Desde Quito, Ecuador, el jefe de la delegación de paz del Gobierno se refirió al acuerdo de cese bilateral y temporal de hostilidades alcanzado hoy en la madrugada con el Eln.
Juan Camilo Restrepo, delegado del Gobierno, y Pablo Beltrán, representante del Eln, entregaron este lunes en Quito (Ecuador) algunos detalles del Acuerdo de Quito, como fue denominado el acuerdo de cese al fuego bilateral y temporal pactado por los equipos negociadores en la mesa de diálogos.
«Este no es un acuerdo sobre un silenciamiento de los fusiles, es también y sobre todo, un acuerdo para ir aliviando las tribulaciones de la sociedad civil que es la que más duramente recibe los golpes y la pesadumbre de un conflicto de esta índole. Por eso al lado de los compromisos meramente técnicos de cómo van a cesar las hostilidades de carácter militar, hemos tenido mucho cuidado en que vayan compromisos que las dos partes han acordado para que se implementen a lo largo de la duración del cese al fuego, que tienen que ver con cómo hacer más llevaderos los rigores de la guerra a la sociedad civil», manifestó Juan Camilo Restrepo.
El documento suscrito explica que el cese iniciará a partir del 1° de octubre de 2017 y finalizará el 9 de enero de 2018.
En el Acuerdo de Quito las partes decidieron, además, extender el trabajo de este ciclo de conversaciones, para precisar los aspectos logísticos propios del cese: «El cuarto ciclo de conversaciones se desarrollará, como los anteriores, en la ciudad de Quito e iniciará el día lunes 23 de octubre».
Para el jefe del equipo negociador del Eln, Pablo Beltrán, el acuerdo del cese al fuego es una muestra clara de que en Colombia las cosas sí pueden cambiar. «En el día de la inauguración de la fase de negociaciones decía que para que llegue la paz a Colombia todos tenemos que cambiar y este acuerdo y este hecho es muestra de que sí podemos cambiar y el cambio es en función de que haya un alivio para la población que es la que de manera directa recibe los efectos del conflicto. Los compromisos que hemos adquirido van destinados a eso», aseguró.
Juan Camilo Restrepo, a su turno, explicó cuáles fueron los principales compromisos adquiridos por las partes:
Compromisos del Gobierno
En el curso de la vigencia del cese al fuego se deben producir un serie de mejoras y reforzamientos a la figura de Alertas Tempranas para prevenir atentados y asesinatos de líderes sociales y buscar que sean más prontos, expeditos y eficaces los resultados de las investigaciones por esos casos.
Poner en práctica un programa de tipo humanitario para la población carcelaria de Colombia -que está formada también por militantes del Eln-, que tenga mejoras en salud, tratamiento, ubicación humanitaria de la población para que esté más cerca de sus familias y que haya seguridad interna dentro de los recintos carcelarios.
Velar por el cumplimiento y pronta ejecución de la ley expedida recientemente en Colombia que despenaliza la llamada protesta social.
Una vez arranque este proceso del cese al fuego, simultáneamente se dará inicio a un proceso de concertación y de consulta con la ciudadanía, cuya primera expresión serán unas audiencias que van a tener lugar a comienzos del cuarto clico de negociaciones. Allí la mesa de negociaciones escuchará opiniones de diferentes estamentos.
Compromisos del Eln
Suspender durante el período del cese al fuego todo tipo de retenciones involuntarias o secuestro a ciudadanos colombianos o extranjeros.
Suspender saboteos sobre infraestructura física, incluidos oleoductos.
No habrá enrolamientos de menores
Tampoco habrá implantación de instrumentos explosivos, minas antipersonales, que puedan afectar a la población civil.
¿Cómo será la verificación del cese?
El Acuerdo de Quito establece que para el cumplimiento del cese al fuego se establecerá un mecanismo integrado por el Gobierno Nacional, el Eln, la Onu y la Iglesia Católíca que funcionará con el doble propósito de prevenir e informar cualquier incidente, y que serán las partes las encargadas de establecer los protocolos para su desarrollo.
Según explicó Pablo Beltrán, se ha previsto un «sistema de veeduría que estará coordinada en primerísimo lugar por veedores expertos de Naciones Unidas, que ya están ubicados en Colombia porque estaban atendiendo el proceso de desmovilización de las Farc, y adicionalmente a esa veeduría hemos convenido que, como un apoyo a ese proceso (nacional, regional y local), se complemente con una especie de acompañamiento de la Iglesia Católica a través de los obispos y parroquias ubicadas en las zonas donde el conflicto ha sido más intenso».
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