Tal y como está la situación, ambas partes deben tratar de alejarse del debate mediático y retomar los diálogos y las negociaciones sobre los puntos de participación y “dinámicas y acciones humanitarias”. Difícil, pero lograble.
Después de ocho semanas terminó la primera ronda pública de diálogos y negociaciones entre el gobierno y el ELN.
Para algunos analistas ha sido una ronda donde las partes han sentado las bases de un entendimiento y nos llaman al optimismo, quizás el balance más positivo lo realizó el maestro Alejo Vargas quien lo presentó de la siguiente forma en su columna del Diario El Colombiano del domingo 9 de abril.
“Las partes, además de ir construyendo un buen ambiente entre las dos delegaciones -importante en estos procesos-, echaron las bases para el buen desarrollo de las conversaciones:
1) definieron criterios conceptuales para orientar el desarrollo de las conversaciones;
2) acordaron los términos de referencia para la labor del grupo de países de apoyo, acompañamiento y cooperación;
3) empezaron a trabajar en dos submesas simultáneas desde el inicio –una sobre participación, otra sobre aspectos humanitarios-;
4) definieron como criterio que las acciones humanitarias tendrán como referente el Derecho Internacional Humanitario y que se llegara al desescalamiento del conflicto con una sucesión de acciones humanitarias sucesivas acordadas, que serían la antesala de un cese bilateral del fuego y hostilidades;
5) avanzaron en delinear una propuesta piloto de desminado humanitario, que precisaran y concretarán en el siguiente ciclo;
6) avanzaron en bosquejar una serie de audiencias –presenciales y virtuales- en las cuales se recogerán insumos de sectores sociales acerca de cómo definir el derrotero y alcance de la participación social”.
Otro análisis, igualmente en tono positivo, fue el que presentó Álvaro Jiménez, coordinador de la Campaña Colombiana contra Minas, en semana.com del 10 de abril:
“El compromiso anunciado por el Gobierno y el ELN: para proteger a la población no combatiente, y a la población civil de los efectos del conflicto armado en el marco de las normas del Derecho Internacional Humanitario DIH, atiende la demanda de comunidades y organizaciones, que reclaman por el riesgo que les significa vivir en territorios en los que se expresa la confrontación armada y es un avance indiscutible hacia el cese de fuegos deseado. El proceso va avanzando y se observa que hay camino”.
Luego de estos balances positivos, supimos por la voz del ELN que si bien ocho semanas de trabajo dejaban puntos para valorar, las dificultades no eran menores.
El 12 de abril, en una carta pública dirigida a la Mesa social, la campaña Paz Completa y la Redprodepaz, organizaciones que habían manifestado su compromiso con el propósito de buscar una participación dentro del proceso.
La carta del ELN traía una revelación de hondo calado expresada así:
“En la mesa de conversaciones hemos estado tratando desde los primeros momentos, el tema de la participación. Pero valga decirlo, al terminar este primer ciclo, no ha salido ningún acuerdo al respecto. Porque el gobierno ha condicionado cualquier avance sobre la participación, a una imposición unilateral sobre el tema de las retenciones, no obstante que este punto está contemplado para acordarse en la submesa sobre «acciones y dinámicas humanitarias».
Esta tensión viene desde el 30 de marzo del 2016, fecha en la que se firmó la agenda de negociaciones y que el presidente Santos se negó a abrir en su fase pública hasta que no fuera liberado Odín Sánchez.
La exigencia de la suspensión de la repudiada práctica del secuestro no ha sido fácil lograr. El ELN se ha resistido a valorar de manera unilateral un compromiso de no secuestro. Algo que contradice la defensa pública de esta violación al Derecho Internacional Humanitario.
La postura de negarse a un compromiso unilateral que ha defendido el ELN corresponde a un formato de negociación establecido donde han sido reiterativos en que sí están dispuestos a llegar a acuerdos y cumplirlos, pero solo en el marco de una bilateralidad.
Ellos han dicho que el ELN “no acepta imposiciones y éstas solo alimentan desconfianzas no solo por nuestra parte sino por todos aquellos que en Colombia se la juegan por una paz sin imposiciones con transparencia, por la democracia, la justicia, equidad social y la soberanía”.
Esta última afirmación es tomada de un pronunciamiento montado en su página web el lunes 17 de abril, pronunciamiento en el que igualmente dan las razones por la cuales practican el secuestro:
“como rebeldes nos sentimos con el derecho de financiar nuestras actividades revolucionarias y parte de ellas se seguirán haciendo con la tributación de quienes han amasado sus capitales, explotando al pueblo y en muchos casos recurriendo a prácticas ilegales como la corrupción (la estafa, el robo al erario público), el narcotráfico, etc”.
Frente a esa carta, la delegación del Gobierno respondió:
“Esperamos que el ELN sea consecuente y congruente con el solemne compromiso que ha adquirido al suscribir el citado marco referencial, dé la discusión sobre el secuestro en la mesa de conversaciones y allí diga si respalda el secuestro, porque lo considera útil políticamente, económicamente o, simplemente, una pretendida herramienta de negociación, o si lo rechaza y, por tanto, no lo practicará más”.
En medio de este debate público, la voz optimista del Maestro Alejo Vargas les hizo un llamado a las partes: “recomendación respetuosa a delegaciones de Paz del Gobierno y ELN, en lo posible no trasladar sus debates a las redes sociales, eso no ayuda”.
Sobre este llamado a no ventilar en público las dificultades de la mesa, Juan Camilo Restrepo, el Jefe del equipo negociador del Gobierno, puso en su cuenta de Twitter el siguiente mensaje: “No es bueno negociar por micrófonos; pero en caso de que el ELN insista en hacerlo al menos debe armonizar el lenguaje y el tono del mensaje”, esto último en referencia a una serie de Twitter de Ranpal donde arremete con virulencia contra todo aquel que levante una crítica al ELN.
En medio de un debate abierto, el ELN en un comunicado de su delegación negociadora dijo: “El ELN está abierto a tratar, acordar e implementar acciones, sobe todos los temas de la agenda y en especial los del subpunto 5f: “dinámicas y acciones humanitarias”. Reiteramos nuestra decisión y compromiso con el proceso de paz”.
El Gobierno reclama del ELN abandono del secuestro y el ELN le responde al gobierno que: “la Delegación del gobierno ha hecho pública su propia interpretación de las implicaciones de este acuerdo, aludiendo sólo a una de las varias afecciones del conflicto y eludiendo a su vez, temas tan delicados para el DIH, como el asesinato de líderes sociales”.
Tal y como está la situación, ambas partes deben tratar de alejarse del debate mediático, volver a Quito el 3 de mayo, retomar los diálogos y las negociaciones sobre los puntos de participación y “dinámicas y acciones humanitarias” y sacar acuerdo en estos dos puntos. Estos son los motores reales y necesarios para que esta mesa ande –difícil- pero lograble.
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