Han sido asesinados 28 indígenas en lo que va del año.
Luis Fernando Arias, consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia-ONIC-, habla de la preocupante situación de los pueblos indígenas de Colombia y hace un llamado al Gobierno para que analice las problemáticas.
La situación de los pueblos indígenas en Colombia ha empeorado considerablemente en el último año. Esa es la principal conclusión que se desprende del informe presentado ayer por la ONIC (Ver en Pronunciamiento conjunto ONIC, CIT, OPIAC y AICO), en coordinación con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
El panorama es preocupante si se tiene en cuenta que la cifra de indígenas asesinados se duplicó (van 28 a la fecha) respecto a la del año pasado, cuando se registraron doce asesinatos de integrantes de dichas comunidades. En entrevista con El Espectador, Luis Fernando Arias, consejero mayor de la ONIC, realiza un balance de las problemáticas de los pueblos indígenas y hace un llamado al gobierno para que haga presencia en las zonas en donde hay más condiciones de vulnerabilidad.
¿Cuál es la conclusión del informe sobre la situación actual de los pueblos indígenas en el país?
¿Las cifras de este año reflejan un panorama mejor o peor que el de años anteriores?
La situación se ha deteriorado. En 2014 registramos doce homicidios y este año la cifra se duplicó. Ese es un claro indicador de cómo se ha complicado el escenario.
¿Se ha intensificado el conflicto armado en las zonas de resguardos?
La confrontación armada persiste en nuestros territorios. Si bien durante el primer cese al fuego unilateral decretado por las Farc disminuyó considerablemente, una vez se levantó se reactivaron las violaciones. El tema del reclutamiento forzado sigue siendo preocupante.
¿Cuáles son las zonas y las comunidades más afectadas?
Las cinco regiones más afectadas por violaciones son Cauca, Nariño, Chocó, Putumayo y Guaviare. Allí se asientan pueblos como los nasas, los awás y los emberás, que han sido los más damnificados por el conflicto armado.
En la mayoría de esas regiones ha habido históricamente ausencia estatal. ¿Se sienten las comunidades indígenas abandonadas por el Estado?
Nosotros siempre hemos reclamado una presencia estatal permanente en los territorios. Pero esa presencia no puede ser solamente militar. Estamos hace más de 500 años esperando que el Estado llegue con el componente social, con educación, iniciativas productivas y desarrollo sostenible. Los pueblos indígenas nos sentimos colombianos y queremos que el Estado mire nuestra realidad. No puede suceder lo que pasa en La Guajira, que los niños indígenas se siguen muriendo de hambre y sed y mientras tanto la politiquería sigue como si nada, la corrupción continúa y no sucede absolutamente nada.
¿Qué petición le hacen entonces al actual gobierno?
Mayores garantías individuales y colectivas para los pueblos. Acciones afirmativas para las comunidades en materia de protección de derechos y sobre todo que se realicen inversiones para que podamos transformar la realidad de las comunidades.
¿Qué otros factores han puesto en condiciones de vulnerabilidad a las comunidades indígenas?
Varios, pero sobre todo la campaña que se ha emprendido a través de algunos medios en contra de la autonomía de los pueblos y de los derechos adquiridos en la Constitución de 1991. Hacen afirmaciones irresponsables que no corresponden a la verdad y ponen en peligro la vida, la integridad física, cultural y territorial tanto colectiva como individual de los pueblos.
¿Qué medidas se han adoptado desde la ONIC para trabajar sobre las problemáticas indígenas?
Siempre hemos liderado y promovido los procesos de la minga indígena como un escenario de unidad, de trabajo comunitario y social para convocar la solidaridad de la comunidad nacional e internacional. Estamos trabajando en campañas para poder mitigar y resarcir las condiciones en las que viven las comunidades.
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