Con estas palabras, las Farc le pidieron perdón a la comunidad de Bojayá

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Comandantes de la guerrilla viajaron al pueblo de Chocó para ofrecer excusas y asumir su responsabilidad por la muerte de 79 personas tras la detonación de un cilindro.

Luego de que las Farc, en cabeza del integrante del equipo negociador de la guerrilla en La Habana, Pastor Alape, ofrecieran excusas a las víctimas de la masacre de Bojayá (Chocó), este lunes fue revelado un video de su intervención.

En ella, la guerrilla –que sostiene que Bojayá es un grano de semilla de la reconciliación que germinará en la paz– asegura que en la conciencia de toda la militancia “sigue vivo el dolor” que desencadenó la bomba que fue lanzada por los guerrilleros contra una iglesia en 2002, que dejó 79 muertos.

“Ese fatídico 2 de mayo de 2002 estremeció el alma colectiva de nuestra militancia guerrillera, una acción dirigida a proteger a esta población de la arremetida paramilitar, terminó hiriéndola profundamente con un saldo letal de 79 compatriotas muertos que sigue atormentando las fibras de nuestra sensibilidad colectiva”, señalan las Farc.

En su intervención, Pastor Alape manifiesta que tienen la esperanza de que la paz sí es posible, por ello –y en busca de la reconciliación– la guerrilla hace presencia en la población “en este acto de tributo a la vida y a la esperanza”.

“Expresamos nuestros sentimientos de agradecimiento, de fraternidad y reverencia a todas y todos los habitantes de este municipio y por su intermedio a todos los pobladores, de este exuberante y empobrecido Chocó, que anhelan la paz en cada respiro de su corazón”, agregan.

La guerrilla reconoce, entre otros, el acompañamiento de los países garantes, Cuba y Noruega, al delegado de la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas, a la iglesia católica y a todas las organizaciones de la comunidad y la delegación del Gobierno Nacional en la mesa de diálogos de La Habana.

“Con el respeto que se expresa en los actos sencillos que acompaña la comunión de los humildes, nos colocamos al frente de todas y todos ustedes, para solicitarles acepten nuestra disposición a rendir tributo y honrar la memoria de las víctimas que ha producido este largo conflicto, al que hemos sido arrastrados por el torbellino de la violencia con actos que no están en el ámbito de nuestra acción”, indica Pasto Alape.

La guerrilla contextualiza la situación en la que se presentó la masacre, asegurando que “eran tiempos del rompimiento del proceso de paz en el Caguán y el inicio de la etapa más violenta de la confrontación, como jamás había ocurrido en nuestra historia. Estaba en plena ejecución el fracasado Plan Colombia y la aplicación del Plan Patriota, además la actividad despiadada de despojos y desplazamientos ejecutados por el paramilitarismo, que se ensañó sobre los pobladores de las riveras del Atrato y particularmente contra los habitantes de este municipio”.

En ese sentido, las Farc explican que las armas que empuñaron, “con el propósito de defender a los sectores más vulnerables de la nación”, terminaron en Bojayá “lesionando profundamente a nuestros propios padres, hermanos, familiares y compañeros con inimaginables consecuencias para los familiares de las víctimas y la comunidad”.

La guerrilla, que reconoce su parte de responsabilidad, explica también que episodios como la masacre de Bojayá no deben volver a repetirse, por lo que reiteran su compromiso para alcanzar un acuerdo final en La Habana.

“Hace trece años que pesa en nuestros hombros el dolor desgarrador que les afecta a todas y a todos ustedes, hemos reconocido el hecho y reafirmamos un hondo pesar por el resultado nunca buscado ni querido; cargamos un peso angustiante que hiere el corazón de toda la guerrilla desde ese fatal desenlace que sigue retumbando en la memoria de todos”, agregan.

Las Farc declaran además que con estas palabras, “no reparan lo irreparable, ni devuelve a ninguna de las personas que perecieron y tampoco borra el sufrimiento causado”, señalando que esperan que algún día sean perdonados.

“Estamos frente a ustedes para manifestar nuestra aflicción, nuestro reconocimiento y reafirmación de que este hecho nunca debió ocurrir. Sabemos que ninguna palabra contiene las emociones que nos invaden ante la pérdida de nuestros seres queridos y por ello enfatizamos nuestro dolor por el sufrimiento que les causamos”, precisan, argumentando que la guerrilla llega a la población impulsada por el compromiso con la verdad, reconociendo el daño causado y la intensión de seguir avanzando por el camino del diálogo.

“Nuestra voluntad de paz para Colombia es total y en esa dirección hemos desarrollado gestos unilaterales y medidas de desescalamiento para evitar nuevas victimizaciones por razones del conflicto”, puntualizan.

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