Luego del acuerdo de paz es necesaria una “reforma del sistema de seguridad”, Vicenç Fisas

Fisas
Vicenç Fisas, director de la Escuela de Cultura de Paz (UAB) da a conocer la intervención que hizo, en el Foro sobre «verificación e implementación» de los acuerdos, que se realizó el pasado martes 9 de febrero en el hotel Tequendama.

Este Foro estuvo a cargo de las Naciones Unidas en Colombia y la Universidad Nacional de Colombia.

El director participó como ponente en el Panel sobre “Implementación y Verificación”. A continuación la exposición del tema:

“Antes nada, permítanme que solicite respetuosamente, a las dos delegaciones de La Habana y a la sociedad colombiana en general, que la fecha acordada del 23 de marzo, para dar por terminada la negociación, se aplace por unos meses más, para que la actual presión hacia los negociadores, a mi juicio excesiva y perjudicial, no provoque un “cierre en falso” del proceso. Una negociación tan compleja, y con una parte final de tanta responsabilidad y trascendencia, amerita una reflexión serena y realista de todos sus puntos y sub-puntos a negociar y concertar. La imposición de una fecha límite ha sido causa del fracaso de más de un proceso de paz. No caigamos en este error. Las negociaciones ya funcionan con un ritmo intenso, y no es conveniente ni necesario sacralizar una fecha. Aceptémosla simplemente como metáfora de la buena voluntad de las dos partes en llegar a un acuerdo lo antes posible, sin más”. Luego de esta sugerencia a las partes en el Proceso de Paz que se lleva a cabo en La Habana, Fisas planteó 11 puntos:

1. Un requisito previo e indispensable para una correcta y exitosa implementación y verificación de los acuerdos, es el total desmonte del paramilitarismo y el combate a la criminalidad organizada, interesados en copar los espacios donde actualmente hay presencia de las FARC y en obstaculizar la buena marcha del proceso de paz.

2. Todos los mecanismos de verificación e implementación, han de ser resultado de un acuerdo entre las delegaciones del Gobierno y de las FARC, esto es, producto de la Mesa de negociaciones.

3. Para el pleno cumplimiento del punto de la Agenda referida a la participación política de las FARC, es preciso que en el tiempo más breve posible, existan todos los mecanismos jurídicos necesarios para que esta participación se pueda realizar ya, a muy corto plazo.

4. Pongo a disposición de las partes, e igualmente a Naciones Unidas, la consideración de que la Misión política de la ONU para Colombia, aprobada por la resolución 2261, de 25 de enero, en el futuro pueda ampliar su Mandato para ejercer tareas de seguimiento y verificación del cumplimiento del Acuerdo Final
5. La verificación del cumplimiento del Acuerdo Final, tiene que hacerse de forma cooperativa, y será inevitablemente de una gran complejidad en el caso colombiano, por varias razones. Una de ellas es la importancia en cuanto a capacidad de transformación sistémica del Acuerdo, especialmente en lo agrario y en la mejora de la calidad democrática del país.

6. Creo importante recalcar que el Acuerdo Final con las FARC compromete, única y exclusivamente con los puntos de la Agenda. Los otros temas pendientes de Colombia, en lo económico, social y político, deberán abordarse igualmente, pero desde otro marco jurídico y político. No puede ponerse todo en la misma cesta.
7. Otra complejidad es la derivada del tamaño del país (más de 1’1 millones de km2) y de su población (unos 49 millones de habitantes). Con este contexto geográfico y demográfico, de poco sirven las experiencias de países hermanos de Latinoamérica, mucho más pequeños y/o con poca población, como El Salvador o Guatemala, que también sufrieron severos conflictos y sellaron acuerdos de paz. Si en estos dos países mencionados, la implementación de los acuerdos ya fue difícil, no cuesta mucho imaginar el desafío que deberá encarar Colombia.

8. La “arquitectura institucional” para verificar la implementación de los acuerdos, habrá de ser ágil, clara, suficiente, sin burocracias innecesarias, competente, realista, muy realista, participativa, eficiente y, como señala el propio esquema inicial del Acuerdo, con un claro enfoque regional.

9. En este diseño institucional, creo que debería tenerse muy en cuenta la forma y el modo en que las FARC están pensando en contribuir, directamente, en la implementación de los acuerdos, como agentes de desarrollo comunitario, e incluida en muchas ocasiones, como forma de aplicar la justicia restaurativa, que han aceptado las dos partes en negociación.

10. Finalmente, en cuanto a la financiación del Acuerdo de Paz, creo que sería un error y un injusto agravio a los países más empobrecidos del planeta, especialmente africanos, y a las decenas de millones de personas refugiadas de este momento, que están provocando el éxodo más importante desde la Segunda Guerra Mundial, que Colombia se limitara a pedir ayuda financiera de la comunidad internacional.

11. Y no debe olvidarse que, tras todos los acuerdos de paz, se hace una “reforma del sistema de seguridad”, en la que sin duda deberá tenerse en cuenta las preocupaciones de la Fuerza Pública, que entrará seguramente en una fase de transición gradual. Si se hace bien, y sin traumas, de forma colaborativa, se producirá el llamado “dividendo del desarme”, es decir, la liberación de recursos humanos y económicos del sector militar, para destinarlos al desarrollo humano del país, mejorando, entre otras cosas, el sistema sanitario, educativo, de vivienda, y cubriendo, en primera instancia, las necesidades básicas del país. Y para combatir el narcotráfico y la criminalidad, no se necesitan ni carros ni aviones de combate, sino buenos servicios de inteligencia, una policía especializada y, si cabe, el apoyo de unas FFAA mucho más reducidas de lo que son en la actualidad.

Este es el esquema se ha seguido siempre en todas partes, y Colombia no debería ser la excepción.

Ver completo Vicenç Fisas Foro punto 3 y 6