La ética de los derechos humanos para la construcción de una nueva democracia colombiana, pasa obligatoriamente por votar SÍ al Plebiscito el 2 de octubre, respaldando en las urnas las negociaciones de La Habana, como un acto legítimo y constitucional de democracia.
La Alianza Colombiana de Conciliadores y Conciliadoras en Equidad –ACCE-, celebra y respalda con regocijo, la firma final de los acuerdos de paz entre las Farc-Ep y el Gobierno Nacional, en cabeza de Timochenko y del Presidente Santos, luego de 6 largos años de negociación, entre acercamientos y fase pública, poniendo fin a más de 50 años de enfrentamiento armado, donde el derecho a la vida, fue violado inmisericordemente, para dar paso a un nuevo periodo político para el país llamado también postconflicto, donde la paz con justicia social sea el nuevo paradigma .
Los principales temas de la agenda política en la negociación fueron: tierra, participación política, narcotráfico, corrupción estatal, víctimas y justicia, ubicando una vez más en el escarnio público las causas estructurales y supra estructurales que por siempre han agobiado el país político, llenándolo de desconfianza y zozobra jurídica, económica, ambiental y social que reflejan la desigualdad que hoy aun vivimos.
La lucha por la socialización y desconcentración de la tierra, la apertura para una participación política verdaderamente democrática, la lucha contra la corrupción, el narcotráfico que, permea las estructuras políticas y militares del estado y que hoy inunda con semilla de maldad, campos y ciudades, convirtiéndose para muchos en su única fuente de empleo y subsistencia. Las víctimas del conflicto armado que sobrepasan los 8 millones, sumidas en la impunidad de nuestra justicia ordinaria, testigos vivientes de asesinatos selectivos y crímenes de lesa humanidad, esperan que en el marco de la justicia transicional, de acuerdo con los postulados de la Corte Penal Internacional, a través de un tribunal especial de paz, la Justicia Especial para la Paz –JEP- y la comisión de la verdad logre por fin las victimas obtener justicia.
El reto entonces de ACCE en general y de las personas conciliadoras en equidad del país en forma particular, pasa necesariamente por convertirnos en una oferta de justicia comunitaria del postconflicto; próxima a las comunidades, rápida, eficiente y económica, que permita al Estado recuperar prontamente el control de los territorios ocupados por la “justicia guerrillera” devueltos a la sociedad civil.
Luis Enrique Sánchez Puche
Presidente ACCE
Agosto 26 de 2016