El 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente por tal motivo este mes gira en torno a eventos y experiencias que acerquen al ser humano un poco más a la naturaleza.
Cundinamarca es una de las zonas del país que le ha apostado estar en paz con el ambiente, dato demostrado con las jornadas de siembra de 11.000 árboles entre Ocobos, Ceibas, Matarratón, Madre de agua, Chuque, Laurel de cera, Arrayán, Cedro morado y Catejo en los municipios de Beltrán, Pulí, Medina, San Cayetano y San Juan de Rioseco.
Las jornadas se desarrollaron a lo largo del mes junio con el objetivo de aumentar la productividad de las regiones y optimizar los entornos naturales a través de plantaciones con excelentes condiciones biofísicas y de la suma de voluntades de las jurisdicciones, quienes celebraron la vida y recordaron que “la prosperidad de la humanidad y de la naturaleza dependen de la armonía entre ellas”, como lo ratificó, a lo largo de las actividades, el secretario departamental de Ambiente, Eduardo Contreras.
A raíz de este hecho traemos de forma especial la publicación de Paul Sánchez Puche, profesor de ingeniería ambiental de la Universidad Cooperativa de Colombia, filósofo y escalador de alta montaña y asociado de la Corporación Nuevo Arco Iris, publicación en la que hace un énfasis y análisis especial de los glaciares en el planeta y los “Cambios y procesos que antes se presentaban en tiempos geológicos ahora están sucediendo en el segmento de la vida de un ser humano”, como él mismo lo manifiesta al inicio del texto.
A continuación pueden leer un fragmento de la publicación y al finalizar encontrará anexo el texto completo:
Se derriten los glaciares en el planeta
Ahora ya no quedan dudas, los cambios climáticos acelerados por la actividad antrópica llegaron, y llegaron para quedarse.
Temperaturas menos 40 grados centígrados en Estados Unidos y Canadá, olas de calor que alcanzaron los 113 grados centígrados en la ciudad de Los Ángeles, en el 2010 al sur de Pakistán el termómetro, antes que se reventara, alcanzó los 128 grados Fahrenheit, el 9 de febrero de 2017 la temperatura en la ciudad de Bogotá alcanzó los 25.1 grados centígrados, el día más caliente de su historia, tormentas de arena que arrasan con cultivos, sepultan pueblos y generan éxodos en China, naciones insulares en el océano Pacífico que están desapareciendo ante el aumento del nivel del mar entre ellas Tuvalu, Tokelau y Kiribati, más del 50 por ciento de los corales del mar Caribe ya se murieron, formación de un continente de plástico que ya mide 3.7 millones de kilómetros cuadrados en el océano Pacífico, donde han aparecido arañas mutantes, resistentes a los plaguicidas.
Según informe del Panel Intergubernamental Sobre Cambios Climáticos (IPCC) en septiembre de 2016 el Ártico tenía 8 millones de kilómetros cuadrados y en enero de 2017 sólo le quedaban de 3 a 4 millones de kilómetros cuadrados, record histórico nunca antes observado. Nuevos incendios forestales en Australia, que en el 2016, dejaron consumido un territorio igual al departamento del Atlántico en Colombia, y en 2017 incendios forestales incontrolables en Chile.
En cuanto a las cuatro estaciones que se presentan durante el año en los países tropicales, el otoño y la primavera se están acortando gradualmente hasta el punto que solo quedarán dos estaciones, verano e invierno, con consecuencias impredecibles para el planeta y todas las especies, principalmente la humana. Esta afirmación aún no la han dicho los científicos, pero va a ocurrir.
Además el ecuador geográfico (incluyendo el aumento de la temperatura) cada vez más se estña desplazando y ampliando hacia los trópicos. Este fenómeno entre muchos otros impactos ambientales puede conllevar a que el fenómeno del niño se presente en los países tropicales.
Como consecuencia de la deforestación, la minería que erosiona las cuencas, contamina con mercurio ecosistemas y seres humanos, y de políticas insustentables de los gobiernos colombianos, tres ríos se desbordan arrasando con parte de la ciudad de Mocoa, capital del departamento del Putumayo, dejando más de 300 muertos y cientos de damnificados sin contar con las víctimas de las comunidades indígenas que vivían a lo largo de las cuencas.
CONTEXTO HISTÓRICO AMBIENTAL
Hace 38 años, en 1979, llegó a Colombia el primer libro de ecología el cual fue publicado por Círculo de Lectores, este texto no se vendía en las librerías, sólo en los almacenes LEY del todo el país. Para esos tiempos muy poquita, pero muy poquitas personas habían escuchado la palabra ‘ecología’ como ciencia, o ‘contaminación ambiental’ como fenómeno social, cultural y económico.
El título del libro “Cuestión de vida o muerte” y sus ilustraciones, me impactaron profundamente, lo compré y lo leí varias veces.
Pues bien, en este libro la comunidad científica estaba dividida en cuanto a sus proyecciones climáticas para el año 2000. Un grupo de científicos decía que en el futuro, el clima del planeta tierra aumentaría considerablemente, por el contrario otro grupo planteaba que la temperatura de la tierra descendería a niveles cada vez más cercanos a la última era glacial que es conocida como glaciación Würm y corresponde popularmente a la Edad de hielo.
La comunidad científica no alcanzaba a visionar que los dos fenómenos atmosféricos se presentarían simultáneamente; para esos tiempos, hoy 38 años atrás, no se hablaba de cambios climáticos.
Desde que se formó el planeta Tierra, hace aproximadamente 4.600 millones de años, se vienen presentando los cambios climáticos de forma natural, como producto fundamentalmente de las contradicciones internas de un planeta que tiene vida. Ahora está claro que las actividades del ser humano han acelerado estos cambios, la implementación de un modelo de desarrollo capitalista, depredador, extractivista y consumista, generaron un desorden o desequilibrio climático donde predomina el calentamiento global.
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Este texto lo puede leer también en la revista Arcanos Nº 20 en la página 162 ►AQUÍ◄