“En promedio, entre enero y junio de 2017, cada día fueron agredidos dos defensores y cada 3 días fue asesinado uno de ellos”, sentencia el último informe de la ONG Somos Defensores, que desde hace varios años contabiliza y reporta la violencia contra los dirigentes sociales en el país. A todas luces, la situación es preocupante.
Desde que el gobierno y las Farc empezaron a implementar el acuerdo de La Habana, en diciembre del año pasado, los líderes sociales han sufrido como pocos la violencia ligada al posconflicto. La apropiación de territorios “exFarc” por parte de otros actores armados, la lucha por las rentas ilegales y el eterno reclamo por la tierra los ha puesto en la mira de los violentos.
Reciben panfletos amenazantes a nombre de toda clase de grupos armados, que los califican de guerrilleros, de sapos del gobierno, de amigos del terrorismo. “Ahora con el silencio de los fusiles con las Farc, la violencia se focaliza aún más contra este tipo de activistas”, señala el informe titulado Agúzate. Dicho documento fue elaborado con la idea de ser “una voz de advertencia a los defensores y defensoras del país, ante la falta de protección política efectiva por parte del Estado, especialmente en zonas rurales, en un ambiente cada vez más polarizado y difícil para la defensa de todo tipo de derechos y los activistas detrás de estas luchas sociales, a pesar del contexto de ‘paz’”.
¡Pacifista! presenta los datos más relevantes de un informe que, según Somos Defensores, permite concluir que la violencia contra líderes sociales en Colombia es sistemática.
Más líderes sociales asesinados
Una de las cifras más contundentes del informe de Somos Defensores señala que de enero a junio de este año han matado a 51 defensores de Derechos Humanos en Colombia.
¿Quiénes son las víctimas?
Según el informe, “de los 51 asesinatos, el 86% correspondieron a hombres (43 casos) y el 14% a mujeres (7 mujeres)”. La información recogida por Somos Defensores indica que el tipo de liderazgo social más amenazado en Colombia es el comunal y el campesino: 28 de los defensores asesinados tienen que ver con los movimientos que representan estos intereses en áreas rurales de difícil acceso.
¿Dónde los matan?
Según el informe, los departamentos de Cauca y Valle del Cauca son los lugares donde es más riesgoso ser líder social en Colombia. En estos dos sitios se “registran mayor número de defensores asesinados con 8 líderes cada uno”.
El documento también señala que “le sigue Antioquia con 7 casos; Cesar con 5 casos, Nariño con 3 casos; Chocó, Córdoba, Meta y Norte de Santander con 2 cada uno y finaliza con Arauca, Atlántico, Bogotá, Caldas, Caquetá, Casanare, Huila, La Guajira, Putumayo, Risaralda y Tolima con un caso respectivamente”.
¿Cómo los matan?
De acuerdo con las cifras encontradas por Somos Defensores, “de estos 51 homicidios, en 7 de ellos las fuentes consultadas confirman que, los defensores habían denunciado amenazas antes de su asesinato; en los restantes 44 casos no se había denunciado amenazas o no se tiene información sobre las mismas”.
Además, “de los 51 homicidios, 36 de ellos se realizaron con armas de fuego, 7 con arma blanca, 1 caso producto de golpes, 1 producto de violencia con un objeto contundente y en 6 casos se desconoce el mecanismo utilizado para el asesinato”, dice el documento. “Treinta y seis de los 51 homicidios se perpetraron mediante la modalidad de sicariato en la que uno o varios hombres desconocidos y armados, irrumpen en la vivienda del defensor, cerca de ella o en caminos que transita el líder y accionan armas de fuego contra su humanidad, ocasionándoles la muerte”.
Según el informe de Somos Defensores, “7 de los homicidios reportados estuvieron precedidos de la desaparición del defensor y posteriormente fue hallado su cuerpo. También fue evidente que los cuerpos de los defensores(as) asesinados(as) en 6 casos, presentaban signos de tortura con extrema sevicia”.
El documento también dice que es “evidente” el alto nivel de planeación de los asesinatos. “En el 80% de casos, se evidencia que los crímenes se presentan en las primeras horas de la mañana o en altas horas de la noche cuando los líderes salen hacia su trabajo o regresan de él o se encuentran descansando, e incluso varios de ellos fueron precedidos de la desaparición del líder”.
Finalmente, el informe dice que “en 5 casos de homicidio, familiares o amigos de los defensores(as) fueron agredidos en los hechos”.
¿Quién los mata?
Según el informe, la “gran mayoría” de los responsables por los homicidios de líderes sociales en Colombia no se conocen, “muy a pesar de que la Fiscalía General de la Nación señale que más del 50 % de estos casos han sido esclarecidos”. La ONG extraña que el ente investigador no haya hecho explícitos los nombres de los defensores asesinados y de quienes ha “resuelto” los casos”.
Eso permite inferir, para Somos Defensores, que “hay una muy alto número de casos en los que se capturan personas pero se desconoce los autores intelectuales.
También los amenazan
En el primer semestre del año, “se registraron 225 defensores y defensoras amenazados(as) en todo el país”. Sin embargo, “se presentó una disminución de defensores amenazados del 3% (pasa de 232 defensores amenazados en 2016 a 225 en 2017 en el mismo periodo)”.
Los autores de las amenazas son, en su mayoría, grupos denominados como sucesores del paramilitarismo. No obstante, el informe también documentó que hubo un panfleto amenazante a líderes sociales enviado por miembros de la fuerza pública.
Así mismo, según el documento, “Cauca registra el mayor número de defensores amenazados con 59 casos, seguido de Bogotá con 40; Valle del Cauca con 26; Tolima con 18; Antioquia con 15, La Guajira con 14 y Santander con 11 defensores(as) amenazados(as)”. Para Somos defensores es “preocupante los incrementos desproporcionados de las amenazas en Cauca, Tolima y la Guajira”.
Finalmente, la investigación revela que “el panfleto amenazante sigue siendo el método más utilizado para amenazar, con 139 defensores amenazados mediante este mecanismo; seguido de correos amenazantes con 26 casos; llamadas telefónicas con 24 casos, hostigamientos directos con 19 casos y el mensaje de texto con 17 casos cierran esta medición”.
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