Por Walter Aldana
Todo estímulo genera una reacción, y eso fue lo que ocurrió a partir del preconteo de tarjetones para las diversas posibilidades en Cámara, Senado y las tres consultas para elegir candidato o candidata presidencial a jugarse el próximo 29 de mayo la suerte de nuestro país, entre el continuismo con su corrupción y el progresismo.
Se inició con el cambio (a propósito) de jurados, solo dejaron un 10% de profesores, lo que llevo inmediatamente a un manejo desconocido de la mecánica electoral, aspecto que se vio con claridad en las mesas de votación.
A los viejos trucos de colocar lejos los papeles del Pacto Histórico en la mesa, o boca arriba unos tarjetones y otros boca abajo, entregar el tarjetón de preferencia del jurado, al reportar el E 14 modificar resultados y por ende trastornar la voluntad popular, se sumó el reporte de no contar el Pacto con un solo voto en más de 20 mil mesas a nivel nacional (ningún sufragante ni siquiera despistado que marcara la lista cerrada), lo que prendió las alarmas.
Que el Pacto elegía solo 16 Senadores, igualmente el desprestigiado partido Conservador, que los Liberales 15, así como el Centro Democrático, etc, la malicia indígena ( aquella que nos recuerda que «el que escruta elige»), hizo que los equipos jurídico-electorales departamentales y nacionales del Pacto se pudiesen alerta ante un posible fraude.
Y en el escrutinio, según trino de Gustavo Petro del pasado jueves 17 de marzo, 486 mil votos para Senado recuperados, lo que acercan al Pacto Histórico a los 3 millones de votos ( recordemos que en el 2018 fueron a penas 500 mil ), para un total de 19 escaños en dicha corporación, perdiendo el Conservatismo y el Centro Democrático de a una curul respectivamente.
Denunció en rueda de prensa el día 18 de marzo el hoy electo Representante a la cámara Jorge Bastidas, que en el caso del Cauca, del inicial preconteo en Senado 88.321 mil, alcanzamos en el escrutinio 114.411 votos, una escandalosa diferencia de 26.090, y se pregunta…quien responde por ello?.
Pero, así como reza un viejo adagio popular: «tras de cotudo con paperas», resulta que ahora se le sale debiendo al expresidente Uribe, quien ni corto ni perezoso, frente al resultado final del reconteo, expresó en su cuenta de Twitter el pasado viernes: «estas elecciones dejan toda la desconfianza. E-14 llenos de tachones, enmendaduras, firmas que no coinciden. A las inconsistencias se suma la abrumadora votación del Petrismo (el Pacto Histórico) en zonas de narcotráfico. No se puede aceptar este resultado«.
Y eso que el afectado sería el Pacto Histórico, a quien le birlaban 3 escaños, el sistema caído, firmas y huella en físico, jurados en un alto porcentaje perdidos en su responsabilidad por desconocimiento de la mecánica.
¿Se puede confiar en el sistema electoral y su engranaje para las elecciones presidenciales del mes de mayo? Por lo sucedido creo que no, lo que deben hacer los partidos es afinar sus esquemas de vigilancia electoral, ya que las instituciones y sus «jugaditas» pretenden mantener tal cual las cosas como están.