De entrada garantizo que voy a darle un papayaso a más de uno con este comentario, pero me embarga una cierta convicción ética para hacerlo. Voy a referirme de la serie televisiva que RCN transmite sobre Chávez el expresidente Venezolano, y voy a hacerlo con el mayor respeto de quienes lo consideran un héroe, de los que creen que es un traidor, de los que lo tildan con palabras desobligantes, de los que lo adoran o lo odian, en fin, y lo hago sin pretender exacerbar el odio que carcome a los venezolanos de cualquier tendencia.
Yo creo que Chávez nos guste o no fue un personaje importante en la política de América Latina, fue un líder, odiado y amado, que trascendió las fronteras de su Venezuela, y para sorpresa de muchos aún sigue siendo un referente; si se equivocó o no, debería ser la historia bien elaborada quien lo juzgue, deberían ser los Venezolanos, igual que nosotros haremos con Santos o cualquier otro ex presidente. La vida de un líder debe ser tratada con respeto, con objetividad, y no como lo hace la serie de RCN que más que hacerlo ver como un estúpido hace ver a los venezolanos como tales. No creo que corresponda a la verdad, ni se parezca, y aunque las series son ficción, deben tratar con respeto a los personajes que trascienden. Incluso más allá de Chávez de quien por decisión propia poco sé, me parece incluso mucho más irrespetuoso el tratamiento que se le da a Fidel Castro, de quien el mundo sí sabe mucho independiente de posturas políticas.
La serie ridiculiza los personajes, simplifica la política y pasa por una serie de acontecimientos como si fueran payasadas; de lado de los de bien están las más bonitas, y del lado de Chávez ni se diga están los muchachos morenitos, ignorantes de la política, sin sentido común, hasta con pistola al cinto, bueno y la morochita también. Las manifestaciones políticas de quienes se oponen atiborradas de gente – como ocurrió hace pocos días – y las de los defensores de cinco pelagatos – cosa que no ha sido cierta jamás. Chávez a quien juzgarán los Venezolanos, es mostrado de una manera tan patética, sin dimensión histórica alguna, que para RCN y sus realizadores no es más que un pelele de cuarta, porque de tercera son los venezolanos, de segunda los televidentes y de primera los Colombianos, condenados a conversar de Chávez hasta la sopa, como nos pusieron a hablar de Cuba casi 50 años. Yo creo que si sobre un ex presidente se va a hacer una producción se debe tener un mínimo de responsabilidad, un mínimo de respeto y sobre todo una mínima rigurosidad académica.
De otra parte debo manifestar una preocupación, ¿hasta cuándo vamos vamos a seguir con el tema de Venezuela como si fuera de los colombianos?, es su asunto interno, por qué no fue tan importante con otroras presidentes, por qué no dejamos que ellos resuelvan sus problemas de la manera que crean conveniente, ahora resultaron una cantidad de colombianos expertos en Chavismo y otra de venezolanos expertos en asuntos de política colombiana, hay colombianos quienes tildan a los chavistas con malas palabras y venezolanos que despotrican del Nobel de Paz y lo hacen en Colombia. Deberíamos ser un poco más respetuosos, yo no había visto nunca que un canal de tv venezolano hiciera una telenovela de un presidente colombiano, pero amanecerá y veremos, y seguramente con el cuento de que es simple ficción, la televisión hará de la política un carnaval más horrendo que la corrupción misma. Y dice RCN que no se inmiscuye en asuntos internos de Venezuela, y que son objetivos, y que bla bla bla. No pues pues a elegir a la Gurisatti.
Me pregunto cómo se sentiría la casa Ardilla Lule si a los venezolanos se les ocurriera, no mostrar la realidad por dura o blanda que fuera, sino ridiculizarlos ante millones de televidentes, no lo hacemos ni los colombianos menos permitir que ellos lo hagan. Puras goticas para el embrutecimiento de los votantes.
Lo bueno de la serie es que genera trabajo para los actores, rating para el canal, dinero para los que pautan y hasta satisface el morbo de los televidentes, lo malo, juzgue usted, o mejor espere ya vienen las de los Santos, los Petro, los Carlos Gaviria u otras que podrian llamarse «la única mala reforma tributaria», o «Juan Fernando el cristo de espaldas», o «las far: de La Calle al poder» o «las púas de reficar» o «Santos el guerrillero y Ortega el mamerto»… ya quisiera yo un simple votante. De sin forma y rey na ras, mejor desinforma y reinaras.
Para irme les confieso que me saben a cacho los colombianos expertos en antichavismo, los venezolanos expertos en uribismo o en santismo, las iglesias expertas en temas LGTBI y sus miembros, en fin, sigamos así que vamos bien, pero bien jodidos.
Autocrítica. Pobre de mi que me veo semejante hueso de novela, bueno me gustan como tres actrices, y ya que uno solo las puede ver en tv, de vez en cuando hago el sacrificio.
Por: Carlos Ort