Kibutz alternativa para el posconflicto

Luis-Fernando-RosasExiste una organización especializada en el turismo alternativo o rural comunitario llamada Confederación de la Industria Turística de Colombia Confetur, que viene haciendo un trabajo territorial admirable, ejemplo para que la nueva Ministra de Comercio, Industria y Turismo, y actores del sector privado como Aviatur y gremios del sector turismo, algunos muy alejados de la realidad regional, replanteen estrategias y concentren sus planes a corto, mediano y largo plazo en materia rural comunitaria de acuerdo al nuevo escenario del posconflicto para desarrollar articuladamente nuevos compromisos. Por estas razones me llama la atención lo que hace desde la base entidades como la mencionada Confetur que ha presentado hace días desde La Habana un bello proyecto llamado “Turismo al Barrio” en asocio con Amistur Cuba.

Un Turismo popular anclado en la economía social que inicialmente se pretende desarrollar en Medellín, Cartagena y el Departamento del Meta con planes pilotos y guianzas turísticas. Este proyecto pretende llevar turistas a sectores desconocidos que son la esencia de la ciudadanía, como ejemplo Cumaral Meta con su Festival de la Mamona. Turismo alternativo lo tiene Rio de Janeiro que en paquetes ofrece conocer las favelas, barrios con vida propia y complejidades sociales. Esta será una gran experiencia de otra clase de integración, lógicamente en barrios y nuevos territorios si existe seguridad.

En Bogotá cumplimos nuestro Plan de Desarrollo 2012-2016 con bellos programas sociales para reconocer rutas Turísticas Gastronómicas que muestran sitios en sectores populares desconocidos. Por ejemplo, los proyectos políticos como el MRL o el Nuevo Liberalismo, historia relatada, se iniciaron en canchas de tejo como el Campo Villamil o en piqueteaderos como Don Jorge o la Gallina de Doña Nieves.

Otros sitios tradicionales para ser orgullosamente visitados en Bogotá son los cafés que conservan todavía cierta tradición cachaca, se dieron a conocer sitios desconocidos en el Sur de Bogotá en localidades como Usme, San Cristóbal y en el Norte Suba como el Parque Mirador de los Nevados que ni siquiera sus propios habitantes conocían, o el Turismo en las Plazas de Mercado que salieron fortalecidas y que son éxito en países como Perú, Ecuador y Brasil.

En ciudades como Sao Paulo promocionan con orgullo su propia idiosincrasia donde el marketing y la inversión económica son fundamentales para hacerlos conocer. Propuesta interesante para fortalecer la economía en el posconflicto, un Turismo rural comunitario para conocer la historia, la forma, el por qué y el cómo; desarrollar en Marquetalia y la Macarena, Meta, sitio hoy muy visitado y simbólico por estar allí Caño Cristales, se requieren planes integrales como los Kibutz que son cooperativas de autogestión que habitan en un territorio determinado, desarrollan programas autosostenibles de quienes habitan su territorio, lo viven y conocen como propiedad colectiva, con trabajo propio, salarios igualitarios, rotación de los puestos de trabajo, decisiones democráticas y apoyo al sistema cultural y deportivo.

La tarea del gobierno nacional y de las Farc en materia de turismo rural comunitario los “Kibutz de la Paz” debe ser comprometer recursos, asesoría, y mucha promoción local, regional, nacional e internacional. En esta última las ferias turísticas son claves para atraer turistas e inversionistas de un nuevo sector afincado en las riquezas del país para que en los departamentos que tienen municipios en donde habrá concentración de sus miembros inmediatamente se firme el proceso de Paz como: La Paz Cesar, Tibú Norte de Santander, Remedios Antioquia, Ituango Antioquia, Dabeiba Antioquia, Planadas Tolima, Villarrica Tolima, Buenos Aires Cauca, Caldono Cauca, Policarpa Nariño, Tumaco Nariño, Puerto Asís Putumayo, Montañita Caquetá, Cartagena del Chairá, Arauquita Arauca, Macarena Meta, Cumaribo Vichada, San José del Guaviare (este y oeste) ; desarrollen los nuevos destinos del posconflicto hay que alistarlos, prepararlos garantizando lo que más preocupa seguridad y buen servicio.

Durante mi gestión en la Dirección del Turismo en Bogotá, el observatorio a cargo de esta entidad realizó un estudio que demostró que si se firmaba el proceso de Paz, cada año llegarían mínimo 200.000 mil turistas extranjeros y aumentaría la inversión directa en comercio y hotelería. Con un compromiso de la actual y entrantes administraciones se pueden incrementar, pero sin la voluntad institucional de apoyar a la entidad a cargo de estar tareas será muy difícil. Hay que hacer convenios con los departamentos para promover los nuevos destinos del posconflicto para conocer primero el país y sus bellos y exuberantes sitios hoy desconocidos.

Por: Luis Fernando Rosas Londoño

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