a estos grupos para mantener la cohesión en sus filas, señala el análisis de Decisive Point. De igual forma, se estableció que durante ese mismo lapso se redujeron los cultivos ilícitos de 61 mil a 47 mil hectáreas.

Esto último tuvo consecuencias sustantivas sobre las finanzas guerrilleras, “si se tiene en cuenta que estos grupos controlaban directa o indirectamente el 80% del total de los sembrados de coca en el país”. Asimismo, los resultados operacionales en detenciones de integrantes de las Farc aumentaron, pues mientras en 2010 se capturaron 1.544 personas presuntamente vinculadas con este grupo ilegal, en 2013 fueron 2.183. Y las desmovilizaciones resultaron claves para menguar la capacidad militar de estas organizaciones: en 2012 se entregaron 1.140 guerrilleros y en 2013 lo hicieron 1.350.

La conclusión del reporte es que los grupos guerrilleros están muy golpeados y que “las cúpulas de las Farc y el Eln tienen una percepción fuertemente distorsionada de la situación en que se encuentran sus organizaciones como consecuencia de sus sesgos ideológicos y el modo sistemático en que sus subordinados les mienten para enmascarar el desastre y su responsabilidad en el mismo”.

Tomado de: http://www.elespectador.com/noticias/judicial/el-ocaso-de-farc-y-el-eln-articulo-486290