Medio siglo de guerra interna ha polarizado la sociedad colombiana y ha afectado la calidad de la democracia y la legitimidad del Estado. Particularmente la credibilidad de la justicia se ha visto quebrantada en medio de una crisis profunda de la rama y de escándalos de impunidad, ineficiencia, politización y de falsas imputaciones que muchas veces responden más al afán de resultados ante la opinión que a verdaderas investigaciones irrefutables.
En el caso de los 15 detenidos esta semana en Bogotá, supuestamente por pertenecer a una “red de milicias del ELN “ o “red de apoyo a la guerrilla”, se sigue el consabido libreto: despliegue espectacular de acciones mediáticas en los medios de comunicación, felicitación pública del presidente de la República, comentarios sesudos en la prensa sobre el peligro terrorista en medio de ese ambiente cargado de intriga policíaca, imputación de cargos y legalización de capturas a nombre de la “seguridad nacional”.
La reacción social que llama la atención sobre los “falsos positivos judiciales”, lleva también a cuestionar si en esas acciones se ha respetado el debido proceso y la presunción de inocencia de los imputados y si no se está ejerciendo una estigmatización de los movimientos sociales y de la izquierda legal.
En últimas, es necesario entender si en esta democracia del posconflicto, para el Estado colombiano sigue vigente el delito de opinión.
Ver comunicado de prensa del 8 de Julio de 2015 completo
Ver el COMUNICADO DE PRENSA del 10 de julio de 2015 completo
Los gobiernos en Colombia, cuando se muestran incapaces de actuar a través de la justicia por demás llena de corruptelas, recurren a acciones mediáticas y a inculpar a gente inocente al mejor estilo del estatuto de seguridad del corrupto politiquero del Turbay de ingrata recordación, en donde capturaron y torturaron a mucha gente inocente o por el solo hecho de pensar diferente y opinar diferente, eso es lo que la corrupta politiqueria llama libertad de prensa y opinión y lo que los gobiernos le dicen al indiferente e impasible pueblo, que es Democracia. Santos y Uribe saben como facturaron los falsos positivos en Colombia, lo que pasa es que al pueblo lo mantienen idiotizado.