Cinco violaciones de los protocolos que rigen el acuerdo del fin del conflicto se han presentado desde que el Gobierno y las Farc declararon el cese.
En juego largo hay desquite, diría el viejo refrán. Pero la principal recomendación de los expertos en resolución de conflictos es mantener la prudencia y que tanto Gobierno como Farc se ciñan a los protocolos del Cese del Fuego y Hostilidades Bilateral y Definitivo (CFHBD).
La reciente incursión de miembros del Ejército en la zona veredal de Las Colinas, en Guaviare, dejó un militar herido, el primero en nueve meses desde que se declaró el cese del fuego bilateral. El incidente está siendo investigado por el Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV). Sin embargo, el Comando Estratégico de Transición de las Fuerzas Militares aceptó la responsabilidad.
De hecho, para el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), que publicó el noveno reporte del Monitor del Cese el Fuego Bilateral y de Hostilidades (del 3 al 31 de mayo), es “altamente probable” que lo ocurrido en Guaviare se convierta en la cuarta violación del cese del fuego. Más si se tiene en cuenta que ingresar a las zonas veredales sin haber informado al Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV) está expresamente prohibido en los protocolo pactados entre el Gobierno y las Farc.
También está por determinarse quién fue el responsable del ataque que hirió en la pierna izquierda al capitán Camilo Larrota Echeverry, que sería una violación del primer compromiso entre las partes: no entrar en contacto armado. Por otra parte, de acuerdo con el reporte del Cerac, el ingreso del Ejército en esa zona veredal se suma a otros dos incidentes “posiblemente violatorios de los protocolos” que están en verificación por parte del MMV y que ocurrieron durante el mes de mayo.
Además, se reportaron cuatro acciones violentas en zonas históricamente ocupadas por las Farc, perpetradas por actores desconocidos y que deben ser investigadas. Esto, sin contar que el Cerac ha registrado 18 eventos que suponen alguna infracción a las reglas del CFHBD y 53 acciones violentas desde que se inició el cese del fuego, de las cuales se desconocen los responsables y que, a su juicio, deben ser verificadas, pues ocurrieron en sitios de presencia histórica de las Farc y eventualmente podrían ser atribuidas a la guerrilla.
En resumidas cuentas, según el Cerac, desde el 29 de agosto de 2016 se han presentado tres violaciones al cese y dos más al compromiso de no cometer hostilidades, que implica no persistir en la extorsión.
Jorge Restrepo, director del Cerac, resalta que son mínimas las violaciones en comparación con la intensidad del conflicto y que, en particular, sólo se han presentado dos violaciones en las que el intercambio de fuego haya dejado víctimas. Además, han sido reconocidas por ambas partes como errores. «Es decir, no hay evidencia alguna de que se esté buscando volver a la al uso de la fuerza o a casar un rompimiento que llegue al conflicto armado de nuevo», comentó.
Para Iván Cepeda, senador del Polo, que se hayan presentado ese número de violaciones del cese en nueve meses significa que ha habido un respeto casi total. “Por supuesto, suscitan preocupaciones, hay que reforzar el mecanismo de verificación, pero si eso se compara con las vidas que se han salvado, es muy poco”, expresó.
En ese sentido, Daniel Pardo, investigador del área de Dinámicas del Conflicto de la Fundación Ideas para la Paz, explica que el mecanismo de monitoreo también cuenta con criterios para determinar qué tan graves son las violaciones del cese del fuego.
“De alguna manera, para las partes es más importante avanzar en la implementación sin restar importancia a los hechos”, señala Pardo. Eso sí, deja un par de preguntas para debatir referentes al incidente en Guaviare: ¿Por qué hay falta de coordinación entre el Ejército y el Mecanismo de Monitoreo si no se trata de un proceso nuevo? ¿Por qué no se conocen las delimitaciones de las zonas veredales?
Subraya que esa voluntad de avance está clara en el reconocimiento por parte del Ejército de la responsabilidad de lo sucedido en Guaviare y de la aceptación por parte de la guerrilla de lo dicho por el Comando Estratégico de Transición. A su vez, Camilo González, director del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), podría coincidir con el senador Cepeda al señalar que lo notable es que, ante el altísimo riesgo de la concentración de casi siete mil guerrilleros en zonas críticas, las violaciones al cese del fuego en nueve meses han sido pocas.
“Las que se han presentado han sido dolorosas. Ha habido guerrilleros muertos y un militar herido, como hace unos días, pero en general hay un cumplimiento del cese”, comentó González, quien recomienda a las partes ceñirse estrictamente a los protocolos para minimizar el riesgo de violaciones.
Lo que se debe tener claro es que la implementación está en su etapa inicial y que el Gobierno y las Farc deben proteger a toda costa el principal objetivo del Acuerdo de Paz: callar los fusiles.
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