El 24 de enero de 2004 fui invitado a la calle de las Damas en pleno centro amurallado de Cartagena por el equipo de Volver a la Gente al restaurante argentino “Quebracho” para celebrarme mi cumpleaños No 48. Recepción encabezada por su Director Ejecutivo el finado Hernando Jiménez Pardo, a quien dedico esta nota de condolencia más que merecida con respeto y agradecimiento para un hombre capaz de desafiar el astrolabio sinuoso de las ONG, alineando los astros de la cooperación internacional con los recursos locales y nacionales, danza armónica de cooperación que hacían saltar de gozo sus rizos dorados al vaivén de las olas Caribe, que el viento de verano arrastra en su cadencia, mar que amó, adoró y disfrutó durante toda su vida.
Carmen Anachury, Cielo Hoyos, Sandra Ascanio y otras dos personas que infortunadamente no recuerdo, completaban el selecto grupo de aquella velada, equipo que a la sazón trabajaba en el proyecto de formación de nuevos conciliadores en equidad en el Distrito de Cartagena, en los barrios del Pozón y Nelson Mandela, donde la figura sigue prestando sus servicios en la inspección de la ciudadela 2000 en cabeza del dilecto conciliador en equidad Don Víctor Corredor quien por más de 10 años ininterrumpidos sigue prestando su servicio voluntario como operador de Justicia en Equidad, resolviendo asuntos desistibles, conciliables y transigibles, desde la autocomposición de las partes con su ayuda neutral.
Y es que Hernando, o “Ricitos de Oro” como cariñosamente se le llamaba por su cabellera larga y rizada, fue la persona que conjuntamente con su ONG Volver a la Gente, trajo por primera vez a Cartagena y el Caribe Colombiano, la figura de la Conciliación en Equidad con todos los juguetes, como comúnmente decimos. Su capacidad de gestión, basadas habilidades innatas, su bagaje académico y su verbo fluido, convencieron a la Chechi and Company, ONG gringa, para que aportara los recursos necesarios para iniciar en el año 2000 el primer proceso de formación de conciliadores en equidad de Cartagena y el Caribe como ya se anotó.
De repente notas de cumpleaños en ritmo de tango interrumpieron la velada, inundando mis sentidos de complacencia y agradecimiento, vino tinto y blanco acompañaron el brindis, el regocijo fue total. En noviembre del 2003, el Tribunal Superior de Justicia de Cartagena, desde sus facultades otorgadas por la Ley 23 de 1991, emitió la Resolución 08 de 2003, haciendo nombramiento de 83 hombres y mujeres como los primeros conciliadores en equidad del Distrito de Cartagena, los mismos que 15 años después siguen prestando su servicio voluntario en las casas de Justicia de Country, Chiquinquirá y Canapote, al igual que en varios puntos barriales.
A Volver a la Gente debemos la conformación de Convivencia Caribe como un producto del proyecto en cuestión, al igual que nuestra participación en la Asociación Colombiana de Conciliadores y Conciliadoras en Equidad –ACCE- y nuestra participación en el primer Congreso Nacional de Conciliadores en Equidad en Medellín donde alrededor de 100 delegados de la figura y organizaciones regionales como Asecosan de Bucaramanga, ACEB de Bogotá, Acecomed de Antioquia entre otras 12, nos reunimos por primera vez con el apoyo de la cooperación internacional, la Universidad Autónoma de Medellín, el Instituto Popular de Capacitación IPC, Corporación Región y la Red de Justicia Comunitaria y tratamiento de los orientación de Hernando, financio la delegación de Cartagena y Convivencia caribe a este histórico evento, donde fui elegido como Presidente Nacional de los conciliadores en equidad a través de ACCE.
La Corporación Volver a la Gente, es una organización que contribuye a la construcción de la Paz y la Reconciliación d los colombianos a través de la consolidación de una sociedad justa e incluyente en donde se eliminen las barreras y discriminaciones de todo tipo, con producción académica en los temas que desarrolla y un equipo de trabajo comprometido con la realidad del país y el mejoramiento de las condiciones de los seres que lo habitan, promocionando además la defensa de los Derechos Humanos y el DIH, y, el diseño de políticas públicas que en últimas lo que siempre trató fue de empoderar a la GENTE.
Quizás mucha gente pueda hablar de Hernando, puesto que su bagaje le permitió tener mil y unas relaciones con personas y personajes de todo tipo, sin embargo yo lo seguiré viendo como el típico cachaco que rompió la barrera del sonido cultural de nuestro país, trascendiendo a planos cósmicos diferenciados que fue diseminados a lo largo y ancho de su vida; planificador acérrimo rayano en la perfección de lo que hacía, buscando la calidad en cada proceso direccionado, bohemio de cien fuego y siete leguas, anfitrión conmensurado, con seguridad amigo de sus amigos, dotado de grandes habilidades comunicativas que por siempre hicieron gala a su profesión de comunicador social.
El lomo gratinado había llegado a su final, degustado con pausa, devoré hasta la última porción servida, la dulce conversación que mojaba la palabra llegaba a su final, agradecí con toda sinceridad el gesto onomástico tan gratamente recibido, la brisa marina nos trajo de regreso a la magia vernácula del corralito de piedra.
Seguí viendo Hernando esporádicamente en cualquier lugar donde la vida sigue mojando la palabra: en pleno Foro Social Mundial FSM, aquella noche bohemia en que el avanzado etílico intelectual de la Red de Justicia, se tomó a puerta cerrada el entonces templo sagrado de la salsa llamado El Safari donde Pico. Sus dotes de bailaran, competían fervorosos con los cadenciosos pases de flamenco y salsa del ilustre sociólogo portugués Boaventura de Sousa, a ritmo de Descarga Caliente que a todo pulmón entonaba Rubén Blades.
Lo recuerdo en una de las tantas despedidas de la gringa Julia Roig en Bogotá, en las discotecas del parque de la 93, o en el Son Salome de la 85 bailando Sofrito de la Fania Old Star, pegado a su pareja de ocasión, en sus elucubraciones socio políticas que cambian el mundo en los interminables debates de una noche de licor, quizás, nos saludamos por última vez hace un par de años en La Feria del Libro en Corferias, en uno de esos lanzamiento de las investigaciones de nuestra Corporación Nuevo Arco Iris; hasta hace un par de semanas que vi en una foto publicada en Facebook por el amigo común Cesar Torres con varios de sus entrañables amigos.
Piso las arenas del Caribe que tantas veces sintieron tu pasos, recordando tu presencia, pero más que ello tu obra humana, en la incasable lucha por un mundo mejor, ve por tus nuevos rumbos con la frente hidalga del deber cumplido, sin olvidar las monedas para el arquero Caronte, pues la dicha del valhalla, sólo es posible para los guerreros que lo dieron todo en este mundo y tú, indudablemente fuiste un gigante luchador, por lo que tu lugar en el salón de los caídos está más que asegurado, que el espíritu de las víctimas de nuestro absurdo conflicto armado por las que tanto diste te acompañen cual valquirias en ese viaje a la inmensidad de los realmente desconocido pero no por ello imaginado, por ahora dejemos que el diverso mundo de las ONG siga de luto con tu partida.
Por: Luis E Sánchez Puche
Sociólogo y Conciliador en Equidad