«EL DEBATE POR LA AUTONOMIA UNIVERSITARIA EN LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS
Lo que pasó en la U. de Antioquia con el cambio de examen de admisión y los otros problemas que vive la Universidad»
Solo cuatro meses como rector le bastaron a Mauricio Alviar para implementar el cambio de examen de admisión en la Universidad de Antioquia, el 21 de agosto del 2015 el Consejo Académico de la Universidad aprobó el acuerdo académico 480 que regulaba el cambio del examen de admisión, con una votación de 10 a 9, en donde 8 de los 14 decanos votaron en contra de la propuesta rectoral.
A través de un gran despliegue mediático el cambio del examen de admisión en la Alma Mater fue presentado por el rector como una reforma innovadora, exitosa y necesaria; en constantes declaraciones a medios de comunicación locales y nacionales tanto escritos, audiovisuales y virtuales, el rector manifestaba lo importante de aplicar dicho cambio y los objetivos que lograría la Universidad de Antioquia al implementar la controvertida reforma.
Según declaraciones del rector y su equipo rectoral, con la aplicación del A.A 480 se disminuiría la deserción, se obtendría una mayor calidad en los pregrados, aumentaría el ingreso de los estratos 1 a 3, se mejoraría la orientación vocacional de los aspirantes, se seleccionarían los mejores estudiantes, se aseguraba la predicción del éxito académico, aumentaría el ingreso de los denominados «pilos» y se incrementaría la cobertura. En síntesis la reforma implementada a pupitrazo limpio por Alviar cambiaría el rumbo de la Universidad de Antioquia.
En los llamados diálogos con el rector y foros sobre el cambio de examen de admisión, Alviar siempre argumento que dicha reforma no obedecía a un capricho, contrario a ello era producto de diez años de estudio y conclusiones de múltiples estudios internacionales, nacionales y al interior de la misma Universidad, los cuales indicaban la necesidad de realizar el cambio en el examen de admisión.
Desde que el rector anuncio su intención de cambiar del examen de admisión y su posterior aplicación en el segundo semestre de 2015 para los admitidos en 2016-1, la Asamblea General de Estudiantes de la UdeA asumió un papel crítico, deliberativo e investigativo desde los saberes que otorga la academia como nunca antes lo había realizado un movimiento estudiantil en la UdeA, así estudiaron y analizaron uno a uno los argumentos esbozados por el rector, y tanto el nivel de incidencia como la posible correlación que podría tener un dispositivo de admisión con factores como la calidad académica, la deserción, la cobertura y la orientación vocacional. Mediante sus investigaciones el estudiantado pudo concluir que: si bien era necesario cambiar la política de acceso de la Universidad, el problema no radicaba en el examen de admisión, y contrario a lo esperado por el rector, el A.A 480 no cumpliría ninguno de sus objetivos y el resultado sería totalmente inverso: mayor deserción, menos orientación vocacional, no había relación entre examen y cobertura, ni examen con éxito académico, y lo más crítico, se generaría sesgo social en los admitidos.
Los argumentos de la Asamblea de Estudiantes, respaldados en estudios e investigaciones nacionales e internacionales a los cuales se sumaron a la voz del estamento profesoral, no fueron suficientes para que el rector desistirá de aplicar dicha reforma. Alviar prefirió avanzar, imponer su voluntad y haciendo uso de los votos de sus 4 vicerrectores y el del rector logro imponer la mayoría en el Consejo Académico y con una votación de 10 a 9 aprobar el controvertido acuerdo, en donde tal como se dijo al principio, solo 5 decanos apoyaron la propuesta del rector.
Pero el daño no pudo ser peor, ante el autoritarismo del rector, el estamento estudiantil fue inducido a un paro que duro 112 días y el estamento profesoral a una asamblea permanente de 20 días, la exigencia no era rechazar el cambio de examen si no solicitar la derogación del mediocre Acuerdo Académico. A la par que los estamentos protestaban, las falencias del examen de admisión aplicado en inicios de noviembre del 2015 comenzaron relucir, de tal modo que fue imposible ocultar anormalidades como: repetir la prueba a 300 aspirantes, asignar calificación a 4000 aspirantes que no se presentaron, asignar cupos a aspirantes que no alcanzaban el puntaje de corte, donde estas y otras irregularidades terminaron por destruir la confiabilidad del proceso de admisión de la UdeA.
Pero lo peor estaba por venir, el 29 de noviembre de 2015, ante la negativa del estudiantado de levantar el paro, la rectoría hizo uso del autoritarismo y la tan controvertida autonomía universitaria para aplicar la cancelación de cursos y semestres en la Universidad, con el fiel objetivo de derrumbar la movilización estudiantil y restar fuerzas a la Asamblea General de estudiantes, según cifras oficiales unos 24000 cursos fueron cancelados, pero las cancelaciones fueron analíticas, calculadas y premeditadas, tuvieron como mayor objetivo la Facultad de Ingeniería, epicentro de la movilización estudiantil, en donde un importante número de estudiantes perdieron el cupo en la Universidad y otros no pudieron matricular el semestre 2016-1.
Para desgracia del rector el movimiento estudiantil no desfalleció y gracias al derecho de petición interpuesto por la Asamblea de Profesores, ambos estamentos pudieron acceder a la base de datos de los resultados del examen para posteriormente estudiarlos y determinar si el A.A 480 había cumplido con sus objetivos. Por su parte la rectoría contrato a su voluntad una comisión de expertos estadísticos para estudiar dichos resultados, así pues las cartas estaban en la mesa y los verdaderos impactos del cambio de examen de admisión salieron a la luz pública.
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