Por Walter Aldana
Con ese nombre y en búsqueda de la verdad verdadera, un grupo de 11 personas entre comisionadas y comisionados, desde hace 3 años se dieron a la tarea, en el marco del sistema integral de verdad, justicia y no repetición, de escuchar en más de 500 municipios de la patria, a los y las compatriotas afectados por el conflicto armado interno.
De la mano del padre Jesuita Francisco de Roux, por caminos, valles, ríos, montañas y senderos, una de ellas, nuestra querida y aguerrida Alejandra Miller, ex-secretaria de gobierno departamental del Cauca, escucharon con atención y el corazón arrugado por lo crudo de los relatos con relación a las acciones criminales de actores armados paramilitares, institucionales y demás grupos irregulares cómo las Farc, el Eln, etc.
Y esta comisión como la JEP y la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, fue pactada en el «Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera» firmado en el teatro Colón el día 24 de noviembre del 2016.
A la par de la implementación de reformas necesarias para volver al cauce del diálogo, la concertación y la ampliación de nuestra democracia, se desarrollaba el necesario trabajo de conocer por dolorosa que sea, las barbaridades cometidas en el marco de la guerra, siempre bajo la guía de que todos recordamos en esa preciosa frase pronunciada por el presidente Santos, en la firma del acuerdo, que reza: «prefiero una paz imperfecta, que una guerra perfecta».
Dicen que los conflictos armados con el paso del tiempo se degradan, el respeto a los no combatientes se lee en las cifras del horror; el 80 % son civiles, hombres, mujeres, niños, niñas y personas mayores, asesinados, violadas, desaparecidos, amenazados, desplazadas, etc.
Lo dado a conocer el pasado martes 28 de junio es solo uno de los 10 capítulos que contiene el informe, según el diario el espectador: «El documento, que fue entregado de manos del presidente de la Comisión, padre Francisco de Roux, al presidente electo Gustavo Petro, fue el de “Síntesis, hallazgos y recomendaciones”, que recoge en gran medida el trabajo de poco más de tres años de mandato de esa entidad».
Y en ese camino, de no solo reseñar ( como notario), es que se atreve la Comisión a recomendar respetuosamente, según Colombia 2020: «entre otros aspectos crear un Ministerio de la Paz, regular los ascensos de militares, acabar con el prohibicionismo en la lucha contra el narcotráfico y concertar una política de memoria».
Ciertamente hay futuro si hay verdad y en Colombia la verdad histórica comenzó a reconocerse el pasado 19 de junio, para hacer de nuestra nación una potencia mundial de la vida.