Los grupos paramilitares de las Autodefensas Gaitanistas (AGC) son una grave amenaza para las comunidades del Medio y Bajo Atrato chocoano.
En la investigación de campo realizada por la Corporación Nuevo Arco Iris entre los meses de julio y agosto en las sub regiones ya mencionadas del Chocó, se confirmó la alerta de riesgo alto que presentan las comunidades Campesinas, Afro e Indígenas que habitan estos territorios de los municipios de Bojaya (Bellavista), Vigía del Fuerte, Murindo, Curvarado, Riosucio, entre otros; ante la agresiva presencia de “las estructuras sucesoras del paramilitarismo” autodenominadas Autodefensa Gaitanistas de Colombia (Urabeños). Actor armado que representa una amenaza para la población del litoral Chocoano.
Este actor armado ilegal, implementa en la actualidad un proceso de expansión territorial para hacerse al control de las rutas y áreas de producción y del circuito económico de la coca, planeando el copamiento violento de los territorios de presencia histórica del BLOQUE 57 de las FARC, mediante la amenaza a los pobladores de imponer sus reglas de terror, una vez las FARC concentren sus hombres en las zonas campamentarias de los municipios de Vigía del Fuerte y Riosucio, tal como se estableció en el acuerdo de cese al fuego firmado en la Habana entre el gobierno y las FARC.
Las comunidades informan que como respuesta a la arremetida paramilitar, desde el año 2015 se presentan enfrentamientos de unidades conjuntas de las FARC y el ELN contra las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC, en área de los ríos Bojaya, Pogue, Buchado, Arquia. Se calcula que una fuerza de 500 paramilitares de las AGC campamentan en las veredas de las Brisas entre Vigía del Fuerte y el municipio de Riosucio.
La comunidad además informa que mientras las unidades de la policía nacional, desarrollan operativos contras las Autodefensas Gaitanistas, el Ejército y la armada ignoran la presencia de estos actores ilegales. Reiteran que en el año 2015 ingresaron más de 200 pamilitares desde Turbo a bordo de 20 Pangas (botes) a la vista de todos, sin que la armada realizara control militar, hecho a todas luces sospechoso pues la infantería de marina realiza retenes a lo largo de todo el rio Atrato en los que constantemente verifica la identidad y procedencia de viajeros.
Asi mismo las comunidades denuncian que en corregimiento de las Brisas, los paramilitares hacen presencia permanente y a la vista de toda la población, denuncian que hay personas del comercio que le guardan armas y municiones a los paramilitares, además de otros servicios como el cobro de impuestos y el amedrentamiento de civiles.
El plan estratégico de las Autodefensas Gaitanistas en estas región tiene los siguientes propósitos:
- La protección armada de las tierras despojadas a las comunidades afros e indígenas desde la expansión paramilitar comandada por “el Alemán” a finales de la última década del siglo pasado y hasta el año 2006. Esta acción es financiada por sectores, ganaderos y palmeros de Antioquia y poderosos grupos del narcotráfico.
- Control territorial mediante un contingente de 500 hombres armados que patrulla por todo el medio y bajo Atrato, desde Turbo hasta Quibdó, al estilo del bloque Elmer Cárdenas de las AUC, aprovechando el terreno selvático del litoral, y la poca densidad de población de estas áreas, que se concentra mayoritariamente al lado de los ríos y caños, sumado al difícil acceso a estos asentamientos y la casi inexistencia de vías de comunicación distinta a las fluviales. Sobra decir que es mínima la presencia del Estado, faltan escuelas, hospitales, luz eléctrica, acueducto y alcantarillado, así como casi absoluta inoperancia de la arquitectura institucional necesaria para atender las quejas y peticiones ciudadanas.
- Extracción de rentas producto de sus actividades criminales como el cultivo, procesamiento y transporte de alcaloides y armas, así como el contrabando, la minería ilegal de alto impacto ambiental, la tala indiscriminada de árboles nativos y en los últimos años el tráfico de migrantes, especialmente Cubanos y Haitianos, hacia Panamá por las selvas del Darién.
- Administración del miedo y el terror, desde una perspectiva contrainsurgente del enemigo interno; con la seguridad que esas lógicas han quedado grabadas en la memoria colectiva de las comunidades del medio y bajo Atrato.
- Copamiento de los territorios de influencia histórica del bloque 57 de las FARC, una vez las estructuras de las FARC se concentren en las zonas campamentarias, de Vigía y Riosucio; condición previa para su reincorporación a la vida civil.
- Fortalecimiento de su capacidad de fuego y de desestabilización armada del territorio, con el objetivo de aumentar su capacidad de negociación con el estado de cara a presionar un proceso de desmovilización, similar al efectuado en el año 2006, con el gobierno de Álvaro Uribe Vélez .
Las organizaciones sociales, así como los pequeños proyectos productivos vinculados al cultivo del plátano, cacao y borojo, expresan mucha preocupación y temor por lo que pueda `pasar una vez las FARC se desmovilicen, puesto que la insurgencia ha regulado esas actividades hasta la fecha, respetando los principios de asociación y ayuda mutua de pequeños campesinos y pescadores.
Consideran estas organizaciones campesinas que las Autodefensas destruirán el modelo asociativo pactado por los pequeños productores e impondrán lógicas de usura y sobreexplotación de cultivos básicos para la dieta alimentaria de estas comunidades.
Hasta la fecha las comunidades resisten el conflicto armado bajo lógicas de sobrevivencia seculares, pero no quieren que ante la salida concertada de un actor armado como las FARC, llegue otro actor a imponer mediante la violencia otro mapa sociopolítico para la región, pues sería un retroceso a los propósitos de implementación territorial de los acuerdos que adelanta el estado con la insurgencia. A lo que aspira la comunidad es a desatar procesos autóctonos de paz y reconciliación verdaderos que les de garantía de no repetición y de fortalecimiento de su modelo propio de desarrollo sostenible.
Julio Arenas
Investigador del conflicto Corporación Nuevo Arco Iris