Presentación de: «El fenómeno de la violencia en Segovia, Antioquia: desafíos históricos para la construcción de la paz en el 2016»
El municipio de Segovia ha sido uno de los grandes teatros de la violencia física, económica y política operada por los varios actores del conflicto armado colombiano. Sin embargo, a pesar del terror y de la dominación que siempre han conocido, los habitantes de Segovia votaron a 66.96 % por el “No” al plebiscito del 2 de octubre de 2016, con solamente 17.89 % de participación.
Este rechazo es el reflejo de la complexidad del conflicto armado, y alerta de los retos para la construcción durable de la paz en el país. Acabar con la terrible violencia que ha dominado las zonas rurales de Colombia es imposible sin identificar los obstáculos a la paz que subsisten en estas regiones. Por eso, es primordial entender las razones de aparición y permanencia del conflicto, mediante el análisis de la evolución de las dinámicas económicas y políticas y de las fuerzas presentes en zonas rurales como la de Segovia.
Segovia es un pueblo tristemente famoso por la masacre de los militantes de la Unión Patriótica por el grupo paramilitar Muerte a Revolucionarios del Noreste el 11 de noviembre de 1988. Más allá de estos hechos trágicos, este pueblo del nordeste de Antioquia es un ejemplo entre muchos otros de como la violencia ha siempre sido utilizada por parte de los actores del conflicto colombiano como medio para controlar un territorio, su población y sus recursos.
El articulo siguiente propone identificar los retos para construir la paz en Segovia mediante el análisis económico de las razones de implementación de los actores ilegales en esta región, y su evolución histórica a lo largo del conflicto.
El nordeste de Antioquia es una subregión extremamente rica en tierras agrícolas y recursos minerales. A pesar de que el municipio de Segovia fue declarado Zona de Reserva Forestal en 1959, se trata de una a las subregiones con mayor cantidad de títulos mineros atribuidos, a los cuales se deben añadir las centenas de explotaciones minerales ilegales. En la región, el narcotráfico es otra mayor actividad económica. Su desarrollo llevo a la creación del paramilitarismo para defender sus cultivos ilícitos.
Durante el siglo XX, el proceso de colonización contribuyo de manera directa a la consolidación de las formas capitalistas en el desarrollo rural. Por la desposesión violenta de las tierras de los campesinos, varios actores económicos -legales como ilegales- interesados en las posibilidades económicas de la región lograron a concentrar las tierras y los recursos: empresarios transnacionales de agroindustria y de explotación minera -como la Frontino Gold Mines-, terratenientes ganaderos, grandes propietarios de tierra articulados a la producción agraria, paramilitares, guerrilla de las FARC, narcotraficantes.
Por la falta de presencia de la fuerza pública en el nordeste antioqueño y la ausencia del Estado en varias áreas, los paramilitares lograron dominar el casco urbano y los guerrilleros lo hacían en el área rural.
La presencia histórica de las FARC en el municipio ha sido históricamente activa, y se fortaleció por el desdoblamiento del Frente IV que incursionó en la mayoría de los municipios del Nordeste de Antioquia durante la década de los ochenta. También se manifestó por el éxito de los miembros de la Unión Patriótica (UP) – organización política para la inserción de la guerrilla a la vida política legal- en las elecciones de la región: efectivamente, la población de la zona, descontenta con la extracción de oro y por la ausencia estatal, vio en la UP una opción para defender sus intereses y voto para destronar la hegemonía Liberal liderada por César Pérez García en el municipio. Este fenómeno de apertura democrática afecto la dinámica electoral establecida, donde los caciques de cada región contenían el poder prácticamente absoluto del territorio apropiado. Más allá de la lucha de ideologías, la pelea en contra da la UP era directamente por el dominio político del territorio y llevó al Masacra de Segovia.
Es también en Segovia que surgió el mito fundacional del paramilitarismo por parte de Fidel Castaño como respuesta de los narcotraficantes para enfrentar las FARC y su ideología comunista, buscando el apoyo de las Fuerzas Armadas institucionales y de los grandes empresarios, ganaderos y comerciantes de la zona. Aunque hubo una clara persecución antisubversiva, los paramilitares tenían como principal preocupación la defensa y expansión de sus cultivos ilícitos por la acumulación de tierras a través del despojo, trayendo como consecuencia el aumento exponencial de la violencia y los asesinados a cambio del manejo de poder dentro de las dinámicas de la economía interna. La presencia de los paramilitares provoco el enrarecimiento del conflicto en esta zona. Después de su desmovilización salió el fenómeno de las Bandas Criminales (Bacrim) quien controlan actualmente el municipio. Se destacan los Rastrojos, quienes mantienen una disputa a sangre y fuego con los Urabeños.
A pesar de que Segovia sea un lugar particular del conflicto armado, funcionando con sus propias dinámicas de violencia, este pueblo es un ejemplo representativo de los desafíos que esperan Colombia para lograr la paz. El municipio no se encuentra en un escenario de postconflicto, sino que sigue siendo inmerso en la violencia en la actualidad. El articulo siguiente explora algunas pistas para implementar una ‘paz estable y duradera’, que los Acuerdos de La Habana no serán suficientes para traer, como la Reforma Rural Integral para dar más oportunidades a las poblaciones vulnerables, una mayor presencia de las instituciones de Estado y soluciones a la urgencia ambiental, Segovia siendo una de las regiones más contaminadas del mundo por culpa de la explotación minería.
Por Alice Brogat (Tercera publicación de cuatro artículos sobre zonas de copamiento por parte de organizaciones al margen de la ley en antiguos territorios de dominio de las Farc. Espere el siguiente el próximo viernes).
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A continuación pueden leer completa la investigación: EL FENÓMENO DE LA VIOLENCIA EN SEGOVIA, ANTIOQUIA: DESAFÍOS HISTÓRICOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ EN EL 2016
Realizada por:
Wilmer Valero Holguín
Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia.
Observatorio del Conflicto Armado y del Posconflicto –OCAP-.
Corporación Nuevo Arco Iris.