Por Harold Ruiz
Después de la recuperación del recontagio del covid19, agradecido con el arquitecto de la vida, mis hijos e hijas, la familia y los amigos de siempre, la atención de la misión médica, volvemos con la columna semanal.
Se acerca la renovación del Congreso y la sucesión presidencial, y frente al fracaso del uribismo, con este gobierno arbitrario y autoritario del Sr Iván Duque Márquez, queda demostrado que sólo se gobierna para los poderosos, sumados a los actos de corrupción, siendo los más emblemáticos la ñeñe política y el Memo fantasma, lo cual demuestran la alianza con el narcotráfico y el renovado paramilitarismo para entregarle billones de pesos en exenciones tributarias y lo ocurrido en cientos de casos de corrupción, siendo el último de estos días con la pérdida de los 70 mil millones del Mintic.
A este gris panorama se suma la tragedia humanitaria que viven las comunidades como fruto de la arremetida de este gobierno arbitrario que limita las libertades ciudadanas. Hemos presenciado masacres, desplazamientos, asesinatos sistemáticos de los líderes sociales y de los firmantes de la paz, la arremetida contra los jóvenes a quienes se asesina, mutila y desaparece, como lo ocurrido en el estallido social de 21N del año 2019 y el levantamiento de septiembre del 2020 como respuesta al asesinato de Javier Ordóñez, y a lo largo de los tres meses del paro nacional.
La primavera del estallido social debería ser interpretada por los líderes nacionales del centro y la izquierda democrática, reflexionando lo ocurrido en el pasado 2018, donde la mayoría del centro llamó a votar en blanco, lo que favoreció el triunfo del uribismo.
Con tristeza asistimos al espectáculo de siempre donde en el país los líderes de la centro y la izquierda se despedazan entre ellos, donde proliferan sus egos, el sectarismo, que demuestra que poco les importa un proyecto colectivo de nación. Mediáticamente, para justificar la mala administración del Distrito de Bogotá, la alcaldesa la emprende contra el Pacto Histórico. En la misma lógica del uribismo, se da la pelotera del partido alianza verde al no definir candidato presidencial, profundiza las contradicciones en el centro y favorece a las Sras. Claudia López y Angélica Lozano con la maquinaria aceitada del distrito, con lo que generan esta dispersión, que a la postre favorecerá al uribismo.
La llamada coalición de la esperanza la emprende contra el pacto histórico y viceversa, desconociendo que a quienes hay que derrotar son al uribismo, por ello el futuro de las próximas elecciones no asegura un triunfo del centro y la izquierda y no se descarta un escenario similar al ocurrido en el Ecuador.
No se concibe cómo el centro y la izquierda no interpreta el estallido social, donde millones de colombianos liderados por los jóvenes en la calle, movilizados, le notifican al país que estamos cansados de este régimen de miedo y terror, que la nación requiere de un cambio de gobierno que le ofrezca un proyecto colectivo a la nación, donde el gobierno sea para todos, en especial para los que más lo necesitan, porque son más de 200 años donde el estado ha estado al servicio de unas pocas familias de poderosos, siendo el perverso sistema financiero uno de los más favorecidos.
Debe quedar claro que si los líderes y lideresas del centro y de la izquierda democrática no responden al llamado de UNIDAD que se reclama desde todos los sectores sociales, comunitarios, de los llamados del estallido social, serán los responsables de que siga reinando el uribismo. Pero de la misma manera, si interpreta lo que ocurre en la movilización ciudadana, si deponen sus intereses personales, serán la esperanza histórica de que la nación con un proyecto colectivo alternativo, le entregue un gobierno pensado en el bienestar y progreso, que empiece a saldar las grandes brechas de injusticia, desigualdad y ausencia de libertades ciudadanas y de una democracia profunda para todos y todas, donde la tarea de la unidad será el primer paso. La responsabilidad histórica está por empezar…manos a la obra.